Capítulo 26

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-Buenos días señoras Swan.-dijo el chico de recepción. Emma se acercó al mostrador y el hombre sonrió.

-Buenos días.- respondió al hombre. Regina se quedó a unos centímetros de Emma.

-Ayer por la noche llegó algo para usted.-dijo el chico.- Déjeme que lo busco y se lo traigo.- Emma asintió y el chico vestido de verde salió a buscar el paquete de Emma.

-¿Por qué te alejas de mi?-la rubia tomó la mano de Regina mientras la acercaba a ella.

-Respeto Swan.-dijo Regina zafándose de su agarre.

-Pero no te estoy faltando el respeto, solo te quiero mas cerca.-le dijo haciendo su labio inferior hacía afuera.- Ven aquí.-agregó. Regina negó con la cabeza.- ¿Viste como te miraba este?-preguntó Emma llamando su atención.

-¿Quién?-arqueó una ceja.- ¿El de recepción?

-Si, este que viene aquí.-dijo por lo bajo. Regina rió con ternura.- ¿Y bien? ¿Quién lo manda?-dijo la rubia cuando ya tenía una pequeña caja en manos.

-Su padre, el señor David Nolan.-respondió a los dos segundo y le dedicó una dulce mirada a Regina. Emma también la miró y la morena sintió arder sus mejillas.

Emma abrió la caja y se encontró con una carta y unas carpetas.

-Oh, si, acá están.-dijo sonriendo.- Muchas gracias.-le dijo al muchacho. El chico desvió su mirada del cuerpo de Regina y observó a Emma.

-De nada.-sonrió nerviosamente.  

-Regina, voy a dejar esto a la habitación y bajo para que nos vayamos.-le dijo Emma a Regina, besó su mejilla y desapareció.

Regina se apoyó de espalda sobre el mostrador y se dedicó a mirar la entrada y salida de la gente a su alrededor. No había tenido tiempo de observar el lugar porque cada vez que entraba o salía de aquí, iba peleando con Emma o convenciéndola de hacer algo.

-¿Cuántos años tienes?- esa voz la sacó de mis pensamientos.

-20.-respondió recordandole a Regina su falsa edad, creada por Emma.- ¿Tu?

-23.-le sonrió.- ¿Cuál es tu nombre?-quiso saber. Tal vez Regina no debería hablar con el, solo por el hecho de que Emma ya le había hablado sobre sus celos.- Es Regina, ¿verdad?-le dijo con impaciencia.

-Si.-sonrió esperando que Emma apareciera por el elevador. Volteó a ver al chico para poder hablar mejor.- ¿Tu como te llamas?

-Sean.-sonrió.- Regina, es un lindo nombre para una linda chica.

-Aw, gracias.-sonrió. Emma tenía que llegar ya.  

-Y ella es tu novia, ¿cierto?

-Si.- era lo único que podía decir.- ¿Tú tienes novia?

-No, ando buscando una preciosura como tu, pero veo que estas ocupada.- dijo. De seguro las mejillas de Regina ya estaban poseídas por un tono rosado claro.- Mi intención no era ponerte incomoda.-teoría confirmada, mejillas coloradas.

-No, esta bien.-dijo intentando ser modesta.

-Entonces... ¿de donde eres?-preguntó.

-¿Hay que llenar alguna solicitud que pides datos?-preguntó una voz que Regina reconoció al instante.

-Perdone, yo...-intentó hablar pero Emma lo interrumpió.

-Tu nada, nosotras ya nos vamos, Gina.-dijo tomandole mano.

-¡Emma!-le reprochó.- Eso fue muy descortéz.

-¿Y que?-dijo enojada mientras empujaba la puerta de entrada.- ¿Quieres que sea cortéz con el tipo que coquetea contigo?-la miró. Estaba celosa.

-Estas mal.-dijo Regina negando con la cabeza.

-Dime, ¿de que más hablaron?

-De nada.-respondió al instante.

-No te creo.-dijo.- De ahora en mas no te dejare sola ni un segundo.

-Como quieras, de todas maneras ya me estas estresando.

-Y tu a mi.-dijo soltando su mano.- ¿Ves algún taxi desocupado?  

-No.-respondió sin siquiera mirar a la calle.

-Me harte, vamos a alquilar un auto porque esto de andar en taxi, me pone de los pelos.-la tomó de la mano y volvieron a entrar al hotel.- Encima esta este niñito mirándote.-refunfuño. Regina rió mientras caminaban hasta el chico.- Necesito que me pidas un taxi.-dijo Emma sin siquiera mirarlo.

-Emma.-la llamó Regina. Volteó a verla.- No estés enojada.-agregó. Emma le sonrió.- Dicen que si te enojas mucho, te llenas de arrugas.-carcajeó. Rió.- Eres joven para ser tan cascarrabias.

-Hey, no te pases.-le dijo Emma riendo.

-Listo señora. En veinte minutos estará aquí.-les avisó el chico.

-Gracias.-le costó decir a Emma, cosa que hizo reir a Regina.- Vamos a sentarnos.- la condujo hasta unos sillones negros.

-¿Qué película veremos?-preguntó Regina.

-No lo se, hay que ver que están dando.-le dijo.

-¿Sabias que aun no desayuno?-le dijo.- De verdad que muero de hambre.

-Ya vamos a comprar algo.-le dijo Emma y se apoyó en el respaldo del sillón.- Yo también tengo hambre.

-Antes de ir al cine, ¿comeremos?-preguntó.

-¿Tu que crees?-le dijo la rubia. Regina rió.

-De todas maneras, me compraras palomitas de maíz, ¿verdad?

-Depende como te comportes durante el almuerzo.-Emma la condicionó.

-Hey.-le reprochó la morena frunciendo la nariz.

-Hey, tu.-le dijo.

La Bella & la Bestia [SQ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora