La Bella & la Bestia [SQ]

Capítulo 20

 -¿Entonces? ¿Vamos a desayunar así de calladas?-preguntó Emma mirando a Regina. Esta no le dedico ni una mirada, solo asintió con la cabeza.- Quería preguntarte algo.-agregó.

-Guárdatelo, no quiero saber que quieres preguntar.-dijo. Emma rió cínicamente.

-¿Por qué tan a la defensiva?

-Porque tú eres una maldita fastidiosa.

-Lastima.-dijo Emma echándose para atrás sobre el respaldo de la silla.- Vas a soportarme toda tu vida.

-Aun no entiendo. Esta bien que me compres en una subasta y todo eso, que me tengas en tu casa y me fastidies todo el día, pero... ¿Por qué me tengo que casar contigo Emma?

-Porque a mi se me da la gana.- le dijo. Ahora si Regina la observaba.

-¿Y si a mi no se me da la gana?-arqueó una ceja. Emma sonrió.- No me hace ningún tipo de gracia, es más, cuando estemos en el altar y pregunten si acepto o no, diré que no.

-Dilo y quedas expuesta a cualquier tipo de venganza.-le contestó la rubia. Regina arrugó la nariz y le saco la lengua.- Yo también te amo Gina.-le dijo entre risas sarcásticas.

Regina aun estaba sin entender todo esto. Emma podría haber abusado de ella, la podría haber golpeado y hasta insultado de manera extravagante por su comportamiento, sin embargo solo la molestaba y la deseaba en su cama.

-Como digas Swan.-dijo Regina tomando el último sorbo de mi jugo.- De todas maneras no ganas nada siendo mi esposa, así que da igual. 

-Si que gano bonita.-le sonrió.- Y créeme que aun no sabes lo que tu te ganaras.

-Depravada.-contestó la morena haciendo una mueca de asco. Emma rió.

-Ya veras, cuando estemos casadas no dirás lo mismo, todo a su debido tiempo.

-Emma, ya deja de soñar despierta y termina con tu café, quiero irme de aquí.

-Tranquila, tranquila pequeña.-dijo calmada. Regina desvió la mirada. 

Regina estaba segura de que era a propósito. Emma estaba tardando más de media hora en tomarse un insignificante café. La tenía harta, cansada y muerta de sed. Quería irse, escaparse de su lado, no volver a verla. Cerró los ojos con fuerza, le dolía la cabeza y no soportaba el bullicio de gente.

-Ya vamos.-dijo la rubia al final.- Pero espera que voy a pagar al mostrador.

Mientras Emma se levantaba e iba a pagar Regina se quedó ahí sentada con los ojos cerrados por un rato. Respiró profundo y se levantó de la silla, inmediatamente se mareó y tuvo que volver a sentarse.

-¿Estas bien?-preguntó Emma poniendo una de sus manos sobre el hombro de Regina. Esta la quitó con una mueca de desagrado e intentó levantarse de nuevo. Emma tuvo que tomarla de la cintura, Regina casi cae dura al piso.- No, definitivamente no estas bien.-dijo. La morena apoyó sus manos sobre los hombros de Emma y se puso firme.

-No necesito tu ayuda.-dijo. Emma elevó los hombros en señal de desinterés y la aferró a su cuerpo.

-Si la necesitas.-le dijo sensualmente a escasos centímetros de su oído.

-No Emma.-dijo Regina tragando saliva. Se separó de ella.- No quiero nada que venga de tu parte.-agregó y comenzó a caminar.

Sin decir más nada Emma la siguió. A mitad del camino se adelantó y le tomó la mano con suavidad.

-¿Vamos a la playa?- preguntó la rubia luego de besarle la mejilla a Regina.

-No tengo ganas.-dijo Regina pasando su mano por donde Emma había dado el beso.- Y no me beses.- lo había limpiado con brusquedad.

-Mala persona.-dijo Emma y tiró de su brazo para atraparla en un abrazo.- Vamos a la playa.-insistió.- Por favor.-le besó cuello. Regina la apartó con desagrado.   

-No me vuelvas a besar. ¿Entendiste?-le dio un leve empujón y siguó con su camino.

-Gina.-la llamó, no volteó a verla por lo que la siguió molestando.-Gina.

-Emma, entiende que lo que menos quiero es estar cerca de ti así que...-pero Regina no pudo continuar porque Emma puso una de sus manos sobre su boca.

-Cállate y escucha.-le dijo, Regina quitó su mano bruscamente.- Vamos a ir al hotel y luego del almuerzo vamos a la playa, te guste o no.

-No quiero ir.-dijo firmemente. Emma la tomó del brazo, le estaba haciendo daño.