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- Veis, chicas; en este tipo de hombres siempre es bueno confiar.... Buen trabajo Soldado de Invierno, has cumplido- dijo el Tintan Loco felicitando al soldado, quien miraba a su amiga un tanto apenado

- Pero, padre, no ves que está enamorado de la chica; es un blando- inquirió Nebula 

- Mi pequeña, pero qué ingenua... ¿No ves que está bajo el efecto de esas absurdas palabras?- dijo el Titán mirando con pena a su "hija" menor

- Lo sabemos padre, pero he oído que ese sentimiento, en esta especie, es más fuerte que cualquier efecto secundario de un experimento de este calibre - dijo Gamora defendiendo a su hermana

- En ese caso ... Ahora me toca devolverte el favor y darte lo que te mereces- dijo mirando al Soldado a la vez que colocaba  las manos a ambos lados de la cabeza de la muchacha

Y tras decir algunas palabras, un haz de luz engulló a todos los presentes, trasladando a los amigos  a un nuevo amanecer, que les depararía muchas sorpresas inesperadas para ambos. Instantes después, cuando volvió la oscuridad; Thanos miró a la Tierra victorioso, aún sin haber ganado lo que más ansiaba.

- ¿Estás seguro de que resultará?- preguntó Nebula

- Claro que funcionará, con (T/N) fuera de juego, el corazón de nuestro dios del engaño se verá sumido en la desesperación y el caos más absoluto; y hará lo que haga falta para recuperar a su amada... Por eso vamos a hacerle creer que su amor se ha escapado de Asgard, por lo que al final creerá que la tenemos nosotros y hará todo lo que le ordenemos... es perfecto

- ¿Y estás seguro de que ella no sospechará?- preguntó Gamora

- Pues claro que no, además no veis que a partir de ahora va a empezar una nueva etapa que va a ser muy bonita, y encima con el amor de su vida -  confirmó el gigante en un tono burlesco mientras se disponía a sentarse de nuevo en su trono, en el rincón más oscuro del lugar, a la vez que dejaba resonar una risotada que retumbó más allá de los confines de aquel paraje.

Y ahí permanecieron las hermanas; mientras una veía con admiración  cómo su padre se aleja lleno de gozo; la otra miraba con pena y remordimiento el cruel destino que iban a recorrer ambos amantes; el dios del engaño iba estar viviendo un infierno; aún sin saber porqué, mientras que la diosa de la verdad iba a vivir una mentira .

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora