39

21 4 0
                                    

A partir de aquel día, mi vida parecía sumergirse en un remolino de actividades muy monótonas, en las cuales, la reina solamente me permitía cambiarme de vestido en el mismo día, como si eso fuese a significar algún cambio en aquella vida, hasta el punto de que daba gracias al cielo por que me dejase hablar con Steve cada día.

Durante las primeras semanas, me encontraba estupendamente, a veces; cuando no tenía nada que hacer, me saltaban algunos recuerdos de mi infancia con Stark, lo que me dejaba un mal sabor de boca; pero, para que dichos momentos se disipasen, hacía dos cosas.

Si esos recuerdos me afectaban  poco, me sumergía en cualquiera de los libros que adornaban mi habitación o iba a visitar a mi familia en el Olimpo

Y si esos recuerdos me afectaban mucho, solo en ese caso, me iba a supervisar la evolución de Bucky; lo cual, era  bastante a menudo, pero siempre a escondidas; o también me iba al orfanato, a ayudar en el cuidado de aquellos niños, que, de no ser por las ayudas que recibían del castillo; solo Hades sabe que sería de esos niños .

Respecto a mis anfitriones, no me quejo; Shuri, siempre está pendiente de que no caiga en la depresión; siempre estaba cerca, sacándome alguna sonrisa o acompañándome en mis largos paseos a caballo. Y T'Challa; como era de esperar, no tenía mucho tiempo libre para desconectar y estar conmigo en mis momentos difíciles como lo hacía su hermanita; así que, una mañana, a mediados del año, me despertó.

-(T/N)...(T/N)... ¡DESPIERTA!-exclamó eufórico

-¡Su majestad! ¿Qué os ocurre? ¿Os encontráis bien?- pregunté un tanto aturdida

-¿Yo?... Si, si; me encuentro perfectamente, simplemente te venía a dar una gran noticia- anunció

-¿De qué se trata?- pregunté ansiosa

- Ya solo quedan ochenta días para la descongelación de Bucky- anunció

-¿Qué? Pero....¿cómo es posible?.... Yo creía que la curación total acababa en el plazo de un año- comenté incrédula por lo que estaba a punto de pasar dentro de once semanas

- Y nosotros también lo creímos así, pero los análisis revelan que su organismo, con la ayuda de la congelación ha podido curarse sin problemas- explicó su alteza

-Le agradezco con todo mi corazón lo que ha hecho por él- dije a punto de llorar de felicidad

-No hay de qué- contestó antes de salir por la puerta

En cuanto salió de la habitación, imploré a mis padre  para que me llevasen con ellos; necesitaba hablar con un pariente en concreto.

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora