68

31 7 0
                                    

Horas después, ya nos encontrábamos enfrente del portón que mantenía nuestros labios separados, tras la cual, daríamos rienda suelta a nuestra pasión.

Y en menos de lo que canta un gallo, nuestros besos se volvían cada vez más hambrientos deseosos de estar juntos; era como si nos echásemos de menos; y cuando al fin nos encontrábamos adentro, nos dirigíamos a la cama, cerrando las puertas a nuestro paso, mientras empezamos a desvestirnos el uno al otro desgarrándonos algunas prendas; primero, yo le quitaba la camisa, a la vez que él me bajaba la cremallera, ambos deseosos de encontrarnos más cerca el uno del otro, a la vez que nos repartíamos caricias y susurros, susurros que estaban llenos de ternura, de pasión y amor, una vez que yo conseguí desprenderme de su camisa, y él de mi vestido,  por un instante, nos detuvimos por un momento para recobrar el aire, en ese momento, pude ver que sus ojos recorrían mi cuerpo de pies a cabeza, como si quisiera grabarse cada parte de mi cuerpo en su mente, a continuación, y con paso dudoso, empezó a recorrer el contorno de mi cara con la punta de los dedos, como si tuviese  miedo de hacerme daño, bajó hasta mi barbilla y comenzó a acariciar mis labios con su dedo pulgar, todo esto, con sus ojos clavados en mi boca, y sin dudarlo ni por un segundo, me tumbé lentamente sobre el mullido lecho, todavía con la parte superior de mi vestido remangada y con el pulso acelerado, esperando su siguiente movimiento.                                                                                  

Seguido, Loki, se abalanzó sobre mi, devorándome a besos, los cuales, comenzaron en la boca, con una pasión desmesurada, y sin bajar la intensidad,  empezó a descender por mi cuello, donde comenzaron a ir acompañados por esas caricias que tanto anelaba sentir, acariciándome con delicadeza cada centímetro de mi cuerpo, a la vez que continuaba despojándome de mi vestido y de mi ropa interior, y yo, a la vez que le proporcionaba el mismo amor,  con la misma pasión y desenfreno, mientras mis manos, descendían por su espalda,   le fui despojando de sus pantalones y de sus boxers.                                                                                                                                                                         

En ese momento, las caricias cesaron, separándonos nuevamente, el se quedó observando mi desnudo y agitado cuerpo, como si lo estuviese memorizando, cada cm, cada recoveco, cada curva; a la vez que yo me quedaba admirando como la agitada respiración movía todo su torso, por el cual escurrían las primeras gotas de sudor,  a la vez que veía como su erección crecía muy próxima a mi feminidad, la cual, todavía estaba intacta, haciendo que mi excitación aumentase por momentos.                                                                   

A continuación , y sin quitarme los ojos de encima, él se recostó sobre mí, llevando a su vez, una de sus manos hasta mi clítoris, acariciándolo con delicadeza, dando vueltas a su alrededor, produciendo que suaves gemidos saliesen de mi boca, dirigidos a su oído, a la vez que él acelerase su carias por  segundos.                                                                                                              

Nuestros cuerpos, ahora unidos por una pasión desenfrenada, se deleitaban mutuamente con cada caricia, cada gemido, dejándonos con ganas de más, después, lentamente, Loki comenzó a descender con su lengua, esparciendo suaves y delicados besos a lo largo de mi torso, parándose a juguetear  con mis senos, mordiéndolos, aspirándolos, saboreándolos  apasionadamente, pero celosamente cuidadoso de no producirme daño alguno, haciéndole pegarse más a mi, agarrándole suavemente del pelo, de ahí, siguió descendiendo hasta llegar a mi feminidad, donde cambió sus dedos por su lengua, saboreando cada rincón de la zona, a la vez que masajeaba mi interior, yo soltaba gemidos que eran ahogadas por las oleadas de pasión que recibía desde lo más profundo de mi ser.                                                                                                         

En medio de la pasión, decidí cambiar los roles, y colocarme encima de mi actual pareja de lecho a horcajadas y devolverle el mismo placer que había recibido momentos antes, bajé devorando cada rincón de su trabajado torso, hasta volver a estar a su misma altura, seguido comencé a presionar mi vagina contra su miembro, haciéndolo gemir de placer, seguido, volví a unir nuestras bocas, a la vez que seguía uniendo nuestros cuerpos, y cuando me quise dar cuenta, ya estaba de nuevo debajo de él, con su rostro cerca de mi oído,  "¿Estás lista? " ,preguntó colocando su notable erección rozando uno de mis muslos y yo sin pensármelo dos veces, le empecé a besar y succionar nuevamente el cuello, lo que él tomó como una afirmación.                 

Y sin más tardar, bajó hasta mi feminidad, donde, introdujo un dedo dentro de mi feminidad,  haciéndome gemir más, a la vez que incaba mis uñas en su espalda, y seguido, sentí como él sacaba su dedo de mi interior y lo cambiaba por  su miembro erecto que se introducía dentro de mi ser muy lentamente, haciéndome gemir de placer, a la vez que le apretaba sus nalgas, y poco a poco, Loki fue acelerando sus embestidas, a la vez que seguíamos devorándonos a besos, y cuando llegamos al clímax del asunto tras soltar un largo e intenso gemido, nos recostamos en el mullido colchón, quedándonos profundamente dormidos, mientras nuestros corazones palpitaban a una velocidad vertiginosa.                                                                                                             

Fue la mejor experiencia de mi vida, había perdido mi virginidad, y lo mejor de todo la había perdido con mi amado, dejándome una sensación de satisfacción inmensa.

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora