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A partir de ese día, el tiempo corría raudo y veloz como el viento, y cada día que pasaba junto a mi padre, era cada vez más emocionante, llenos de aprendizaje y diversión, definitivamente, era el mejor padre que una chica como yo podría desear, pero esa dicha se esfumaba cuando algunos días, cuando me despertaba,no me lo encontraba en toda la casa o volvía muy tarde misteriosamente lleno de rasguños, y era entonces, cuando daba gracias al cielo de que su ayudante y buena amiga, la señora Potts, venía a ayudar, ella, poco a poco, se fue convirtiendo en lo más parecido a una madre.

Con ellos en casa, la diversión estaba asegurada. Meses después de mi decimosexto cumpleaños,  mi padre creó a JARVIS, un sistema operativo que controlaría toda la casa y quien me haría compañía en los días en que no estuvieran ninguno de los dos. 

Pero todavía, lo mejor estaba por venir, ya que cuando cumplí la mayoría de edad, mi padre, me tenía preparada una sorpresa, esa mañana, nada más levantarme, me encontré con un gran desayuno en la cama como era costumbre desde que llegué a ese sitio, con una nota que decía...

"Buenos días princesa.
Este es tu desayuno especial, y hoy para que llegues vestida como es debido a tu sorpresa, me gustaría que te pusieras el traje que tienes colgado en la silla que hay en frente de tu cama. Nos vemos en el helipuerto. 
Con cariño.
Papá"

En ese momento, dejé la nota a un lado, desayuné,  me aseé y cumplí la orden de mi padre, el traje consistía en una especie de mono de cuero de color blanco, y subí al helipuerto que teníamos en la azotea, donde justamente, me encontré con mi padre, quien sin decir nada, simplemente me recibió con un abrazo y haciéndome una señal, me ordenó montar en el helicóptero, lo cual, hice sin rechistar.

Y al cabo de unos instantes, cuando ya estabamos en el aire, mi padre decidió romper el silencio que,  sin contar con el ruido que surgía de las aspas,  nos inundaba.

- Bueno, princesita,  ahora te estarás preguntando por qué te he traído aquí y qué hacemos montados en este helicóptero- yo asentí - Bien, pues ,estamos de camino a un lugar en el que te convertirás en toda una mujer hecha y derecha.

- ¿ Cómo? - pregunté

- ¿ Recuerdas cuando desaparecía misteriosamente?- preguntó,  haciendo que asintiera- Bien, pues hoy vas a descubrir dónde estaba todos esos días

Y justo cuando iba a pronunciar otra pregunta, el piloto nos avisa de que ya íbamos a tomar tierra, y olvidando lo que le iba a preguntar a mi padre, me asomé ansiosa por la ventanilla, donde descubrí una nave, la cual surgía de entre las aguas del mar.

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora