62

21 4 0
                                    

- Entonces necesitarás una pareja de baile- inquirió Bucky, sorprendiéndonos por la retaguardia 

-Bucky..- le nombré sorprendida por la propuesta del sargento

-¿Y por qué le pides a mi "hija" que baile contigo?- preguntó mi "padre", congelando al soldado al instante

-Papá...-le repliqué por que no siguiera

-Venga Stark, estoy de acuerdo con usted que el soldado Barnes hizo cosas imperdonables en el pasado...- comenzó a decir Peter

-Pero ahora es tiempo de perdonar, por favor....-continué hablando

-Sr. Stark, yo no pretendo hacerles ni a usted ni a sus seres queridos más daño del que le haya hecho ya a usted;  y lo siento; pero ahora solo intento agradecerle a su "hija" lo que ha hecho por mi y por los que estaban en nuestro refugio- contestó James

-Esta bien; te perdono; pero si le haces algo a mi hija...- advirtió mi "padre"

-Papá...-le repetí

-Descuide señor; la protegeré con mi vida- contestó

-Entonces tienes mi permiso, si mi hija lo desea- dijo dirigiendo su mirada hacia mi- Vamos...Pregúntale

-(T/N)...¿Me harías el honor de acompañarme al baile ?- preguntó mi sargento un poco cortado

-Por supuesto, me encantaría- contesté antes de que me levantase en un fuerte abrazo mientras me daba las gracias mil veces

Y así; a partir de ese día; se comenzaron a preparar los preparativos para la coronación.

Por eso decidí volver con los demás a la Torre Stark; para visitar a la Srta. Potts; con quien, junto con Wanda, Natasha, Sharon, Hope, Shuri, Lauren, mis tías y una muchacha que se presentó como una de las damas de compañía del palacio de Wakanda;  nos ayudamos para encontrar el vestido ideal para cada una de nosotras.

Era en esos momentos, cuando me tocó ser el maniquí de las chicas para que me ayudasen con mi vestido, cuando recordaba las veces en las que Steve me hablaba de cómo era Bucky antes de la Guerra, "él era el rey de la pista" , solía  decirme, lo que me hacía sentir cierta intriga por saber si todavía poseía ese don, y si me lo demostraría en la recepción.

Pero, aun con esas, tampoco podía evitar darle vueltas al nombre del hermano pequeño de Thor; que de una manera casi mística me traía viejos recuerdos; recuerdos de estar en un claro, frente a un enorme y tranquilo lago cristalino, en compañía de un caballo, un potrillo y de Pegaso; sentada al lado de un hombre que portaba ese mismo nombre; pero, por más que me esforzaba no conseguí hacer que las piezas encajasen.

Así que, un a vez más decidí correr un tupido velo, y dejar que el destino hablase por si mismo, en su momento y a su tiempo.  

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora