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Ahí, con sudores y con convulsiones, y entre alaridos de sufrimiento; encontré a mi amigo, tendido sobre una piel de leopardo, rodeado por diversos objetos de la cultura tradicional, entre otras cosas como especias alimentos secados, partes de animales...etc

Al ver tal escena, no pude evitar derrumbarme y romper en llanto, a la vez que me acercaba a su lado, sin estorbar al curandero de la tribu; quien no paraba de pronunciar sus cánticos a los dioses suplicándoles la salvación de mi amigo; a quien yo le tenía tendida la mano en un intento de que todavía me reconociese y se aferrase a mi con fuerza.

Pero, para mi suerte, no tardó mucho en encontrar mi mano y aferrarse a ella con tanta fuerza que me dolía; pero no me importó, a pesar de que a partir de ese momento las lágrimas continuaron su curso, no le di importancia; al fin supe que me recordaba; y fue entonces cuando las convulsiones fueron disminuyendo.

Aunque ese instante me llenó de gozo,  pero ese sentimiento no duró, debido a que las mujeres de la aldea; bajo la atenta mirada del chamán; me llevaron con ellas, separándome de mi amigo, de mi única razón por la que me quedé en Wakanda; quien ahora mismo se encontraba mal y podía necesitar mi ayuda.

Y fue entonces cuando, el brujo se percató de que en el preciso momento en que el soldado no notaba mi mano junto a la suya; comenzaron a aumentar las convulsiones; por lo que en un dialecto que a mi entender me resultaba extraño, ordenó a las mujeres que me dejasen acercarme a él; aún extrañada de lo que acababa de pasar, obedecí cuando el brujo me señaló hacia el cuerpo de Barnes, asustada por lo que podría ocurrir.

-Tranquila, no te harán nada; eres buena, fuerte y sana; el chamán lo sabe- dijo una de las niñas que se encontraba a los pies del lecho; tendría siete años, puede que más y aún sin conocerme, se acercó más a mi- Es por eso que te permite estar junto a tu amigo

-Gracias...Espera...¿Cómo sabes que es mi amigo?- pregunté extrañada cogiéndole la mano a Bucky, tan fuerte como podía

-El príncipe nos contó sobre tu relación con el soldado y tú procedencia- contestó

-Ah; y...¿Cómo sabes hablar mi idioma?- pregunté depositando nuestras manos sobre mi regazo

- El soldado Bucky nos enseñó y nos contó algunas historias sobre él- contestó

-¿Y cómo te llamas?- pregunté en un tono amigable; casi maternal

-Isis, ¿y tú?- preguntó

-(T/N), un placer conocerte;- dije dibujando una sonrisa en el rostro de la pequeña-¿te gustaría ayudarme a sanar al soldado Bucky?

-Por supuesto; me encantaría- exclamó saltando a mis brazos en un cariñoso abrazo

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora