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De modo que era ese el hombre al que pertenecía el nombre que tan familiar; era algo que me tenía en vilo todas las noches; pero ahora, gracias a mis amigos, sabía quién era o al menos tenía una idea; así que, decidí hacer caso a lo que Shuri había dicho a los chicos y dejar ese tema para más tarde.

Ahora había cosas más de las que preocuparse, al fin; después de todos estos años, no iba a sentirme una extraña en la corte; iba a tener a alguien con el que pasar el tiempo en la corte.

En ese momento y sin perder ni un segundo, me dirigí a uno de los balcones del palacio que daban al rincón aislado en el que se encontraba  Bucky... Y para mi sorpresa ahí estaba,  tranquilamente sentado en un tronco sobre los verdes prados que rodeaban su humilde cabaña.

Y así fueron transcurriendo los días en largos paseos por los alrededores en compañía de Shuri; quien me comentó que Steve se tuvo que ir aquella tarde, por razones que no quiso nombrar; y hacia el final del día me iba a ver cómo estaba Bucky,  solitario, tal y como me  dijo Rogers.

Hasta que un día ; de repente vi que algunos niños del pueblo se acercaron a él con cañas de pescar; y a los pocos minutos vi como Bucky perseguía a esos niños riendo como si nunca hubiese reído en mucho tiempo, y en uno de esos días, y sin previo avisó, se percató de mi "presencia", a lo que yo reaccioné escondiéndome lo más rápido que pude detrás del balcón.

-¿Qué haces?- me preguntó Shuri, quien me encontró rendida en el suelo y con la respiración agitada

-¿Eh?... No sé....- le contesté intentando calmarme, a la vez que no apartaba la mirada del balcón

-Espera...¿No estarás así por el soldado Barnes?- preguntó arqueando ambas cejas

-¿Qué?...No.... Es solo que no encuentro el momento de darle su nuevo brazo de metal- contesté fijando la vista al suelo

-Aaaah.....Así que es eso....- asentí- ¿Qué te parece si mañana se lo doy yo en tú nombre, pero, utilizando un apodo?

- ¿En serio?- ella asintió- Y...¿qué apodo utilizaremos?- pregunté ansiosa

-Veamos, mi hermano ha apodado a Barnes como Lobo Blanco, así que...¿qué te parece si te llamamos...- reflexionó hasta que la interrumpí

-Mejor dile que es de parte de una amiga-contesté mientras le hacía entrega del presente - Ya me reuniré con él más tarde

-Como desees- dijo antes de retirarse

En cuanto salió del lugar, me sentí más nerviosa que antes; ¿le gustará el regalo?... ¿se acordaría de mi?.... Solo el tiempo lo dirá

ContracorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora