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El insistente ruido del timbre hacía eco por todo el departamento, causando que el moreno se levantara con pereza sujetándose la cabeza, la cual le dolía un poco. Suspirando giró el pomo de la puerta y sus cejas se alzaron al ver a Harry allí frente a él. El castaño solo lo abrazó con algo de fuerza y ocultó su rostro en el pecho del más alto. Archie sonrió un poco y correspondió a este acariciándole la espalda suavemente.

―Estoy bien, Harry… ―susurró al sentir su delgada franela comenzar a humedecerse a la altura de su pecho. El moreno se inclinó y besó el cabello del chico, quien de un momento a otro alzó su rostro y dejó un beso en la mejilla del mayor. ―¿Harry?

―No digas nada, no aún. Solo quería saber que estabas bien, necesitaba saberlo. ―Archie sonrió y se separó del chico para ingresar al departamento, Harry lo siguió en silencio y marchó hacia el sofá de la sala seguido de Archie.

―¿Me darás la oportunidad de explicarte las cosas? ―preguntó una vez que tomó asiento junto al castaño. Harry asintió tomándole de las manos, acariciándole los nudillos.

Sus ojos se llenaban de lágrimas al ver como el rostro de Archie se encontraba algo hinchado y con muchos moretones. Algunas vendas adhesivas cubrían su rostro, como en el tabique de la nariz, la ceja derecha y su pómulo izquierdo. Harry se acercó a él y besó cada venda haciendo que Archie se sonrojara un poco.

―Escucharé todo lo que tengas que decirme, Archie. ―musitó el castaño dejando un último beso en la comisura del chico. Suspirando, Archie se levantó y marchó con rapidez a su habitación.

Él no era bueno expresándose, se le dificultaba un poco encontrar las palabras indicadas para poder decir sus ideas, pero había descubierto que mediante las cartas podía hacerlo sin ningún problema, así que regresó a la sala con dos cartas en sus manos. Harry lo miró confundido, no entendía para nada por qué Archie actuaba de esa manera.

―Nunca he sido muy bueno expresándome así que lo escribí… ―Archie le entregó las cartas a Harry, quien se detuvo a leer el título en cada una. ―, no las leas aquí. Quiero que lo hagas en tu casa, cuando estés listo para hacerlo. Si quieres hablar después de ello, estaré aquí… si no quieres decirme nada, esa también será una forma de comunicarte conmigo.

Harry lo miró sonriendo un poco. Con cuidado dobló aún más aquellas cartas y las guardó en el bolsillo de su pantalón.

―Las leeré apenas esté listo, lo prometo.






•••
¡Capitulo nuevo!

Linda noche. ♡

Querido RobertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora