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Chloe

La noche más larga de mi vida hasta ahora fue en esa cama de hospital, sola, solo sentía entrar a los enfermeros a controlarme, escuché a mi familia pedirme que sea fuerte y que salga de esta, quería decirles que lo intento pero la voz no me salía, ni siquiera  puedo abrir los ojos.
Todo el tiempo que estuve internada, fingía calma pero en realidad rogaba que me den el alta no aguantaba más estar ahí.

El doctor me daba de alta ya que no tenía traumatismos, Papá me vino a buscar es viernes, cuatro días internada, cuatro días de estudios, psicólogos y policías pidiendo y haciendo preguntas.
Íbamos en el auto con papá, iba revisando la lista de medicación que tenía por tomar, y las indicaciones que debía seguir. Unas cuadras antes de llegar a casa, papá aparco el auto freno el motor y me miró.

- ¿sabes que te amo no? – me preguntó

- Lo sé – dije – y yo a vos

- Sí te pasa algo me muero, y no es literal, mi vida gira entorno a vos hija, vos me enseñaste todo, con vos aprendí a amar sin medidas a ser mejor día a día trate de ser el papá que te merecías uno todo terreno, para que no notarás la falta de una mamá – mis ojos se cristalizaron y una lágrima callo, el agarró mis manos – siempre trate de darte lo mejor de hacerte ver lo mucho que vales – asentí – esto que te voy a pedir puede ser que no lo entiendas y hasta me odies, pero lo hago por tu bien – me dio miedo – no quiero que veas más a Samuel, no te quiero en una relación tóxica, no quiero que tu vida corra peligro.

Podía entender lo que me pedía, en el fondo sabía el mal que nos hacíamos mutuamente con Sam, pero eso no quitaba el hecho de que lo que me pedía Jackson dolía y dolía mucho. El dolor que le cause a mi familia, no se comparaba con soportar el dolor de no ver más a Sam.

- No soy capas de decir nada para justificarlo, pero si me lo pedís – dije con lágrimas a punto de estallar.

- Estoy orgulloso de vos – me dijo y lo corrobore en sus oscuros ojos.

Arranco de nuevo el auto para transitar la corta distancia que teníamos hasta llegar a casa. Olivia me esperaba en la puerta, baje del auto con cuidado y me acerque a ella, me envolvió en sus brazos, había extrañado ese abrazo, me sentía reconfortada, quería ser fuerte ante la petición de papá pero el abrazo de Olivia me quebraba.
Papá me hizo acostar en el sillón, puso una película y se acurrucó conmigo, me abrazó sin ejercer presión ya que todo el cuerpo aún me dolía. Me acaricia el pelo mientras mirábamos un clásico de todos los tiempos “karate kid”

- Espero que no me estés odiando – dijo y mi corazón se quebró un poquito más.

- No puedo, hiciste todo por mi, es justo que haga algo por vos – dije con fingida calma e inminente angustia.

Termine de ver la película Jackson dormía plácidamente. Olivia se había ido a trabajar, me levanté sin despertarlo, y camine a mi habitación a darme un largo baño, llene la tina de agua, agregué sales para hacer espuma y me despoje de mi ropa y me metí a la tina, deje que el agua cubra mi cuerpo, y me permití llorar, sola en silencio.

Lloraba porque me dolía el alma, más que el cuerpo, lloraba porque me sentía frágil, todos pensaban que el accidente que tuve era culpa de Sam, pero había sido un accidente, estábamos en el lugar y momento equivocado, lloraba porque desde el Lunes que no sabía nada de Sam, si estaba bien o lastimado, lloraba porque sabía que Jackson tenía razón en lo que me pedía, y por más que amaba a Sam con todo mi ser, más amaba a mi papá, que era el que había estado a mi lado siempre, lloraba porque sabía que se me iba a hacer imposible olvidarme de los besos de Sam, lloraba por el por mi por lo que me enseñó, “nunca dejes que nadie te humilla y te diga que hacer, sos hermosa y vales mucho” me había dicho muchas veces en el inicio de nuestra relación, lloraba porque incluso él en el camino se había olvidado de sus propias palabras, lloraba recordando la primera vez que Sam me grito y solo agache la cabeza, lloraba porque recordé la primera vez que me tiró del pelo en una fiesta porque saludé a un chico de mi instituto y la discusión que vino después, lloraba al recordar la primera vez que me pegó, porque según él lo hice enojar y que era mi culpa… de la desesperación pase al enojo ¿Tan idiota fui, que nunca ví el maltrato? ¿valía la pena tanto amor? ¿Eso era realmente amor? eso último no lo podía decir, era el único amor que conocía, y que al parecer merecía.  Llore tanto que al final no sé bien porque lloraba, si por no estar más con Sam o por haber estado tanto tiempo con él.

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