Abro los ojos y sonrió al segundo. Estoy acostado en el pecho de Ricitos, mientras él me envuelve con sus brazos.
Estiro mi cabeza y dejó un beso en sus labios. El me abraza con más fuerza.
Todos estos meses que sufrí su ausencia me confirmaron lo indispensable que es el para mí. Y me duele pensar que en un par de semanas, el va a volver a irse.
Estábamos desayunando los dos en la cocina.
- Se nota que mi casa está invadida. - dice Ricitos mirando la alacena. - No puedo creer que no haya café.
No puedo evitar reír. - Sigue sin gustarme y Megan tuvo que dejarlo por la cafeína.
- ¿Eres inglés que te la pasas tomando té? No puedo creer esto, es indignante. - se sienta a mi lado suspirando, con su cabeza sostenida por su mano.
Dejo un beso en su mejilla.
- Iremos al mercado y te traeras todos los frascos que quieras. - digo.
El me mira. - Bien.
- Amores. - dice Megan entrando al departamento.
- Alguien se levantó se buen humor hoy. - digo a Ricitos en un susurro.
- Te oi. - dice apareciendo en la cocina.
- Te dije que te haría bien que te dé el sol en la cara. - digo.
- Que divertido. - dice la rubia con sarcasmo.
- Extrañaba esto. - dice Ricitos.
- No te acostumbres, luego de expulsar al Alíen me iré de viaje.
- ¿Te haz ganado la lotería y no nos enteramos? - dice el rubio.
- No. Mi abuela murió está mañana y me toca heredar. Por eso mi alegría.
No puedo evitar escupir el té que estaba tomando.
- Oye, ten cuidado, vas a quemarme. - dice Megan.
- No puedo creer que estés feliz por qué tú abuela está muerta. - digo.
- Si la hubieras conocido como yo estarías bailando en la punta de la torre Eiffel, tomo pretendo hacer. - dice y sonríe ampliamente al final.
- Que diabólico fue todo eso. - digo.
- Está vez no exagera, su abuela era la reencarnación del mismísimo Hitler. Y me refiero a que era una discriminadora, si no eras católico eras un mensajero del diablo.
- ¿Cuál es el rollo de tu familia con Dios? - le pregunto a Megan. - ¿Son descendientes de Jesús, o qué?
- No, pero mi familia siente que sí. No importa, el punto es que tengo dinero y toda gracias a un pariente que ni me importa. Los invito a almorzar. - dice.
- Esa idea me gusta. - digo.
- Llama a tu siamés, el otro bobo. - dice.
- Vaya, eres así con todo el mundo. Ni Ryan se libra. - digo.
- Ni siquiera a mi gato trata bien, por cierto, ¿Donde está Piolín? - pregunta Ricitos.
- Carter tuvo piedad y se lo llevó con el. - digo.
- Espero que no lo haya llenado de glitter. - dice rubio.
- A lo único que Carter no le pone glitter es a la comida, y es porque no es comestible. - dice Megan.
- Vayamos a rescatar a mi gato de la jaula de las locas, luego compramos café y por último almorzamos. - dice Ricitos.
- Como ordene capitán. - digo.
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¿Puedo Quedarme Contigo?
Romance"¿Y si la única manera de no sentirse mal es dejar de sentir para siempre?" Patrick Wallace aparenta tenerlo todo... Es divertido, carismático, todo un galán con las mujeres; ademas de que su padre es uno de los empresarios mas reconocidos mundialme...