Abro los ojos con algo de dificultad. Me daba la claridad la cara, estaba amaneciendo. Me encontraba en una cama de hospital.
Miro a mi izquierda, y veo a Ricitos dormido en la silla. Tenía la cabeza colgando.
Me viene un recuerdo de el. Me sostenía agarrándome de un brazo, mientras yo colgaba de su ventana. Me miraba desde arriba con sus ojos llorosos.
Abre los ojos. A los segundos cruzamos mirada. Yo estaba por decirle algo, pero el se para y sale de la habitación.
Al minuto entra el doctor Shepherd, quien nos atiende a toda mi familia desde niños.
- Patrick, ¿Cómo te encuentras? - pregunta.
- Como si mis huesos se hubieran hecho polvo. - respondo.
El saca una pequeña linterna y la acerca a mis ojos, alternando.
- ¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche? - pregunta.
- Algunas cosas, aunque bastante confusas.
- Estabas bajo el efecto de un alucinógeno muy fuerte. - dice - Seguramente por eso te resultan extraños tus recuerdos. Te hicimos unos estudios, pronto estarán los resultados y sabremos que te pusieron en la bebida. Tu amigo digo que te busco en un club.
- No fueron los del club, ellos no pusieron nada en mi bebida. - digo.
- ¿Entonces...? - pregunta extrañado.
- Consumí LSD.
Queda perplejo. - ¿Tu....?
- Si. - confieso. No sirve mentir, los análisis me delataran. - También opio.
Queda callado observandome aún en shock.- Tendré que decirle a tus padres Patrick, eres menor de edad. - dice apenado.
- Lo sé, entiendo.
- Iré a que te traigan algo de comer. Podrás irte pronto, luego del tratamiento para sacar la droga de tu sistema.
- ¿Mis padres están aquí? - pregunto.
- No. Solo tu amigo y su padre, ellos se iban a encargar de avisarles. - camina hacia la puerta, se detiene y se da la vuelta para mirarme. - El muchacho estaba muy preocupado por ti, bastante alterado. Deberías hablar con el.
Asiento. El sonríe apenas y sale cerrando la puerta.
Recuerdo que el fue por mi. El único que me contestó el celular. Recorrió media ciudad para ir a rescatar a un imbécil, ebrio y drogado que no ha hecho más que tratarlo mal desde que llegó.
Recuerdo como le temblaban las manos mientras me sostenía con fuerza. No me iba a dejar caer, estaba seguro de eso.
Habían pasado un par de horas. Me encontraba solo en la habitación.
Ricitos no volvió a entrar, solo su padre para ver si necesitaba algo y alguna que otra enfermera.
Mis padres no habían aparecido. Típico.
Yo estaba con los ojos cerrados, quería tratar de dormir un poco. Siento que hace semanas que no duermo.
Oigo que se abre la puerta. Estaba por abrir los ojos, para ver quién era, pero no lo hago al oír su voz.
- ¿Pat? - dice suave voz.
Fingo estar dormido. No quiero lidiar con ella ahora, demasiado avergonzado ya estoy como para tener que escuchar los regaños de mi amiga. Ya demasiado tendré a mis padres todo el fin de semana.
Pasan unos segundos y ella sale de la habitación.
Abro los ojos y suspiro.
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¿Puedo Quedarme Contigo?
Romance"¿Y si la única manera de no sentirse mal es dejar de sentir para siempre?" Patrick Wallace aparenta tenerlo todo... Es divertido, carismático, todo un galán con las mujeres; ademas de que su padre es uno de los empresarios mas reconocidos mundialme...