"¿Y si la única manera de no sentirse mal es dejar de sentir para siempre?"
Patrick Wallace aparenta tenerlo todo... Es divertido, carismático, todo un galán con las mujeres; ademas de que su padre es uno de los empresarios mas reconocidos mundialme...
Hola querid@s lectores. Hace rato que tengo ganas de hacer un capítulo bonus de esta historia, asíque hace poco me inspiré y comencé a escribirlo. Aquí se los dejo. Comenten que les pareció, si les gustaría que sigaescribiendo algunos más y sobre que les gustaríaque fueran. Saludos! Mucho amor.
❤🧡💛💚💙💜
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- ¡Gabe! - grito mientras junto sus remeras del piso. - ¡Gabe! - repito por vez un millón.
- Patrick, te oigo desde el viñedo. - oigo la voz de mi esposo afuera.
Me asomó a la ventana. Me observa desde enfrente de la entrada de la casa, en la planta baja. Tenia puesto su sombrero Panamá que le regale en su ultimo cumpleaños, sus manos las tenía en su cintura.
- Oh perdona, ¿te perturbe Ricitos? - digo con sarcasmo. - Nos vamos en unas horas , el cuarto de tu hijo está dado vuelta, dudo que tenga un par de medias limpias, no aparece en ningún lado y ¡tu no quieres que grite!.
- ¿Por qué son mis hijos cuando los tienes que regañar?
- Dos horas. - digo. - Yo me voy solo, el que no esté listo se quedará.
- Llevas diciendo eso desde hace cinco horas. - dice René apoyado en el marco de la habitación de su hermano. - Y estoy listo desde hace cuatro.
- A tu padre y a tu hermano si necesitas que estén a las 10 en un lugar tienes que decirles que es a las 8 para que lleguen a las 12. - digo mientras sigo juntando la ropa del piso, del cuarto de mi hijo menor. - ¿Has visto a tu hermano?
- Debe estar flotando por ahí, camino a Narnia o a La Comarca.
Suspiro. - Es tan parecido a tu padre que me asusta.
- Alma de artista. - dice René. - Iré a buscar su ropa limpia a la secadora.
- Me harías un gran favor hijo, gracias.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras.
- Sonia, ¿has visto a Gabe? - le pregunto a la encargada de la cocina.
- Lo vi hace unas horas Sr Patrick. - me responde. - Iba con sus auriculares y su cuaderno.
- Ya se adonde fue, gracias. - digo. Salgo por la puerta trasera de la cocina y me dirijo hacia su lugar.
Cruzo el amplio terreno de césped y voy hacia el final, donde esta la pérgola. Viene a ser algo así como un invernadero. Salvo que ss una estructura de raices y maderas tan viejos como la casa y se encuentra cubierta de una gran mata de hojas.
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Lo distingo de perfil. Estaba sentado en el suelo. Tenía puesto sus auriculares, en una de sus piernas tiene apoyado su cuaderno, mientras que en su mano izquierda sostiene un lápiz y en la otra un cigarrillo.