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Hacia movimientos constantes, subiendo y bajando mi pelvis, mientras Ricitos estaba dentro de mi.

El está acostado abajo mío, mientras acaricia mis muslos.

Ambos gemiamos.

- Pat... - dice con dificultad. - No aguanto más, voy a terminar.

- Házlo. - digo.

Termina dentro. Salgo de encima de el, cayendo de espalda a la cama. Ambos suspiramos.

Acuesto mi cabeza en su pecho y Ricitos me abraza, dejando un beso en mi frente.

- Gracias. - dice. - Te tocaba a tí.

- Te noto ansioso, además no quiero que sigamos con esa estupidez de una vez cada uno. Parece de niños.

Ríe. - ¿Te encuentras bien? Me refiero a lo de Rose.

- Si. Me alegra que lo hayamos dejado de lado. Sigo sorprendido, pero ya no sirve que sigamos metidos en lo que paso.

- ¿Quién eres y qué le hiciste a Patrick Wallace? - dice divertido.

- Todo es tu culpa. - digo juntando mi mano con la de el y enlazandolas. Con su mano libre acaricia mi cabello. - ¿Pusiste el despertador? Sería bastante bochornoso que la estrella llegue tarde.

- Pero cuando llegue contigo todos pensaran: "se demoró por follar con sexy novio", y comprenderán porque, ¿Quien no llegaría tarde con tal de estar contigo?

- Que cursi. - digo. El ríe.

- Sabes, hoy hace cuatro años que lo hicimos oficial. Cuatro años desde que oí por primera vez que me llamaras de esa forma.

Levantó levemente la cabeza para mirarlo. - Lo sé, ¿Por qué crees que hice una reservación para esta noche? Iremos después de la exposición, solos tu y yo.

- Entre paréntesis, "dejas que Rafael se nos cole está noche y vas a tener que meterte mano por unos seis meses".

- Exacto. - digo. El ríe a carcajadas.

- ¿Aún no lo superas?

- No tengo nada que superar, solamente no me agrada. Y no lo quiero aguantar hoy. Me iré en dos días y no te veré por algunas semanas, así que quiero estar solo contigo. Después podrás invitarlo a dónde te plazca.

- Me parece bien. -  dice. Acerca su boca a mi oído. - Sabes que siempre te pondré a ti primero, por sobre todas las cosas. - me susurra.

- Lo se... Ahora descansemos que tenemos un par de horas, tras que eres feo no puedes llegar con ojeras.

- Ja ja ja. - dice con sarcasmo, pero divertido.

Ambos cerramos los ojos y nos dormimos abrazados, como siempre.

*************

Estaba recorriendo la galería, mirando las fotografías de Ricitos.

El lugar se encontraba repleto. Y como para no, sus fotografías son asombrosas.

Veo que está hablando con un hombre  de cabello canoso y vestido artísticamente pero elegante.

Sigo recorriendo. Muchas de las fotografías las distingo, ya que las tomo en nuestros distintos viajes.

En estos cuatro años hemos viajado por todos lados. Quién diría que la primera vez que saldría del estado sería con el, que mi primer destino sería la ciudad de mis sueños junto a la persona de mis sueños. Que haríamos el amor en un hotel de mala muerte, pero que nos dormiríamos abrazados mirando la torre Eiffel.

¿Puedo Quedarme Contigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora