𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐄 |𝐄𝐧𝐨𝐜𝐡 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫|

18

No era de esperarse que Enoch se comportara de esa manera con una persona nueva en la casa, pero lo que no entendí el por qué se comporta tan mal cuando una persona intentaba hablar conmigo o ser amable, lo hizo con Víctor aún siendo su amigo y conociendolo antes que a mí, y lo hizo con el profesor Chester siendo mayor que nosotros, y ahora con Abe. Por una parte eso no me agradaba pero por otra me sentía un poco feliz al saber que le importaba a Enoch...o eso creo.

-Que vamos hacer Enoch? -Le pregunte confusa-.

-Necesito tu ayuda en mi tarea diaria -Dijo él y ambos entramos a su habitación-.

Me puse a ver sus frascos con corazones mientras él acomodaba sus cosas en la mesa.

-Auch, fantástico lo que faltaba -Voltee  y lo ví mirándose el dedo-.

Me acerque a él y su dedo sangraba un poco.

-Maldita aguja -Dijo él mirándose el dedo con molestia-.

Negué por lo impaciente que era, fui por una vendita y luego se la coloque en su dedo, él me miro algo extrañado por lo que hacía pero no me importó quería ayudarlo.

-Gracias -Dijo él al ver su dedo con una vendita, yo solo sonreí-.

Iba a volver a intentar coser al muñeco pero tome de inmediato la aguja y lo hice yo.

-Terminaras haciendo tú mi tarea diaria -Dijo él y reí un poco causando una sonrisa de su parte-.

-Solo ayudó -Dije cosiendo la parte rota del muñeco- listo -Se lo entregue y fui a buscar las pinzas-.

Observé a sus muñecos cobrar vida, aún que no era frecuente siempre que veía la peculiaridad de Enoch me fascinaba, para mí él era el más especial de la casa.
Uno de sus muñecos se acercó a mí con algo de timidez y estiro su mano, antes de que Enoch hiciera algo como la primera vez, estire mi mano y el muñeco posó su mano encima de la mía para luego caer ya que su tiempo de vida había terminado.

-Aun no puedo entender el por qué él se comporta de esa manera contigo, además ni siquiera los otros muñecos lo hacen solo por alguna extraña razón es él -Dijo Enoch pensativo-.

Yo solo tome al muñeco con cuidado y lo mire detalladamente para luego dejarlo en su lugar con mucha delicadeza.

-Él me agrada más que los otros -Dije con una sonrisa-.

Enoch solo me miro con una expresión relajada y no tan seria como de costumbre, baje mi mirada un poco pero luego la levanté cuando tomo mi mano.

-Niños es hora del paseo!! -Oímos a la señorita Peregrine llamar desde el pasillo-.

Enoch se levantó de la silla y camino hasta la puerta.

-No vienes? -Me pregunto al no ver que lo seguía-.

Asentí y me levanté de la silla para salir ambos de su habitación, nos encontramos con Emma y Abe quienes hablaban animadamente.

-Te aseguró que te agradará el paseo -Dijo Emma bajando las escaleras junto con Abe-.

Enoch dió un gruñido molesto y bajo las escaleras.
Los niños se encontraban felices acompañando a Abe en el paseo, me quedé junto con Víctor y Olive quienes mencionaban algunas cosas que veían en el camino.

-Necesito comprar unas cosas, así que niños iremos a la tienda -Dijo la señorita Peregrine y todos se vieron felices ante la idea-.

Al llegar la señorita Peregrine nos permitió ir a ver vidrieras si así lo desearamos, solo fuimos los mayores y dos de las niñas, Bronwyn y Fiona, ya que los demás se fueron a comprar con la señorita Peregrine. Me detuve en una librería, busque algún libro que llamara mi atención para luego intentar comprarlo pero de pronto siento una mano en mi boca y que me alejaban del lugar. Alguien me empujó con brusquedad al suelo, mire de quién se trataba y era uno de los tipos que me intento atacar en la playa.

-Mis amigos murieron por tu culpa maldita asesina, eres un mounstro! -Dijo él con mucha rabia y odio-.

El saco un arma de su bolsillo y me apunto.

-Es una lastima eres linda pero eres un mounstro y ellos no deben de existir -Antes de que disparará lo mire a los ojos-.

Su cuerpo comenzó a temblar un poco y sus ojos sangraron al igual que su nariz, había hecho explotar su cerebro, de pronto cayó al suelo sin vida. Abe estaba detrás del hombre, sorprendido y asustado al mismo tiempo, caí al suelo muy débil intentando no cerrar mis ojos.

-Maxine -Dijo Abe y se acercó de inmediato a mí- vamos a casa antes de que alguien nos vea.

Me cargó en sus brazos y me llevo lo antes posible a casa sin esperar a los demás, me recostó en mi cama y me dijo que todo estaría bien que pronto vendría la señorita Peregrine. Él volvio a ir por ellos para que pudieran ayudarme.
Por lo débil que me sentía comencé a cerrar mis ojos pero no lo logré ya que oí las voces de los demás y sus pisadas apresuradas acercarse, la primera en entrar fue la señorita Peregrine luego Enoch junto con Emma y Abe.

-Mi niña te encuentras bien? -La señorita Peregrine me miro con preocupación- que sucedió? -Me miro a mí luego a Abe quien estaba algo nervioso-.

La señorita Peregrine limpio mi nariz con un trapo y acarició mi cabello.

-Un hombre intento hacerle daño -Dijo Abe mirándome algo preocupado-.

-No debí separarlos -Dijo la señorita Peregrine con algo de culpa-.

-No fue su culpa -Dije con una sonrisa algo débil-.

-Luego hablaremos preciosa, ahora descansa -Dijo ella y beso mi frente-.

Todos salieron de mi cuarto para que pudiera dormir un poco.

***

Antes de que estuviese la cena la señorita Peregrine me aconsejó que sería bueno tomar aire fresco para despejarme y mejorarme, estaba tranquila y pacífica hasta que Enoch llegó.

-Dime la verdad que fue lo que pasó realmente? Acaso era uno de los hombres que te hicieron daño? -Me pregunto con impaciencia-.

-No...-Me interrumpió-.

-Habla! Ya estoy harto de oír tus "No" dime qué te sucedió! Qué es lo que tanto ocultas! Maxine -Comenzo a gritarme-.

Y así continuo, diciéndome que era lo que tanto ocultaba o por qué tengo esa marca y esa cicatriz, que fue lo que hice y más, mi cabeza daba mil vueltas en cualquier momento explotaría. De pronto aparece la señorita Peregrine junto con Víctor e intentaron calmar a Enoch quien estaba demasiado molesto. Apreté mis puños con fuerza y comencé a sentir enojo, Enoch lo seguía aumentando.

-Enoch querido ella nos dirá a su tiempo...-Enoch interrumpió a la señorita Peregrine-.

-No! Ya tuvo demasiado tiempo, ninguno sabe con que clase de persona vivimos -Dijo él- quien sabe si no vivimos con un Mounstro!!!

-Enoch!!! -Dijeron la señorita Peregrine y Víctor al mismo tiempo-.

Esa palabra fue la que acabó con mi paciencia. Di un fuerte grito mientras caía de rodillas, el agua se movió y algunas aves o ardillas que dormían en los árboles salieron huyendo, hasta puedo jurar que rompí una de las ventanas de la casa.