𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐄 |𝐄𝐧𝐨𝐜𝐡 𝐎'𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫|

22

Sonreí al terminar de leer la carta, tal vez tenga razón tenía que ver mis peculiaridades de otra manera y no como un peligro para la sociedad...aún que lo sean.

-Maxine que bueno encontrarte -Dijo Abe subiendo las escaleras- Emma me pidió que te ayudará con tu tarea diaria, claro si tú quieres.

-Sí, gracias Abe -Dije con una sonrisa- dime Max, si quieres -Dije con algo de timidez y él asintió con una sonrisa de oreja a oreja-.

Ambos bajamos al patio para realizar mi tarea diaria, Abe sostuvo a las aves con cuidado mientras yo detenía el Árbol, cuando lo dejé en su lugar Abe dejo a las aves en su nido.

-Realmente si que tienes una gran peculiaridad -Dijo él con una sonrisa-.

-Gracias Abe -Sonreí con timidez-.

-Max, te puedo decir un secreto? -Me pregunto él con un tono nervioso a lo que asentí- pues verás, tu que conoces a Emma desde hace varios años -Asentí- sabes algo de sus gustos y eso, me podrías decir ya sabes cuál sería el obsequio perfecto para ella, quisiera que fuese especial -Sonreí con ternura-.

-Quieres a Emma -Dije y él sonrió con nerviosismo mientras asentí-.

***

A lo lejos ví a Emma abrazar con felicidad a Abe, lo ayude con el obsequio y se ve que logré atinarle. Se veían muy lindos juntos, algo de tristeza apareció en mí, nadie volvió hacer eso por mí desde que Enoch me obsequio un libro, él fue el primero y el último en hacerlo. Aún lo recuerdo, me encontraba jugando con las niñas y él apareció de repente en la puerta con un regalo en sus manos, me pidió que lo acompañará a su habitación y fue allí donde me lo dió "Lo escogí especialmente para tí" esas fueron sus palabras que no olvidaré.
Mire hacia su ventana y él estaba allí observandome, lo mire por unos segundos bastante largos a decir verdad pero luego desvíe mi mirada hacia otro lugar.

-Max quieres jugar con nosotros? -Me pregunto Millard y asentí-.

Jugamos Hugh, Fiona, Millard y yo a la pelota.

-Yo haré equipo con Max -Dijo Millard lo que sonreí-.

-Bien, suerte perdedores -Dijo Hugh a lo que todos reímos-.

Comenzamos a correr por el balón, y reíamos cada vez que alguno le robaba el balón a otro. De pronto Hugh lanza sus abejas contra nosotros y ellas nos invaden.

-Eso es trampa -Dijo Millard intentando quitarse a las abejas de encima-.

Aún que no nos picaran aún así eran molestosas, cuando logré quitarmelas de encima iba a seguir corriendo por caí raspandome la pierna.

-Max te encuentras bien? -Fiona se detuvo al ver un poco de sangre en mi pierna-.

-Tú y tus tontas abejas -Dijo Millard-.

-No tranquilo, no fue culpa de Hugh -Dije con una sonrisa- yo fui la torpe -Dije algo avergonzada-.

Le dije a los niños que continuarán jugando mientras yo iba a desinfectarme la pierna.

-Maxine que te sucedió? -Me pregunto Víctor bajando de las escaleras-.

-Solo me caí -Dije algo avergonzada-.

Víctor solo nego con una sonrisa y luego se ofreció a desinfectar la herida, ambos fuimos a la sala y él limpio con cuidado la zona, al sentir ese ardor por alguna extraña razón la cicatriz que tenía comenzó arder un poco, fue extraño para mí volver a sentirla.

-Ya está -Dijo él con una sonrisa-.

-Gracias Víctor -Dije y bese su mejilla para luego subir a mi habitación-.

Iba a limpiar mi vestido mientras descansaba un poco, pero tocaron la puerta, fui abrirla creyendo que era Víctor o alguno de los niños, pero era Enoch quien me miraba con una expresión que no sabría explicar.

-Siento si estabas ocupada, pero no has visto a mi muñeco por casualidad? -Me pregunto él intentando ponerse serio-.

-No -Dije y él asintió para luego volverse a ir-.

Fue un momento muy incómodo, y creo que para ambos. Al cerrar la puerta pude notar a su muñeco en el suelo de mi habitación.

-Pero que? -Lo tome con cuidado y tenía su corazón puesto pero ya su tiempo había terminado-.

Camine hasta la habitación de Enoch para devolverle su muñeco pero me detuve al oír unas voces.

-Ya le pregunté pero dijo que no -Oí decir a Enoch-.

-Le pediste disculpas? -Era Olive-.

-No, no lo voy hacer ya que no debo y no me interesan sus disculpas -Agache un poco mi mirada con tristeza-.

-Tal vez podrías dejar tu orgullo un poco de lado no crees, se que quieres hablar con ella...hazlo -Dijo Olive y de pronto escuche un vidrio romperse-.

-He dicho que no Olive, entiende. Déjame solo quieres -Enoch se enfado-.

Deje su muñeco en su puerta y me fui antes de que me descubrieran. Vi pasar a Olive algo cansada, luego volví a mirar hacia la puerta de Enoch y su muñeco ya no estaba.