QUÉ ME HICISTE GERARD WAY (Frerard)

18°Mi respuesta es sí

10 meses después...

FRANK

Camino por la acera, volteo a todos lados y sólo me encuentro yo con mis pensamientos, hola enano, ¿qué tal tu día?, Thony mi querido amigo, me encuentro bien, ¿tú qué tal? Espero no te encuentres tan solo ahí adentro, tu cabeza es todo un enigma, créeme que jamás me siento solo, por cierto, mira quién viene ahí.

Miré al frente y Gerard caminaba cabizbajo con dirección hacía mí, traía un libro en las manos y no dudé en acercarme a saludar y claro, mirar el nuevo libro.

Gerard ni siquiera se percató de mi presencia hasta que choqué con él a propósito haciendo que el libro cayera al suelo.

-Veamos, ¿de qué trata?- Levanté la gran pasta con hojas y lo limpié- El esclavo... No había oído sobre él.

-Hola Frankie, cómo estás, yo muy bien- Dijo Gerard con evidente sarcasmo.

-No te enojes, sólo quería ver esta preciosura.

-Vivimos uno enfrente del otro, puedes ir a verme cuando quieras.

-Que gracioso, hablaba del libro- Comencé a hojearlo y me pasé a la última hoja- Te leeré el final.

-No Frank, así no tendrá sentido leerlo.

-Y el pobre hombre...

-¡Dámelo!- Gerard tomó el libro pero no lo solté, así que comenzamos a jalarlo.

-¡Jamás sale del coma!...

-¡Deja de leer!- Entre tanto halarlo las primeras páginas se rompieron, solté el libro y estallé en carcajadas.

Gerard juntó las hojas que se desprendieron y me miró con el ceño fruncido.

-Me debes cinco dólares- Dejé de reír y también me puse serio.

-No te debo nada, tú lo rompiste.

-Frank, costó diez dólares, sólo te estoy pidiendo la mitad.

-Oblígame- Gerard no pudo contener la risa y comenzó a reír- Eres un idiota.

-Amas a este idiota- Le dije entre nuevas risas.

-Sin duda alguna.

Y el tiempo dejó de correr, Gerard reía como niño pequeño, sus carcajadas eran lo que a mí me hacían gracia, se veía tan inocente, como si nunca me hubiese dañado, como si siempre yo hubiese estado enamorado de él.

Cuando las carcajadas disminuyeron, volví a mirar a Gerard y este tenía las mejillas pintadas de carmín, sonreí más para mí que para él y lo besé.

Gerard no se esperaba algo así pero no se negó, pienso en cuando di mi primer beso, fue parecido, incluso sigue siendo el mismo chico, pero había inseguridad, ahora cada vez que nuestros labios se tocan siento amor.

Espero que esto sea para siempre...

GERARD

Me sentí acalorado de tanto reír pero eso no le impidió a Frank poder besarme.

Dejé el maldito libro de lado y aunque no me lo esperaba no desperdiciaría la oportunidad de besar esos labios.

-Frankie...- Dije en medio del beso.

-¿Sí?...

-Es tarde, hay que ir a casa.

Nos miramos y nos regalamos pequeñas sonrisas, entrelazamos nuestras manos y regresamos antes de que oscureciera.