Delusion

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— DongHyuck debe tomar su biberón cada cuatro horas. Comer papilla cada seis. Si quiere dulces solo dos cada siete horas aunque lo ideal sería ninguno.— La señora Jung asentía a todas las instrucciones que su antiguo yerno le daba.— JungWoo está muy caprichoso, no le voy a pedir que lo deje llorar pero por favor no lo consientan tanto.— Beso a los dos niños y se los dejo a la mujer.

—Está bien cariño, ve tranquilo. No debes tener un descanso desde el nacimiento de HaeChan

—No se imagina.— Río.

Tras dejar a su hijos con su antigua suegra regreso al auto, sintiéndose vacío sin sus pequeños tras el como patitos.

JungWoo había cumplido los cuatro años hace pocos días y aquella parte de su familia no había estado para festejarlo así que después de coordinar los llevo a la casa de sus amados abuelos para que pasaran el día.

Eran aproximadamente las once de la mañana y el conejo manejaba su pequeño auto a través de las calles de la ciudad.

Se detuvo a comprar un kilo de sus sabores favoritos de helado para comer tirado en la cama una vez que llegara.  Freno también en un local de comida rápida donde compro tres combos para el solo — o eso esperaba, si no es que Yuta andaba con su actitud de depredador por ahí—.

Cuando llego a la casa se sorprendió al ver al japonés en la puerta montando la moto junto a su pequeño hijo.

—¿Dónde van?— Pregunto acercándose a ellos con las bolsas en mano, una muy cálida y la otra muy fría.

—Al hospital, Xuxi se raspo el brazo.

—¡No duele! ¡No duele!— Exclamó el pequeño.

—¿Irás al ver al doctor guapo?

—Sip.

—Que astuto.

Hace meses Yuta había comenzado a verse cada vez más seguido con ese doctor, incluso fue a recibirlo al aeropuerto cuando el mismo volvió de Tailandia.

Fue el más cambiado luego de la ruptura; el y Johnny seguían con sus preferencias, mientras que Yuta perseguía a un hombre alto y fuerte.

Se había vuelto pasiva.

El pelinegro río ante sus pensamientos y saludo al pequeño Nakamoto que le sonreía detrás del casco. 

—Cuando termine llevaré a Lucas a la guardería con Mark y Tae, necesito hacer unas cosas del trabajo.

—Sí claro.— Lo miro encarando una ceja.— Usa condón, ya hay muchos niños en esta casa. — Su consejo pareció ofender al otro ya que le saco el dedo del medio.

Una vez que el mayor abandonó la cuadra de decidió por entrar, guardo el helado en el congelador y subió las escaleras con los paquetes de comida y una botella de vodka en dirección a su habitación.

O mejor dicho la habitación compartida de los tres, lo bueno es que todos tenían horarios distintos de sueño y pocas veces se encontraban juntos en la cama.

Se sorprendió al no encontrarla vacía, solo a Johnny sin camisa sobre ella.

Parecía sacado de una fantasía sexual, un hombre sexy recostado sobre la cama de dos plazas…

DoYoung no sabía si era por qué estaba sexualmente desesperado y necesitado pero en ese momento YoungHo le parecía el tipo mas guapo del mundo.

El mas alto noto su presencia e inmediatamente se disculpó.

—Lo lamentó Dong, olvidé que llegarías en cualquier momento.— Se sentó en la superficie y el menor hizo todo lo posible para no tirarse sobre su regazo, su voz sonaba tan ronca y grave.

—No importa.— Logró controlar sus impulsos.— Creí que estarías trabajando.— De forma disimulada trato de averiguar que hacia allí.

—No tengo trabajo para hoy.

—Pero llevaste a los niños a la guardería.— El mayor sonrió haciendo que las piernas del pelinegro tiemblen como gelatina.

—Necesitaba un descanso.— Los dos soltaron pequeñas risas.

—Traje comida.— Aviso una vez que sintió el ambiente volverse silencioso e incómodo.

—Por eso eres el mejor, bunny.— Se recostaron uno junto al otro manteniendo cierta distancia.

—¿Qué estás viendo?.— Cuestionó observando la pantalla mientras ponía todas las papas en una misma bolsa y le pasaba una de las hamburguesas.

—Es una serie, si quieres la cambio.

—No hace falta, tu explícame de que va y le seguiré el hilo.

Cuando terminó el pequeño resumen del primer y segundo capítulo pudieron seguir avanzando con el tercero en conjunto y a medida de que el cuarto capítulo terminaba también se acaban las frituras.

Juguetearon con el otro tratando de tomar más rápido las últimas papitas y peleando por ella entre risas, hasta que finalmente no hubo más que una sola y está termino en manos del conejo y acercándose lentamente a su boca.

—¡Dámela!.— Seo se lanzó sobre el buscando conseguir esa porción de comida, no es como si tuviera hambre, si no que siembre había sido así de juguetón y había pasado tiempo desde la última vez que hizo algún tontería así con alguien.

DongYoung también extrañaba las peleas por nada, sabía bien como resistirse ante la intimidaciones —ventajas de haberse casado con Jung— así que puso la papá en sus labios y la comió como si fuera un pepero, dejando parte fuera.

Johnny no supo por qué lo hizo, pero de un momento a otro tenía el pequeño cuerpo debajo del suyo, sus piernas se ajustaron a él, abriéndose, dejándole espacio en medio de ellas. Se miraron confundidos

¿Qué seguía ahora?

YoungHo decidió dejar que sus impulsos decidan eso y robo la fritura de la boca contraria, rozando por un momento sus labios. 

No fue lo más romántico ni pasional que había hecho, pero en un momento como ese a ninguno le importaba.

La remera del menor fue la primera en volar entre los feroces besos que se daban, sus manos exploraban el terreno del contrario con desespero, con ansias de sentir otra piel.

Extrañaban sentir esa calidez…

Cuando la cinco de la tarde sonaron y sus cuerpos no eran más que desastres de sudor y chupones el mayor tuvo que dejarlo para ir a buscar a sus hijos.

Mientras se cambiaba el pelinegro lo acechaba desde el lío de sábanas.

Su sonrojo era mas por satisfacción que por otra cosa, el cuerpo de Seo era diferente que el de su ex esposo y era la primera vez que lo hacía con alguien que no sea el, no iba a mentir, no entendía como TaeYong pudo dejar eso por JaeHyun.

—¿Quieres que vaya por JungWoo y Dong?.— Le pregunto una vez ya vestido intentando ajustar la corbata a su cuello.

—No es necesario.— El menor se levantó mientras le respondió que se levantaba desnudo y se acercaba con un ligero meneo de caderas.— Deja que te ayude.— Tomo la tela de las manos ajenas y la ato correctamente.

—Dile a los Jung que yo iré por los niños.— Le aseguro, y DoYoung le sonrió tiernamente.

—Qué amable es usted, Hyung.— Lo tomo de la manos con falsa inocencia y un tono juguetón.

Se despidieron a besos y manoseos mientras Seo dejaba la casa.

Dong se vistió con un pequeño short pastel y una remera grande púrpura, comenzó a ordenar el desastre de ropa que habían dejado y luego siguió con ordenar la cocina mientras se premiaba con cucharadas de helado de vez en cuando.

Estaba feliz, por alguna razón lo estaba y no sé sentía cómodo con esa felicidad.

Johnny era su amigo ¿No?

¿Estuvo mal? ¿Cómo seguirían las cosas después de eso? Se repitió mil veces a si mismo que no debía hacerse una vida ficticia como usualmente lo hacía, debía mantener bajas las expectativas para no salir lastimado de nuevo.



—¡Papá!

YoungHo sonrió al ver a MinHyung acercarse a el dando torpes pasitos a la salida de la guardería, su pequeña sonrisa iluminó la sala y lo cargo en sus brazos a penas lo tuvo junto a él.

—Papá.— Mark pego su mejilla a la de su padre restregándola en forma de cariño. Sus cabellos de mismo tono se mezclaron manteniendo sus cabezas pegadas.

Detrás venía Lucas a largos y ruidosos pasos de la mano de TaeIl quien se reía a las monerías del más chico.

—Lucas aprendió a decir Tae.— Johnny se agachó para escuchar mejor al menor y de paso atrapar a su otro hijo en un abrazo.— ¡Papá! ¡No enfrente de todos!.— El mayor río y no le hizo caso llenándolo de besos y de mimos.

Los Seo rieron a unísono y el padre noto que el pequeño Nakamoto lo miraba con ojitos brillosos y fijos.

—¿Tu también quieres…?— El chiquillo asintió y Johnny lo abrazo.— Idéntico a Yuta.

Le indico a TaeIl que sostenga la mano del mitad japonés y el los llevo hasta el auto, ahora debían ir a buscar a los Jung.

Subió a los niños y sentó a los mas chicos en las sillitas especiales.
Una vez que ya estaban todos con el cinturón puesto arrancó en dirección a la casa de los padres de JaeHyun, era una ciudad un poco lejos.

Manejo al son del disco de canciones infantiles que solían escuchar sus hijos cada vez que viajaban, era la misma mierda repetitiva pero los tres del asiento trasero la tarareaban hipnotizados.

La camioneta de Seo era ideal para ocho personas, la cantidad de hijos que TaeYong juro que iban a tener.

Se sintió triste cuando vio el asiento de acompañante vacío, sin su pelirrojo mandón ahí.

Paso una mano por su cabello deteniéndose frente a la residencia Jung.

Lo primero que hizo fue asegurarse de que el hijo de esa familia no se encontrará allí.

Bajo del auto dejando al trío dentro aunque este lloriqueo pidiendo salir, era más seguro que estén ahí.

Tocó la puerta y la amable mujer lo recibió con una sonrisa.

—¡Hola John! ¿Cómo estás?.— La señora lo abrazo afectivamente.

El y JaeHyun habían sido amigos desde el vientre, sus madres eran mejores amigas y habían heredado esa amistad, no hubo momento de su vida que no haya sido presenciado por su hermano del alma.

¿Sus primeros pasos? Juntos

¿Su primera palabra? Fue el nombre del otro.

¿Su primer beso? Ambos acorralaron a esos chicos contra la misma pared del instituto y lo hicieron a la misma hora, el mismo día.

¿Su primer llanto por amor? El estuvo ahí para secar sus lágrimas y cuando fue el suyo le devolvió el favor.

Sabían todo del otro y se querían como hermanos.

¿Por qué tuvo que arruinarlo todo? Pensó Seo cuando se separó de la mujer.

—¿Cómo está tu madre?

A diferencia de la señora Jung que se mantenía sonriente y firme frente a todo su progenitora era más complicada.

Hace años se le diagnosticó cáncer de estómago y su padre se encargaba de llevarla de hospital a la casa.

Un día de esos su padre nunca llegó para llevarla, había tenido un accidente y a causa de eso el joven Johnny de veintidós años tuvo que hacerse cargo de ella, hubiera sido terrible sin la ayuda de TaeYong el estuvo ahí siempre que lo necesito.

Cuando esté quedó embarazado de TaeIl la mujer quiso dejar de ser una carga y se alojó en el hospital y muy pocas veces recibía visitas, apenas había visto a MinHyung unas pocas veces.

—Mejorando, aún reniega contra el tratamiento.— Respondió con la verdad.

—Ay esa mujer, a ver cuándo me deja ir a darle unas buenas lecciones.— Rieron.— ¿Y tus niños John?

—Los dejé en el carro.— Señaló detrás de él la camioneta por la cual se veía a TaeIl observarlos a través de la ventana.— Créame, es mejor así…

—Entiendo.— Dio unos pasos para adentro.—  Iré a traer a los chicos.— Volvió a ingresar a la casa dejando la puerta abierta.

Fueron unos pocos segundos los que espero para que la mujer vuelva con sus adorados nietos.

—¡Tío!.— JungWoo se lanzó sobre el.— ¿Tae está aquí?— El mayor le contesto mientras sostenía a un feliz DongHyuck y su bolso en un solo brazo.

—Despídete de tu abuela y vamos.— Mientras el chiquillo abrazaba y  besaba a la señora, YoungHo sentaba al niño castaño en su sillita junto a la de Mark.

—Pórtate bien.— Le suplicó y juraba por su padre que vio al diablillo sonreír maléficamente.

Subió a JungWoo en medio de Yukhei y de TaeIl que lo recibió con una sonrisa y muchas anécdotas de la guardería.

Con los cinco niños dentro del carro Johnny partió de regreso a su casa.

Mientras iba pensó que sería buena idea llevar algo para cenar, ya eran las siete de la tarde y la hora de comer se acercaba.

Se detuvo en un Autoservicio de la cadena de comidas rápidas favorita de su familia, escucho a los niños gritar de emoción cuando ingresaron.

—Quiero…— Comenzaron a hablar todos juntos, el trato de organizarlos y callarlos hasta que escuchó una voz no conocida.

—Ío.— Sonaba como un intento de decir Tío.

—¡HaeChan hablo!— Exclamó emocionado el hermano de este.

Ese mocoso del demonio había dicho su primera palabra. Lo había llamado a él.

DoYoung iba a destruirlo.

Todos los menores miraban sorprendidos al menor que reía, claramente con maldad, sabía lo que hacía, sabía que ahora su papá lo mataría por haber sido la primer palabra de su tesoro.

—Tío.— Lo pronunció mejor una vez que noto que estaba haciendo algo malo.

—Ese crío me odia.— Reflexionó Seo acercándose a la ventanilla para hacer el pedido.

Regreso a la casa con la cola entre las patas sabiendo que el enano de menos de dos años no tardaría en mandarlo al frente.

Cuando bajo del auto al primero que tomo fue al más chico, estratégicamente le puso el chupón aunque este intentaba sacárselo a toda costa.

Después le abrió la puerta a los mayores y les indico que tomaran a Lucas de la mano para entrar, por suerte el menor seguía a JungWoo a donde vaya.

Por último Mark lo abrazo por el cuello cuando lo saco de su sillita, cuando ambos menores estuvieron juntos Dong se tranquilizó y comenzó a acariciar la mano de su hijo menor.

Entró a la casa y como pudo cerró la puerta.

Todas la cosas que el subconsciente de DoYoung le  murmuraba pasaron a segundo plano cuando vio al alto entrar rodeado de los niños, ellos lo amaban, era un gran padre y tío.

Lo vio ahí parado en la sala, vestido con una camisa que cubría las marcas que horas atrás había dejado y la corbata que el mismo había arreglado, con DongHyuck en un brazo y sosteniendo a MinHyung en el otro, TaeIl y JungWoo con Lucas venían persiguiéndolo tomados de la mano.

Su cabello castaño oscuro peinado de costado dejando ver su angelical perfil mientras hacía reír al hijo menor del pelinegro.

DoYoung no quiso, pero fue muy tarde para arrepentirse.

Se estaba haciendo una hermosa ilusión con YoungHo.

Back To you [NCT] (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora