Breathe

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TaeIl respiró hondo.


Dejó al menor esconderse en su pecho y aferrarse a el aún más fuerte mientras lloraba en silencio.

Por que Tae sabía que no importaba si DongHyuck era ruidoso hasta cuándo dormía, cuando lloraba, lo hacía en silencio.

Seo acarició los costados del moreno y beso su cabecita buscando que se tranquilizara pero este sólo temblaba ante su toque y se mantenía pegado a su pecho.

— ¿Ocurrió algo entre tú y Win? Estuvo raro últimamente

—No, Jae.— El otro hombre hablo.— SiCheng ha estado sin ánimos desde que llegó, pero es por que su hijo con el japonés también está aquí.— Seo se tenso aún más, ahora sabían que Lucas estaba aquí.

— ¿Está aquí? ¿Lucas?

— Creo que ese es su nombre.

La boca de JaeHyun se abrió de sorpresa, si Yuta estaba aquí podría tener la oportunidad de hablar con el, demostrarle que había cambiado para bien y que lo dejen ver a sus pequeños... A su pequeño Woo y a su solecito, aquellos niños que habían crecido alejados de el, a los cuales no pudo darle todo el cariño y amor que les tenia.

Sabia que era su culpa, el había sido el idiota mas grande el mundo, alcohólico y agresivo, un mal esposo para el pobre DoYoung y un mal padre para sus hijitos. Pero el también sabia que su cambio era real, lo notaba en la sonrisa de felicidad en su nueva pareja y la alegría que reflejaban sus hijos. El se había esforzado tanto para ser digno del amor de sus tres personas favoritas en el mundo.
Pero aun le faltaban sus dos angelitos.

— Debes ayudarme a hablar con el.— Suplico el rubio al mayor.—  El puede ayudarme a volver a ver a mis hijitos.

El cuerpo de DongHyuck tembló en los brazos del mayor. Ahora tenia miedo, mucho miedo por que sabia que el los estaría buscando. Temía por el, por su hermano y por su padre.

TaeIl también había comenzado a temblar, pero debía mantenerse firme y fuerte para poder proteger al pequeño que tenia abrazado a su pecho.

El calvario por fin termino cuando los dos adultos se bajaron en el piso seis, que por lo que sabían tenia un gimnasio.

Antes de que las puertas volvieran a cerrarse Seo sintió una mirada sobre su espalda.

— Que bonita pareja.—  Escucharon aquella voz antes de volver a estar solos en aquel lugar.

— Hae...

El adolecente se deshizo en los brazos de su hyung, podía jurar que nunca había llorado tan fuerte. El pánico que lo carcomía por dentro no lo dejaba respirar, sus lagrimas parecían eternas y el ardor en su pecho no iba a desaparecer con los dulces susurros del mayor.

Estaba teniendo un ataque de pánico. El nunca había tenido uno, pero si había visto a su hermano y a su padre sufrir por ellos.

La desesperación lo llevo a desplomarse en el suelo, no podía respirar bien, su cuerpo daba espasmos y sentía que iba a morir dentro de ese elevador. El frio se colaba en sus huesos pero su rostro se sentía irritablemente caliente. Estaba mareado, su alrededor daba vueltas y las palabras de TaeIl no eran procesadas por su cerebro.

— Hae, tranquilo, por favor respira, respira mi amor.

La angustia estaba llegando a Seo, quien segundo a segundo sentía su mundo colapsar.

DongHyuck era su mundo, y se estaba deshaciendo frente a sus ojos.

Lo único que atino a hacer fue a tomar el rostro del menor entre sus manos y susurrarle que debía respirar.

Tenia que respirar.

TaeIl no soportaba el tener al amor de su vida enfrente, tan destrozado, tan débil y lastimado.

La puerta volvió a abrirse ganándose un sollozo aun mas fuerte por parte de Kim.

¿Y si era el? ¿Y si había vuelto por el? ¿Y si lo había reconocido? ¿Y si quería alejarlo de su papa? ¿Y si lo alejaban de Mark? ¿Y si volvía a gritarle a JungWoo?


¿Y si intentaba lastimar a TaeIl?


— Hae, mi amor, por favor respira.—  Seo sentía sus mejillas húmedas por las lagrimas que comenzaban a salir, dejo de acunar el rostro del menor para tomar sus brazos y evitar que siga rascando con desespero sus muñecas. Ni siquiera le importaba que otros huéspedes hayan entrado al ascensor. Lo único que veían sus ojos era a su pequeño luchar contra el agarre para seguir lastimando sus muñecas.— Mi amor...

— ¿TaeIl?.—  La voz que lo llamaba lo hizo voltearse. Se encontró con el rostro que tanto necesito a lo largo de dieciséis años.

—  Papa...—  Su voz salió rota y se dio pena por actuar de esa forma frente al chico que intentaba proteger.

— Esta todo bien cariño, dime qué paso.—  TaeYong se puso de rodillas junto a ellos. TaeIl no pudo encontrar la forma de hablar, solo lloraba y continuaba viendo el rostro preocupado de quien le dio la vida.— Okay, no importa, solo tranquilízate, es lo mejor que puedes hacer por el, tranquilízate.

— DongHyuck.—  Logro formular con el ardor en su garganta, estaba comportándose como un pequeño niño al que se le rompía su juguete favorito.

— Estará bien cariño.— La atención de Lee se dirigió al pobre chico que aun lloraba.—  Escúchame DongHyuck, haremos lo siguiente.—  El menor parecía no escucharlo, pero TaeYong sabia lo que hacia.—  Quiero que te concentres en TaeIl ¿Puedes hacer eso? Necesito que mires el pecho de TaeIl y te concentres en su respiración.—  Las ordenes fueron recibidas por el chico, el albino se puso detrás de el tomándolo por los hombros dándole confort.—  Quiero que iguales tu respiración a la de el, ¿esta bien, cariño? Quiero que cuando Tae inhale tu lo hagas y cuando el exhale tu sueltes el aire ¿Entendido?.
TaeIl comprendió lo que su padre hacia por lo que se obligo a si mismo a recuperar la compostura y respirar lentamente, siguiendo a su vez como el castaño claro recuperaba el aliento.

— Ya paso cariño, todo esta bien...—  El susurro de Yong llego a los oídos de Hyuck quien suspiro.

Por fin había vuelto en si.

Back To you [NCT] (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora