Trying It [The King 2/4] BORRADOR

Capitulo 28

Capitulo veintiocho

Punto de vista un idiota... Kyler.

Fumo mi tercer cigarrillo en menos de una hora, había parado de fumar hace bastante tiempo, pero justo ahora lo único que quiero es fumar... y estar con Daya.

Pero estar con Daya es imposible. Tras los últimos estudios, se nota un poco de deterioramiento en los riñones de mi hijo, razón por la que mi chica está haciéndose sus estudios.

Miro mi reloj, me dijeron que serían como media hora de estudios. Así que me pongo a caminar hacia su habitación.

Cuando estoy por uno de los pasillos, escucho a una chica gritar, así que volteo asustado. Me encuentro a una castaña correr hacia mí. Muy emocionada.

-Oh mierda, eres tú. Mierda, mierda. –Dice ella mientras da pequeños saltos.-Quiero tener tus bebes.

-Bueno, no creo que a mi novia le gustara eso.

-Mierda, el otro día conocí a tu novia y ella es súper sexy entiendo cómo es que la quieres solo para ti.

-Es más que una chica sexy. Ella es mucho más. –Admito y ella vuelve a saltar emocionada.

-Tenemos una foto y todo. Ella y mi bebé y mi novia. Y claro, tu bebé. –Dice sonriendo. -¿Ella está aquí? ¿Por qué sigue aquí?

-Umh... Sí, estamos aquí. Hubo... ya sabes...

-Lo lamento mucho Kyler. –Dice en un susurro. –Ella es mega genial y debería ser todo rosa.

-Bueno.... Quizás pueda ser azul, si todo sale bien.

-Bueno, entonces no te sigo molestando... Dile que la loca castaña que grito querer tener los hijos de su novia le manda un beso.

-¿Quieres... verla? –Pregunto dudoso. Daya necesita una amiga. Y yo la amo, pero no puedo ser una amiga.

-¿Tú crees? Digo no me molestaría, la he hecho reír mucho. Tengo mis ocurrencias...

-Vamos. –Le digo y ella camina junto a mí intentando no sonreír.

-Lo siento, si sonrió es porque el único hombre que me parece atractivo está caminando a mi lado, pero juro que no me alegra la situación. –Dice ella haciéndome reír.

-Vale. Yo me rio porque tienes razón, eres muy divertida. Pero no, no me da gracia mi situación.

Cuando estamos a un metro de la habitación escucho una voz muy reconocida.

-Te dije que no molestaras a mi niño y te inventas toda una enfermedad para atraer su atención. ¿Qué quieres Daya? –Dice aquella voz, mi cuerpo se tensa.

Mierda.

Abro la puerta completamente enojado.

-Mama. –Digo fulminándola con la mirada, ella me da una sonrisa dulce. Miro a mi novia, ella está llorando. Suspiro. –Vete de aquí, madre. Luego hablaremos. Pero ni se te ocurra volver hablarle así a mi novia. ¿Estás loca?

-Hijo. –Dice ella intentando llegar a mí, pero, niego con la cabeza.

¿Qué clase de monstruo es mi madre?

-No, vete de aquí. Largo, no quiero verte. Te escuche.

Mi madre un poco cabizbaja sale de la habitación y me acerco a Daya. Ella aparta su mirada de mí. Yo hago que me mire.

-Lo lamento, mi amor. Lamento no haberte creído.

-Está bien. –Susurra ella y mira detrás de mí, recuerdo a la castaña. Me alegro haberla invitado cuando mi novia al verla se ríe. –Lo lamento, no recuerdo tu nombre pero que genial verte otra vez.