Capítulo Cuarenta y Uno
Miro a Kyler, se ve demasiado guapo en su traje, pantalón, camisa y saco. Lleva su cabello despeinado sin embargo, le da un look sexy. Suspiró, aún con la aprobación del doctor, el no me ha tocado.
-¿Te fue bien? - Pregunto con temor. El me mira con el ceño fruncido.
-¿Crees que lo hice mal para que te rechacen? - Pregunta desanudando su corbata. Yo suspiro.
- No...
- Pareciera. Me dijiste cuatro veces que debía hacerlo bien.
- Lo siento. - Susurro.
- Como sea. - Dice el y sale de la habitación.Me siento en la cama, mí idea de adoptar al pequeño en mí cabeza estaba bien planeada. Pero en la práctica era más difícil, aunque supuestamente la trabajadora social amiga de Wilson dijo que se nos haría sencillo por ser famosos y tener demasiado dinero. Yo solo quería al niño en mí casa, cuidarlo y hacerlo feliz.
Pero eso estaba atrayendo los problemas con Kyler. ¿Porque él no puede entender lo importante que es esto para mi?
Limpio con brusquedad las lágrimas que se escaparon y miro mí teléfono, tengo un mensaje de Adam, el si me apoya con el tema de la adopción. Él está feliz de que quiera hacerlo.
-¿Austin? - Pregunta Kyler, lo miro confundida.
- Acá. - Digo señalando al bebé dormido en el medio de la cama, rodeado de almohadas. El suspira.
-¿Porque está acá?
- Porque estábamos tomando una siesta. - Digo y el asiente. Sale de la habitación y yo verificando que mí hijo está protegido, salgo detrás de su padre.Cuando lo encuentro, está bebiendo vino en la cocina. Me acerco a el, no me mira, está pendiente de su celular.
-¿Que te sucede? - Me atrevo a preguntar.
-¿Que? - Pregunta confundido.
- Porque estás tan enfadado conmigo. Ya fueron dos semanas.
- ¿Y?
- Kyler mierda. Me haces sentir mal. - Digo en un hilo de voz. El se encoge de hombros.
- Quizás te haga sentir como tú me haces sentir.
-¿A qué demonios te refieres?
- Decidiste adoptar un niño sin mí. No quería tener más hijos que Austin. El es pequeño y merece toda nuestra atención.
- No te pedí que lo adoptaras conmigo. - Digo molesta.- Tu dijiste que ibas hacerlo, que lo querrías como si fuera tuyo.
- Y lo haré. Pero no fue mí elección.
- Me iré. - Digo saliendo de la cocina.No soportaba esto. Durante dos semanas prácticamente me ignoro, me hablaba solo lo necesario de Austin. Si yo iba a la sala, el iba a la habitación. Así de mal. Y ahora me recrimina sobre el niño.
-¿A dónde te irás? - Pregunta siguiendome.
- A dónde no te importe Kyler. Se terminó. Ya no quiero estar más contigo. - Digo enojada, mirándolo. - Tu nunca llegarás a lo que yo quiero.
-¿Y que quieres Daya? - Pregunta irritado.
- Que no me lastimes. Te dije que si veía señales a las que tenías antes esto se terminaba... Me estás ignorando, eso ya sucedió. No sucederá nuevamente. ¿En este estado de molestia, cuanto tiempo tardarás para que te parezca linda una chica y me engañes?
- Joder, te amo. No lo haría.
- Antes decías amarme, Kyler.
- Quizá sí, sea buena idea terminar. Fue un error haber regresado. Tiempo gastado. - Dice y yo lo miro sorprendida y realmente dolida.Muerdo mí labio con fuerza. Y asiento. ¿Saben cómo se siente cuando tú corazón parece romperse?
- Bien, ya no gastarás más tiempo en mí. - Susurro caminando a la habitación de Austin.
- No te irás con mí hijo, Daya. Si quieres vete, pero mí hijo se queda conmigo.
- Jamás me separare de mí hijo, Kyler.
- Pues si decides irte, lo harás. Yo no voy a dejar que lo pongas en peligro. - Dice enojado. Yo paso una mano por mí cabello y el la toma, me mira furioso. -¿Que mierda te hiciste? - Pregunta al ver la venda en mí muñeca.Intento apartar mí mano de las suyas, pero él no lo permite. Me intenta quitar la venda para ver, pero yo no lo permito.
- Sueltame Kyler. - Le pido y el de un tirón, la arranca. Dejo de luchar.
-¿Que? - Susurra al ver. Yo apartó mí brazo de sus manos y el lo permite. Me mira sorprendido.
- No vuelvas a tocarme.
- Daya. - Susurra e intenta acercarse a mí y yo me aparto.
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Trying It [The King 2/4] BORRADOR
RomanceHe salido con varios tipos en mi vida. Pero ninguno de ellos jamás me hizo sentir parecido a como me sentía con el. Porque el me hizo volar por las nubes. Me hizo volar por las nubes y luego caer sin paracaídas al suelo. Al frío y duro suelo.