Rodé sobre el colchón hasta aterrizar en el suelo de madera a salvo de la daga que aquella mujer habia arrojado a mi cabeza, y que por suerte habia esquivado. Ahora el arma estaba clavada en la cabecera de la cama, lugar de donde ella la tomó nuevamente antes de saltar sobre mi.
—¡Zhaarí!
El grito de Deuls fue ahogado por un gruñido procedente de la garganta de su hija. Me levanté del suelo lo más rápido que pude y corrí por la habitación hasta llegar a la puerta de madera que separaba la recámara de la pequeña sala que había en la habitación. Zhaarí gritó y aporreó la puerta de madera intentando abrirla, mientras yo ponía toda mi fuerza en mantenerla cerrada. La madera crujió y esa fue mi señal para alejarme.
—¡Te voy a matar!—la voz de la chica sonaba como si estuviera poseída o algo así, no parecía aquella pequeña mujer amigable de hace un momento
Me apresuré a la puerta principal, pero antes de que llegar, esta se abrió y por ella entró aquel chico de ojos grises. Por un momento sus ojos se encontraron con los míos y supe que aquel chico podía ayudarme. La puerta a mis espaldas cedió y dejó a la vista una pequeña mujer demonio que podría asustar hasta al más valiente ser humano. Me giré a verla pero solo fue por un momento ya que pronto tuve una mano sujetándome del brazo. El chico tiró de mí y me colocó detrás de él al mismo tiempo que su mano libre empuñaba su espada de forma que solo un experto podría hacer.
Zhaarí saltó y aterrizó justo frente al chico, Jolin era su nombre, recordé en un momento de terror. El ruido del metal contra metal inundó la habitación por completo. Los movimientos de ambos eran limpios y cargados de gracia que no esperaba ver en una pelea. Zhaarí atacaba a diestra y siniestra con su daga mientras Jolin esquivaba y desviaba cada uno de los golpes, sin permitirle a la chica llegar a mi.
—¡La voy a matar!—rugió la chica cuando su arma se estrelló de nuevo con la del chico—¡eso se merece por insultar al Rey!
Jolin me lanzó una mirada rápida que le costó una herida en el antebrazo y provocó una sonrisa en el rostro de Zhaarí. La chica se alejó un par de pasos solo para tomar vuelo y volver a saltar, Jolin preparó su espada para recibirla en el aire y el solo pensarlo me causó escalofríos. Frente a nosotros, desde la seguridad de la habitación, Deuls miraba con angustia la pelea en la que yo había metido a su hija.
Tonta, tonta, tonta
Me tragué mi miedo y respiré dos veces antes de salir de la seguridad que me ofrecía aquel sujeto, y enfrentarme a Zhaarí.
—¡Lo siento!—dije en voz lo suficientemente alta para que ella me escuchara. Zhaarí se detuvo frente a mí y apuntó mi cuello con su daga. Mantuve mis ojos en ella, podía percibir la rabia en su mirada—lo lamento, no creí que te ofenderías tanto por ese comentario—expliqué algo enfadada por la reacción tan exagerada que habia tenido. Las pupilas dilatadas de la chica regresaron a la normalidad y pude respirar con tranquilidad cuando regresó la daga a su lugar en el interior de su bota
—Con eso no se juega—gruñó en voz baja. Asentí con arrepentimiento e hice una pequeña reverencia
—En mi defensa, estabas molestándome demasiado y Dabin—la chica gruñó—tu Rey, no estuvo presente en ningun momento de mi vida por lo que, aunque no te guste, me cuesta tenerle una pizca de respeto—Zhaarí volvió a gruñir y esta vez dio dos pasos hacia mi—intentaré no ofenderlo de nuevo—la chica entornó los ojos y desvió la mirada—¿Todo bien?—la chica se frotó la nariz con el dorso de la mano y asintió
—Debiste ser clara y decirme que no molestara más—apreté los labios consciente de que eso hubiera sido mucho más sencillo
—¿Hubieras dejado de hacerlo si lo pedia?—Zhaarí arqueó una ceja y sonrió con malicia
ESTÁS LEYENDO
Atrigeos I : Esencia
Fantasy● Libro Uno ● Erika Dotsen ha perdido todo. A sus 20 años siente que el mundo no tiene sentido. Después de un tropiezo y conservar un objeto que no le pertenece, ella tendrá que recorrer nuevas tierras que jamas en su vida hubiera imaginado existie...