—Este lugar luce como si fuera el hogar de un centenar de barbaros, ¿Qué acaso no limpian este sitio?
Mamá sacudió su abanico frente a su rostro perfectamente maquillado y echó una mirada fulminante a una de las doncellas que nos acompañaban. Sonreí divertida de las quejas de mi madre y continúe abanicándome.
El día de hoy la temperatura pareció aumentar tres grados, haciendo insoportable el hecho de usar vestido. En Azurill el clima era mucho más fresco, por lo que podía usar la ropa más abrigadora y no sudar ni una gota, pero en Neurin, el vestido más sencillo hacia sudar mi cuerpo dejándome una extraña y desagradable sensación de suciedad.
—¡Por los Dioses, esto es insufrible! ¿Cómo pueden soportar este calor?—la doncella a mi lado contuvo una risa y sonreí al notarlo—¿Cómo puedes querer caminar en tal situación?—mamá me miró con sus bellísimos ojos verdes y limpió con su mano una gota de sudor que descendía por su cuello
—Te dije que no era necesario que me acompañaras. Solo iré al jardín a respirar aire fresco, estar en mi habitación es aburrido y cansado—mamá frunció el ceño y siguió con su camino
En realidad eso solo era una pequeñísima parte de las razones por las que quise caminar ese día. Lo que en verdad quería era lucir aquel vestido azul rey que papá me había regalado la noche anterior cuando por fin estuvimos solo él y yo, pero aún más importante, quería que Jolin me viera en él.
El guardia de cabellera blanca me había dejado esperando la tarde de ayer después de que uno de los soldados de mi padre le avisara que el Rey lo estaba esperando para asignarle un trabajo. Jolin se había despedido con tanta propiedad como siempre, aunque se había negado a besar mi mano. En ocasiones anteriores, él había aclarado que no se permitía traspasar el espacio personal de la familia real, ya que lo consideraba una falta de respeto, logrando con ello que mi corazón anhelara el roce suave de sus manos.
—Kirlia, ¿estas escuchándome?—llamó mi madre sacándome de mis hermosos pensamientos. Parpadeé en su dirección y solté un suspiro
—Lo lamento madre, estaba pensando en algo importante—no era mentira, Jolin era importante para mi
La reina negó con la cabeza sacudiendo el enorme chongo que era su cabellera rubia, la que tanto envidiaba, aunque mi melena azabache era tan bella como la de ella.
—Te decía que tu padre lucía preocupado esta mañana en el desayuno
—Es cierto, sus ojos parecían inquietos—la apoyé recordando la cara ligeramente preocupada de mi progenitor—desde ayer luce angustiado
Intercambié una mirada con mi madre y fruncí los labios sintiéndome inútil al no saber qué es lo que mantenía a mi padre tan inquieto. Normalmente mi padre nos recibía con tanta alegría y euforia. Pasábamos tanto tiempo separados que aquellos días era una regalo que no desperdiciábamos jamás, pero esta vez el parecía tenso. Intenté no preocuparme y no hacer preguntas durante el desayuno, pero ahora mi mente divagaba en lo que podría tener a mi padre en aquel estado de estrés.
El ruido llegó desde el fondo del corredor, tanto mi madre, como las doncellas dirigieron la mirada hacia el lugar donde un par de chicas se reía a carcajadas mientras un hombre las miraba con confusión, y no era cualquier hombre, su cabellera blanca perfectamente peinada era imperdible.
Jolin trataba de hacer que las chicas, o al menos eso parecían ser aunque vestían ropas similares a la de él, le explicaran algo. Una de ellas, la más alta, lo miró y colocó sus manos sobre los hombros del guardia, le dijo algo con una sonrisa en el rostro y luego le dio un leve golpe en las costillas. Jolin, quien parecía conocerla, le regresó la sonrisa y pasó un brazo por sobre sus hombros y la acercó para abrazarla ¿Quién era ella y por qué actuaba como un chico? Y aún más importante, ¿Por qué Jolin la abrazaba a ella y a mí no? Sentí la sangre arder en mis venas y estoy casi segura de que eché humo por la nariz cuando los vi alejarse alegremente por el corredor.
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Atrigeos I : Esencia
Fantasy● Libro Uno ● Erika Dotsen ha perdido todo. A sus 20 años siente que el mundo no tiene sentido. Después de un tropiezo y conservar un objeto que no le pertenece, ella tendrá que recorrer nuevas tierras que jamas en su vida hubiera imaginado existie...