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Lo más lindo que decía eran mentiras, igual que sus actos, dicen que "un acto dice más que mil palabras", pero, ¿que pasa si hace las cosas pero resultan ser falsas? Un noviasgo, un compromiso, incluso llegar a un matrimonio. Dicen que no puedes besar a alguien que no quieres, o que no te gusta, yo no le gustaba, eso era claro, pero entonces, ¿Cómo le nació hacerlo? Talves su ambición y sus ganas de poder lo impulsaron para hacerlo. Ese beso me dejó marcada, no les voy a mentir, estuve enamorada de él desde los 6 años sin exagerar. Pero yo no era el tipo de las chicas que le gustaban, su tipo eran altas que parecían modelos, yo era baja y aunque tenía la cara de una, no tenía el cuerpo de piernas largas, senos de 90, cintura de 60 y caderas de 90, tenía algo como 70, cintura de 56 y caderas de 67, sin exagerar, pero eso nunca me había importado, no hasta que comenzó a fijarse en mi, con su mente llena de estereotipos y a indicarme que hacerme en el cuerpo, y hablo en tiempo pasado porque lo hice, cambié por él, me operé por él, fueron dos: levantamiento de senos y ponerme dos tallas más, también la liposucción. Él quería tener una muñeca de plástico a la que podía hacer suya cuando quisiera, además de tener el dinero del que su madre tanto le decía que dejó su abuelo para el nieto que se casara con una super mujer y tuviera un hijo. Yo siempre me pregunté ¿Porqué no se casó con una de las tantas chicas que tenía detrás de él y su apellido? Fácil, mi padre tenía una empresa, y la familia de mi mamá una constructora grande, tiene constructoras con su nombre dentro y fuera del país, de hecho, mi familia hizo el bufete de su familia, desde hace años están vinculadas nuestras familias, solo que mi madre nunca quiso que fuéramos amigos "no te juntes con ese niño, tiene unas malas muy raras", él besaba a las niñas en el prescolar sin antes ponerles en los labios pegamento en barra como si fuera labial, eso nunca lo hizo conmigo, ni siquiera ya casados, porque sí, lo hicimos le dimos un espectáculo como si fuéramos animales de circo a la gente.
-Felicidades -Nos felicitó su primo por parte de los Rivera
-Gracias
-Pudiste conseguir algo mejor -Dijo mi prima mirando a José Miguel en estado de ebriedad
-Estará bien, solo bebe un poco para celebrar nuestra boda. -Lo excusé
-Soy lo mejor que tu prima pudo conseguir -Le dijo después de beber todo su trago, mi prima se fue
-Felicidades, hermana, cuñado. Si la lastimas te juro que te mato -Le advirtió mi hermano
-Tranquilo cuñado, nunca lastimaré a esta belleza, ¿me acompañas? -Me preguntó a mi y asentí, me llevó adentro de la hacienda, en especial a una habitación, me besó salvajemente, quitó su saco y su corbata, me separé un poco
-No, todavía no
-Soy tú esposo, ¿no quieres que ser mía? -Me preguntó besando mi cuello
-Si, pero...
-No me vayas a decir que eres virgen -Asentí tímida con la cabeza. -Coño, con más ganas quiero hacerte mía
-Pero...
-Voy a ir tranquilo, quiero que sea bonito para ti -Asentí y volvió a besarme, ahora lo hizo lentamente, nos acostamos en la cama, él sobre mí obviamente, tenía miedo, había escuchado que te dolía y que se te rompía una telita que no vas a volver a tener jamás, por eso sangrabas. Quitó mi vestido grande, largo, y blanco de novia, solo tenía la ropa para la noche de bodas, era blanca, mis hermanas me ayudaron a elegirla. -Te queda muy bien -Acarició con su dedo índice mi cuerpo, delineó mi ropa interior y juntó de nuevo nuestros labios. Torpemente desabrochaba los botones de su camisa blanca, él se la quitó y me besó con más pasión, quitó como pudo su pantalón, ambos estábamos en ropa interior, comenzaba a moverse para que nuestros sexos chocaran, mi feminidad comenzaba a punzar, y su parte estaba cada vez más dura y más pegada a mi, me quitó el sostén con una mano, y los miró
-Oh mi niñita, estás tan preciosa -Comenzó a jugar con mis senos y volvió a besarme, quitó su boxer y miré su miembro con un poco de miedo, se veía grande y ancho, bajó mis bragas blancas, ya no podía detenerlo, aunque quisiera. Acarició mis piernas con ambas manos y las abrió, también dobló mis rodillas, miró mi interior, ¿se veía tan mal?
-Te ves tan... estrecha
-¿Eso es malo? -Me escuché como una idiota, pero no me importaba, él rió un poco
-Claro que no, es ideal, voy a ser el primero en ti, vas a recordarme por siempre
-Te amo, como no voy a... ahh! -Grité de dolor
-Perdón, ¿te dolió?
-Si, hazlo más lento ¿si?
-No estás tan lubricada, espera -Me dijo y sentí algo dentro de mi, se movía, seguro era su dedo, me besó y lo movió aún más, introdujo otro y con ayuda de otro movió mi clítoris, los metía y los sacaba.
-¿Te gusta?
-¿Que es esto? ¡Ahh!, ¿que siento? -Le pregunté con un... ¿Gemido?
-Lo que estás haciendo, se llama gemir, y lo que sientes es un orgasmo, un pre-orgasmo -Los movió aún más y gemí más alto
-Más, más José
-¿Te gusta? ¿No lo habías hecho tú?
-Nunca, las niñas bien no lo hacemos
-Y las niñas mal? Se una niña mal mi amor, hazlo -Con mi mano comencé a acariciar su miembro desnudo, él también comenzaba a gemir, leí algo que según antes de la primera entrega de amor debo explorar a mi pareja y lo hice, lo toqué todo, pero él hizo que regresara mi mano a su miembro
-Súbela y bajala, mucho, primero lento y después rápido -Me indicó y así lo hice, José Miguel gemía demasiado, y yo también, lo hice más rápido y el también, sacó su mano e hizo a un lado la mía de su miembro, lo metió, lo metió lentamente, me dolió mucho, lo admito, pero me ayudó a moverme y el placer comenzó a sentirse y yo comenzaba a gemir al igual que él
-Estas tan estrecha y tan preciosa -Juntó nuestros labios y lo hizo más rápido, sus embestidas dolían, pero me encantaban
-¡Más, hay, más José! -Le pedí y así lo hizo, gemía como loca, espero que no piense que estoy exagerando
-Gime preciosa, me encanta -Movió mis caderas, yo no sabía qué hacer para ser sinceros. Después de un tiempo gimió alto y salió de mi, me sentía húmeda, como cuando te bañas
-Tendremos que pagar la sábana
-¿Porqué?
-La manchaste de sangre, te rompí tu tan cuidada virginidad, te estrené. -Miré la sábana, era verdad, estaba manchada de sangre.
-Debemos regresar, vístete -Me dió mis bragas y comenzó a vestirse. Yo lo miré, no quería vestirme
-Voy a quedarme aquí un rato
-Como quieras -Me dijo y se colocó los zapatos, salió de la habitación, fuí al baño, y al terminar limpié mi feminidad, estaba rojo, lleno de sangre, lo hice con más hasta que ya no salió. Esa noche fue horrible, José se embriagó y estuvimos juntos, en cuanto quité mi vestido de novia y me vió me dijo: "Ese doctor si hace un buen trabajo, me encantan estos senos"
-Miguel, detente
-Soy tú esposo, no puedes pedirme eso. Me gusta y te gusta, ¿no? -Me preguntó y besó mi cuello ferozmente, me humedecía, lo admito
-Canela, porfavor -Le pedí con mi voz entrecortada, peinaba su cabello y jalaba un poco de él, gruñía en mi cuello
-Dimelo otra vez
-Canela, porfavor -Ya no tenía mi vestido, él no tenía ni saco ni corbata, me pegó más a él, solté un ligero gemido
-Vamos cariño, una más, te necesito -Susurró lo último entre nuestros labios
-¿Mjm?
-Si mi niñita
-Entonces hazlo -José sonrió victorioso, lo hicimos una vez más, pero él murmuraba algo mientras lo hacía
-Parece que te estoy matando, cálmate -Me dijo y ahogué mis gemidos, él gemía más -Nunca te había sentido así Rebe -Dijo con los ojos cerrados, pensaba en otra mientras estaba conmigo, no pude evitar llorar. Se corrió y salió de mi, quedó dormido al instante
-José Miguel -Lo llamé pero no contestó. Fuí a la ducha y ahora lloraba debajo de la regadera abierta. La noche pasó lenta, dormí en otra habitación, lloré hasta quedar dormida al día siguiente.

Mi Canela |J.C|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora