_____ Robledo de Castro…
-¿Quieres algo más? —Le pregunté a Alan después de darle su teléfono, lo había terminado de cargar.
-No…bueno, algo más. —Le dijo y me acercó a él por la cintura.
-Está mi mamá, y mis hermanos, y la niña. —Me excusé, la verdad no quería hacer el amor con él, no sé cómo voy a hacerle cuando estemos juntos de verdad (yo sin estar casada con Jos, y él y yo viviendo juntos) solos en otra ciudad, no tendría algún pretexto como "puede venir mi mamá" o "tus hermanos pueden visitarnos"
-Estan dormidos, sólo un poco.
-El doctor me recomendó que no lo hiciera, aún el dispositivo no está bien puesto. —Mentí, pero en verdad no tenía ganas, ni siquiera para darle un beso.
-Está bien, pero debes ir con el doctor para que te revise, ya pasaron dos meses y aún no está bien.
-Lo haré mañana. —Besé su mejilla y me solté de su agarre, me lavé la cara y me acosté, Alan se fue en cuanto "me dormí", no pude hacerlo, no sé qué pasaba, tenía un mal presentimiento.
14 horas después…
-Buenas tardes. —Me saludó José Miguel entrando a mi oficina, se había cortado el pelo a: nada, lo cortó todo.
-Señora, no pude detenerlo. —Me dijo la recepcionista, asentí para que nos dejara solos, atendía una llamada.
-En menos de un mes yo personalmente lo atenderé en nuestra sucursal de esa ciudad, muchas gracias y porfabor no le dé el proyecto a otra constructora, hasta luego. —Colgué la llamada. -¿En que te ayudo? Creí que ya no querrías verme.
-Quiero ver a mi hija. —Reí y me levanté para quedar frente a él.
-¿Cual hija? ¿A la que no quisiste ver cuando nació? —Me coloqué frente al escritorio mirándolo de frente mientras me cruzaba de brazos.
-Espero que no la hayas registrado ya, porque sino tendremos que ir de nuevo para ponerle el apellido "Canela".
-Yo no voy a ponerle tu maldito apellido, no lo quiero, y no lo necesito.
-Me enteré que vas a irte de la ciudad.
-¿Como te enteraste?
-Eso no importa, por mi tú te puedes ir a Tokio, pero a mi hija la dejas.
-¿Y cuando te salió el instinto paternal? ¿Tu amante cambió tu opinión? —Le pregunté con ironía, ahora tenía mis manos en la cintura.
-Eso no te importa.
-No, creo que si me importa, estamos hablando de mi hija, la bebé que yo parí, en compañía de Alan, no tuya, muchas veces él a cambiado su pañal, él la a bañado, él la a dormido, no tu.
-Tiene dos meses, no creo que sea difícil y que ensucie tantos pañales.
-Se le cambia el pañal seis veces al día, en total son 61 días, entonces hemos gastado… —Hice las cuentas -¿360? No, 366, no había contado un día. En los 366 veces que le hemos cambiado el pañal ¿Donde estabas tú? ¿Cogiendote a tu amante, o consiguiendote a otra?
-¿Sabes donde estaba? En mi casa, dolido, sólo. —Me acerqué a él quedando frente a frente con poco espacio entre nosotros.
-El día que parí, tú —Lo señalé con el dedo. -José Miguel te largaste con esa… mujercita, te llamé para pedirte una explicación, quería oírlo de tu boca, quería saber qué sentías, pero no contestaste tú, contestó tu… ¿que es tuyo Rebe?
-Es una amiga. —Reí, el teléfono sonó, lo tomé y lo coloqué en mi oído.
-¿Dime Jess? —Le dije a mi secretaria.
-Lo llama el señor Ángel Camarena, dice que usted sabe quien es.
-Dile que estoy ocupada, yo lo llamaré más tarde
-Deacuerdo señora.
-Gracias. —Agradecí.
-¿Quien era?
-Nadie que te importe.
-Mi papá quiere ver a la niña.
-¿Para que? No es su nieta, no es tu hija.
-Quiero la prueba de paternidad, fui tu pareja sexual cuando quedaste embarazada, y sinceramente no quiero humillarte llevando esto a juicio, ¿sabes? Puedo acusarte de abandono de hogar, yo sigo viviendo donde vivíamos juntos, en nuestra casa.
-No puedes hacer eso, eres un… —Me interrumpió.
-¿Un que? ¿Un imbécil?
-Un hijo de… —Me tomó de la muñeca cuando iba a golpearlo en la cara con una cachetada.
-Yo no lo haría si fuera tu.
-Sueltame. —Le ordené.
-Obligame. —Me pegó a él con la otra mano me tomó de la cintura.
-Sueltame idiota, o voy a gritar.
-Vas a gritar mi amor, pero por otra cosa. —Soltó mi muñeca para tomar mis glúteos y sentarme en el escritorio, desabrochó mi saco y mi blusa.
-¿Que haces?
--Desnudarte para hacerte el amor, ¿no es obvio?
-No quiero.
-Mi amor no me digas que no. —Besó mi cuello con besos húmedos mientras acariciaba mi pierna izquierda con su mano derecha, la subía hasta que llegó a mi feminidad y metió uno de sus dedos en mi haciendo mis bragas a un lado. Gemí un poco, lo necesitaba, y aunque con Alan no quise estar con Jos si, con mi Canela si. Juntó nuestros labios en un beso algo… salvaje, movió el dedo de la misma manera, ahora ya incluía otro, lo sentía, los movió por unos minutos.
-Espera… ya casi. —Me dijo mientras gemía bajo en su oído. -Necesitaba escuchar tanto eso, dime lo que me gusta. —Subió más mi falda y bajó mis bragas por completo con una sola mano. Desabrochó su pantalón y bajó sus boxers, estaba tan duro, y tan antojable para mi, ya lo quería dentro de mi, lo necesitaba.
-Canela, ya… —Le pedí que entrara. Tomé el teléfono y marqué el número "1" era para la recepción.
-¿Dígame señora?
-No me pases llamadas hasta que el señor Canela salga, tampoco permitas que nadie entre, estoy ocupada.
-Si señora, ¿necesita algo?
-No, gracias. —Colgué el teléfono. Jos entraría, pero lo alejé de mi para ir a la puerta y asegurarla, lo hice y lo sentí pegado a mi espalda, me tomó de las manos y las entre lanzó con las suyas, las pegó a la puerta y comenzó a besar mi cuello más prendido.
-No te quiero dejar, no quiero que seas de otro.
-¿Y tú de otra si? No Jos, la cosa no es así.
-¿Y quien dice que voy a estar con otra? Quiero estar contigo, con mi esposa, con mi mujer. —Dejó mis manos y quitó por completo mi saco y la blusa. Acarició mis senos sobre el sostén para después quitarlo y hacerlo ya con ellos desnudos.
-¿Y por eso me dejaste en el parto? —Gruñó mientras besaba y mordía levemente mi cuello.
-No hay que hablar de eso, estamos aquí niñita, es nuestro momento. —Quitó mi falda, ahora estaba completamente desnuda ante sus ojos. -No sabes cuánto me prendes mi amor. —Entró en mi sin avisar y no pude evitar gritar, él me tapó la boca ahogandolo, comenzó el placer en cuando lo hizo más lento, entraba y salía, estaba igual o más caliente que yo. -Eres mía, fuí el primero y seré el último, dímelo. —Me ordenó.
-Ahh… eres el único que eh amado… lo sabes. —Gemí lo menos que pude, pero me era imposible no hacerlo, él jadeaba y no niego que eso me hacía prenderme más, nunca nada me gustó más que escuchar a mi Canela jadear sabiendo que yo soy la que lo ocasiona.
-Eres mía…ahh, Dios, estas tan deliciosa, hace tiempo no te lo hacia. —Jadeo más y yo gemí. -Te amo, en verdad.
-Eres mío José Miguel.
-No sé si José Miguel sea tuyo, pero yo sí, Canela si.
-Eres mío Canela. —Volteé para verlo un poco
-Soy tu Canela. —Juntó nuestros labios.
-Mi Canela. Sólo mío. —Le dije y sonreí durante el beso.
3 Horas después…
-Llevaré a la niña con tu papá, para que la conozca. Pero le tienes que aclarar que no es tu hija. —Le advertí a Jos abrochando mi saco.
-Hagamos la prueba… porfabor, te lo suplico. —Me pidió y se arrodilló frente a mi, hice que se levantara.
-Está bien, lo haremos, pero no le diremos nada a nadie, ni a tu mamá, ni a nadie, prometelo. —Le pedí.
-Lo prometo. ¿Cuándo lo haremos?
-¿Mañana? Creo que debes ir en ayunas, o algo así.
-Haré la cita en el hospital.
-Deacuerdo, mándame un mensaje cuando tengas la cita. Tengo que ir a casa para cenar.
-Te llamaré entonces. —Besó mis labios cortamente y se fue. Había caído otra vez en su trampa, me prometí no hacerlo, pero caí, caí porque lo amo, aunque quiera engañar a todos diciendo que lo odio, no me puedo engañar a mi misma, no puedo decir que no lo amo. Y yo creo que él también me amaba, ¿no?
José Miguel Canela…
—La amo, claro que si. Voy a estar con ella y nuestra hija, vamos a ser felices, seremos una hermosa familia juntos, lo sé, estoy seguro de que ella aceptará quedarse si yo se lo pido, no quiero recordarlo pero… cambió su cuerpo por mi, porque yo se lo pedí, sé que haría cualquier cosa si yo se lo pido.
Al día siguiente…¡¡HOLA PRECIOSURAS!!
Gracias por leer la novela¡¡LES AMO CON TODO ESTO QUE LA GENTE LLAMA CORAZÓN!!
Las veo hasta el próximo capítulo.
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Mi Canela |J.C|
FanfictionElla desde el jardín de niños estaba enamorado de él, pero él no de ella. Pero tuvieron su boda y su "final feliz". Ella nunca pudo decir que José Miguel era suyo, pero Canela si, su Canela; Mi Canela