Tres meses después…
-¿Señora? —Me preguntó Jess por el otro lado de la línea
-Dime Jess. —Le respondí mientras miraba un contrato, la mujer estaba embarazada, y recursos humanos quería despedirla.
-El señor Canela está aquí, ¿le permito la entrada? —Dudé un poco, asentí.
-Mjm, déjalo pasar, dale un gafete de visita, porfabor.
-Claro que si señora. —Colgó, yo dejé el teléfono donde estaba. Segundos después Jos entró por la puerta.
-Hola.
-Estuviste mucho tiempo en Amsterdam, ¿te cogiste a una de allá? —Le pregunté sin verlo, en realidad estaba ocupada.
-No, no quise molestarte durante el periodo de… lo que pasó con Alan, en lo que olvidabas el tema.
-¿Sabes? Tendrás que irte para siempre, porque yo no pienso olvidar lo que pasó con Alan, era mi mejor amigo.
-¿Eso que significa? ¿Estas terminando lo que tenemos?
-No somos nada, nunca me pediste que fuera tu novia, o algo así.
-Soy el papá de María.
-Lo sé, y no te voy a prohibir verla, sólo que no vamos a ser una pareja si no aceptas el fantasma de Alan, él va a estar conmigo… —Suspiré. -Podría jurar que él está aquí conmigo justo ahora.
-¿Vas a cargar toda la vida con su fantasma?
-Si, o hasta que él quiera estar conmigo.
-¿Tienes culpa? Es eso.
-No te importa. —Lo miré seria.
-Por algo te estoy preguntando.
-Si, tengo culpa, ¿sabes porqué? Porque es mi culpa, murió de una sobredosis, dijo que dejaría la droga si permanecía junto a él, seríamos una familia, él, Violeta y yo.
-No era una obligación tuya, si no lo querías no tenías que estar con él sólo para que se mantuviera libre de drogas, fue su culpa, no la tuya, él no se cuidó de tanta droga, se pasó y murió, ¿que te hace creer que la dejó el poco tiempo que estuvo contigo y Violeta? Talves sólo te decía que lo dejaría, pero no lo hizo, ¿en cuantas cosas te mintió? Tenía una aventura con otra mujer, y tú creyendo que sólo estaba contigo. Murió por su culpa, no por la tuya. —Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, talves tenía razón.
-¿Qué el mintió? ¿Tu vienes a decirme que Alan mintió? Cuando tú me trataste como basura y después dijiste que me amabas? Te cogiste a una vieja en mi casa, y a tu amigo Villalpando también.
-¿Y tu? Los que me dijiste sólo fueron tres, y uno que apenas conocías, no vengas a darte baños de pureza conmigo.
-Por eso no quería decirte nada, porque cada que tuvieras oportunidad me lo ibas a restregar en la cara.
-Me tiré a dos en el viaje.
-Vete, en verdad. —Le pedí, tomé unos papeles y me levanté, fuí a la puerta para salir. -Iré a una junta directiva, cuando regrese no quiero verte aquí. —Le advertí y me fuí. La junta trató del tema de la constructora en Oaxaca y la otra en Mazatlán, tenía la oportunidad de irme, iniciar de nuevo en Oaxaca, o estar con Jos, en nuestra casa y nuestra familia.
-¿Usted que opina señora _____? —Me preguntó la señora de recursos humanos.
-¿Quien es la mujer embarazada? —Le pregunté y me recargué en la mesa de la sala de juntas.
-La joven Estrella Zambrano, no creo que sea bueno que trabajé con nosotros en su estado.
-Mi padre no la despidió cuando se embarazó, o cuando faltó por el nacimiento de su nieto, si hubiera sido así usted no estaría apunto de jubilarse en esta constructora.
-Lo hago por un bien mayor.
-¿Ella está en alguna obra?
-No señora.
-¿En que zona trabaja?
-Es una de nuestras abogadas. —Respondió mi hermano, me mostró una foto suya.
-¿Estrella Zambrano? —Era la mujer de Alan, estaba segura. Me levanté de la silla y fuí a mi oficina. Levanté el teléfono y llamé a la recepción.
-¿Diga señora?
-Dile a la señorita Estrella Zambrano que la necesito en mi oficina, es del departamento de abogados.
-Enseguida señora.
-Gracias, Jess. —Colgué y acomodé mi escritorio que era un desastre, tiré los envoltorios de dulces en el bote de la basura, tomé una menta y la comí. Tocaron la puerta.
-Adelante porfabor. —Le indiqué, ella entró, tenía cabello ondulado y era pelinegra. Cerró la puerta detrás de ella, se acercó al escritorio. -Sientate porfabor. —Le pedí, con miedo lo hizo.
-Usted va a… ¿va a despedirme? —Negué con la cabeza, ella suspiró aliviada.
-No lo haré si me confirmas lo que pienso.
-¿Dígame señora?
-Estas embarazada… ¿el papá es Alan? —La mujer se puso pálida, más que eso.
-Señora yo- yo se lo puedo explicar. —Tartamudeo algunas veces.
-No, está bien, me haría muy feliz saber que ese bebé es hijo de Alan. —Le dije sincera.
-¿En- en verdad? —Volvió a titubear. Asentí, ella movió sus manos nerviosa.
-Él me dijo que estaríamos juntos, hicimos planes de irnos a Oaxaca juntos, para lo de la constructora allá y todo eso.
-¿Alan iba a estar contigo? —Ella asintió, comenzó a llorar, le dí la caja de pañuelos desechables para que tomara uno.
-Gracias. Él murió, y ya no pudimos hacer nada, cuando pasó yo no sabía que estaba embarazada. Fue un mes después, tengo cuatro meses de embarazo señora.
-Alan se hubiera alegrado tanto con esta noticia. —Yo también comencé a llorar.
-Lo soñé hace unas noches. —Me sorprendí.
-¿Habló contigo? ¿que te dijo?
-Me dijo que cuidara a el bebé y me dijo que ayudara a su gran amiga, osea a usted.
-¿Ayudarme? ¿En que?
-Quiere que sea feliz.
-Soy feliz.
-Con Miguel, José Miguel. —El teléfono sonó, conteste.
-¿Dime, Jess?
-Señora, hay un joven aquí, dice que usted lo conoce…
-Oye tía, déjame entrar. —Dijo una voz masculina que reconocí al instante.
-¿Lo dejo pasar?
-Si, porfabor. —Colgué el teléfono. Limpié mis lágrimas y me maquillé un poco, guardé el maquillaje.
-¿Quiere que me vaya? —Me preguntó Estrella.
-Atenderé a mi amigo, yo te busco mañana. —Le dije, ella asintió y salió de la oficina cuando él iba entrando.
-Wow, cuidado. —Rió un poco mi amigo haciéndose de lado para que ella pasara, cerró en cuanto él estuvo adentro y ella afuera.
-¡Macho! —Lo saludé, era Xavier, un buen amigo de la prepa, tuvimos una casi aventura, yo me quedé dormida, y él no quiso aprovecharse de mi, eso lo hizo uno de mis mejores amigos.
-Chiquilla bonita, ¿como estas tía? —Nos dimos un abrazo y dos besos en la mejilla, y me dió un fugaz beso en los labios, le pegué con la mano abierta como "jugando" él siempre fue así, con todas. Reí un poco.
-Tonto. Estoy viva, me casé, mi papá se murió, me separé, tengo una hija, estoy divorciada, mi mejor amigo murió.
-Oye, ¿pasó tanto y yo ni enterado? Te casaste con Alan supongo. —Negué con la cabeza, nos sentamos en un sofá que había en la oficina.
-No, fue con José Miguel, no lo conoces. Mi papá se murió cuatro días después de que me casé, hace más de un año fue eso, como un año y medio. Alan también murió, eso fue hace tres meses.
-¿Y tú bebé? ¿Es un machito o una niña? —Sonreí.
-Una niña, una bella niña.
-¿Es tan guapa como tú?
-Más, mucho más.
-Mírate, eres hermosa. —Reí apenada.
-Tu también eres guapo. ¿Y tú? ¿Que has hecho?
-Pasar de puta en puta para pasar el rato. —Lo volví a golpear, pero no era su culpa hablar así, era español, eso lo escuchan desde niños. -Me has lastimado con tu anillo de bodas. —Se sobó el lugar donde lo golpé, yo solo reí, no tenía anillo y lo había golpeado con la mano derecha además.
-Al contrario, tus músculos lastimaron mi mano.
-Oh, bueno, entonces estamos a mano. —Rió y yo también. -¿Sigue estando esa taquería que tanto me gusta? —Me preguntó y asentí. -¿Vamos? —Volví a asentir, se levantó del sofá y me tendió la mano para ayudarme a levantarme, salimos de la oficina.
-Jess, si alguien me busca, pásame las llamadas a mi teléfono, al menos que sea el señor Canela, para él no estoy disponible. —Le pedí, ella sólo asintió, mi amigo le guiñó el ojo.
-Nos vemos, guapa Jess. —Le dijo y volví a golpearlo, nos fuimos en mi auto, ya que él no traía.
-Tiene 34.
-¿Y? ¿tiene marido?
-Si.
-¿Está grandote?
-No lo conozco, no va a la fiesta anual de la constructora.
-Bueno, entonces tengo oportunidad con la guapa Jess, a menos que se ponga celosa mi mexicana favorita. —Me dijo refiriéndose a mi, así me dijo desde el primer día que hablamos. "Mi mexicana favorita". Reí un poco y negué con la cabeza.
-Para nada, pero no quiero problemas, si los descubren no quiero que mencionen ni a la constructora ni a mi.
-¿Y a tus hermanos si? —Bromeo, volví a reír, con él el tiempo pasaba rápido. Eran las 7:03 de la noche, ya era super tarde.
-Oh, vaya. ¿vamos a mi casa? —Le pregunté y rió.
-Sé que soy irresistible, pero no creí que tan rápidito mexicana. —Reí alto, él sólo sonrió.
-No, tengo que darle de comer a mi hija, y para esta hora ya casi despierta. Vamos. —Saqué mi cartera, él fue más rápido y pagó las malteadas que bebiamos, después de unos tacos él quiso una hamburguesa y una malteada, yo solo una malteada.
-Yo te pedí que me trajeras, yo pago.
-No se vale, tu pagaste los tacos, creo que debí pagar las malteadas. —Le reclamé ya en el auto conduciendo con dirección a mi casa.
-Tu pagas los bolos de mañana.
-No, no puedo mañana.
-¿Que? Es sábado.
-Hay gente que trabajamos los sábados.
-Vamos a un lugar nocturno entonces, hoy, después de darle de comer a tu bebé y todo eso.
-No, estoy cansada.
-No querrás ir a un spa, ¿o si?
-No es mala idea, necesito un masaje.
-¿Uno con "final feliz"? —Reí y negué con la cabeza. -Oh, vaya, hablando de "final feliz", ¿ya la terminaste? —Habia iniciado una canción, se llamaba "final feliz", él escribió el coro, y me pidió agregarle. Y lo hice, saqué mi lado más sexy como me dijo mi mamá cuando se la mostré.
-Si, te la doy ahorita, la tengo en mi casa. —Hice todo lo de la bebé mientras él leía la canción. Terminé y bajé con él.
-¿Que te parece? —Le pregunté un poco nerviosa.
-"Y hacer que está trama se acabe en la cama, si tu eres la serpiente yo soy la manzana" ¿es tuyo? —Me preguntó, asentí. -Podría ser un electro urbano, cantala con esta base, yo te digo cuándo inicias. —Me pidió, colocó música de su teléfono, me hizo una señal como 10 segundos después de que inició, me hacía señales. - Después de "si jugamos con fuego, nos quemamos los dos" dices "ema" tres veces y también después de "poema" vas a decir dos, no, tres veces "ema". Otra vez, porfa.
-¿Te estas burlando?
-No, voy muy encerio, es más, ¿no te gustaría grabarla?
-¿Yo? No, canto horrible.
-Claro que no, eres buena. ¿Recuerdas cuando cantaste "All I Want for Christmas is you"? Lo hiciste muy bien, y frente a la escuela, que eran una bola de Españoles inmaduros.
-Como tú. —Él asintió.
-Solo una canción, porfabor. —Hizo una cara de "puchero", reí un poco y accedí. -Gracias, en verdad, te la debo.
-Tranquilo, está bien.
-Mira, esta parte se va a repetir aquí, y esta parte la vas a subir. —Me señaló con bolígrafos de diferentes colores. -La palabra "cuéntame" la vas a decir tres veces, y "llévame" también tres veces, después "bésame" igual. En el segundo verso el "cumpleme" también va tres veces. Y aquí dos veces, aquí también dos. —Vovió a decirme, asentí. Canté la canción más de diez veces sin exagerar. -Ya está.
-¿Si?
-Si, sólo tienes que ir al estudio conmigo para grabar.
-No, yo no quiero.
-Oh, vamos, lo haces muy bien, además, ya me habías dicho que si.
-Pero creí que grabarla en tu celular, no en un estudio.
-¿A que le temes?
-¿Que vas a hacer con la canción?
-Darsela a un productor para ver si le gusta y te hace famosa. —Sonrió
-No, no quiero.
-¿Por qué?
-No quiero que me vean y así.
-Puedes ser como Sia, no te ven la cara.
-No, macho, no.
-¡Porfabor!
-Macho…
-Hago lo que tu quieras, lo que sea.
-¿Ya me comprometiste? —Él no era mucho de rogar, al menos que ya se haya comprometido.
-Le dije a mi amigo que tenía un gran talento, una promesa de la música.
-¿Te dió dinero?
-No, pero… firme un contrato.
-Entonces ya estás más comprometido que nada.
-Estamos.
-Está bien, pero quiero otra imagen, como Hanna Montana. —Reí un poco, él me abrazó de agradecimiento.
-Gracias, gracias, gracias tía.
-¿Cuando voy?
-Mañana, yo vengo por ti. —Me soltó y me miró a los ojos, suspiró.
-Está bien. ¿En la mañana o en la tarde?
-En la tarde, como a las 2, a la hora de la comida.
-Vas al trabajo para ver a "la guapa Jess". —Rió y yo lo hice después.
-¿Le vas a decir a tu mamá?
-No, creo que no.
-Bueno… ya me voy, es tarde y los UBER me dan miedo.
-Quedate, te presto ropa de mi hermano.
-No, tu mamá se va a molestar.
-Se fue con sus amigas, cuando llegué se fue.
-¿Y tus hermanos?
-Marián ya no vive aquí, Lau está con su novio y Sergio tampoco vive aquí.
-Oh, bueno, entonces me quedaré sólo para cuidarlas. —Rió.
-Te mostraré tu habitación entonces. —Le indiqué que me siguiera, fuimos a las habitaciones.
-Esta es mi habitación, y esta es la tuya, buscaré ropa para que duermas. —Le dije y fuí al armario, era la habitación de mi hermano, así que ahí había ropa. -Aquí está. —Le di una pijama.
-No necesito playera. —Me la devolvió, pero yo la dejé en la cama.
-Por si te da frío.
-Si me da frío iré a tu habitación. —Lo golpeé, él rió. -Por más cobijas. —Rió más.
-La verdad es que tengo sueño, te dejo para que te acomodes, hay un baño a lado, una toalla y ropa interior nueva ahí. —Señalé, el mueble.
-¿Insinuas que necesito un baño?
-Algo así. —Le dije y reí. -Buenas noches. —Me despedí. Fui a mi habitación y también tomé una ducha, hacía calor, era final de primavera, casi verano. Humecté mis piernas con la crema con "feromonas" que compró mi mamá, yo no era de creer en esas cosas de que "atrae a los hombres", así que me la puse sin importancia
Me acosté sólo con mis bragas y la toalla en mi cuerpo. Veía mi álbum de fotos con Alan, teníamos muchas, y era sólo las que yo tenía, él tenía mucho más. Sonreí al recordar cuando tomamos algunas de esas fotos. Apagué la lámpara y abracé el álbum, me quedé dormida así hasta que desperté por un movimiento en la cama, sentí unas manos en mi cintura, me exalté, pero supuse que era Xavier, lo dejé que lo hiciera, me sentía sola, apesar de poder estar con Jos, no me sentía segura de estarlo, tenía miedo, talves debía estar con alguien con el que nunca había tenido nada, talves alguien como Xavier, digo alguien como él, pero no necesariamente debe ser Xavier Serrano, él era ese mujeriego macho que está con muchas mujeres.
-Dejaría a todas las mujeres del mundo por ti, sólo pídelo. —¿Leía la mente? ¿O estaba dormido y tenía esa habilidad dormido?
-¿Estas despierto?
-No, soy un sonámbulo. —Dijo y rió un poco, yo hice lo mismo. Me volteé para verlo de frente, tenía los ojos abiertos, por la poca luz que entraba en la habitación estos resaltaban. -¿Que pasa? —Me preguntó.
-¿Por qué no me lo hiciste cuando quedé dormida esa noche?
-No quería violarte, eso hubiera sido. Quería que me lo pidieras tú, mirándome fijamente a los ojos, y yo quería ver los tuyos al hacerlo.
-¿Y como querías que te lo pidiera? —Suspiró y colocó mi cabello detrás de mí oreja.
-Solo quería que estuvieras consiente, en tus cinco sentidos.
-Ahora lo estoy. —Le dije y me acerqué a él, pero se alejó.
-¿Quieres en verdad? —Me preguntó… raro, nunca lo había oído asi, sólo con Samantha, una novia que lo traicionó y él amaba demasiado. Asentí, él se acercó ahora a mi, me besó, nos besamos como nunca lo habíamos hecho, fue más dulzura que pasión. Iba a colocarme sobre él, pero negó durante el beso.
-Llevo esperando esto mucho tiempo tía, no querrás tener el control tú. —Dijo antes de colocarse sobre mi, solo tenía el pantalón de la pijama, y la sabana con la que estábamos cubiertos no estaba en nuestros cuerpos, creo que estaba en el suelo. Estaba entre mis piernas. -Quería que tuvieras más ropa para disfrutarlo más, pero creo que así está bien mexicana. —Dijo y reí, él también, besó mis labios y bajó a mi mandíbula, mi clavícula y quitó con los dientes la toalla que cubría mi cuerpo, cerré los ojos cuando sentí el aire en mi torzo, ya que comenzó a dar besos húmedos en el valle de mis pechos, acarició y masajeo ambos al mismo tiempo mientras seguía recorriendo mi cuerpo con sus labios. Dejó mis pechos y ahora acariciaba mi silueta, mientras más bajaba, más ansiosa estaba, nunca alguien había hecho esto conmigo. Bajó mis bragas con sus dedos índice, las deslizó por mis piernas mientras besaba mi feminidad por fuera, se desiso de mis bragas y ahora besó mis piernas hasta llegar a mis pies. Regresó para besarme dulcemente en los labios. -Volteate bonita. —Me pidió, lo hice, él hizo de lado mi cabello, besó desde mi cuello hasta mi pantorrilla, sentir todo el aire en mi cuerpo me hacía estar más exitada, no me imaginaba el miembro de Xavier, nunca me lo imaginé. Se movió un poco para quitarse el pantalón de la pijama, se acostó sin dejar todo su peso sobre mi y besó mi cuello apasionadamente, ya estaba más que húmeda. Se levantó y me tomó en brazos, me sentó sobre mi tocador, estaba frío, pero era soportable, me besó con pasión pegandome a él, su miembro estaba listo, y yo tambien.
-Entra ya, porfabor. —Bajó sus besos a mi cuello, lo deboró y seguro dejó marcas, pero estaba bien. Yo jugaba con su cabello, y tiraba mi cabeza para atrás para que hubiera más de mi cuello que besar. Entró, pero no fue su miembro, fue su dedo medio, gemí y agradecí por fin tener algo de él dentro de mi, después incluyó el anular, y aparte el pulgar para hacer circulos en mi clitoris. Los metía y sacaba, cuando los iba a sacar era cuando movía más el pulgar, ya lo quería dentro. Gemí más, podía hacer todo el ruido del mundo, no había nadie en la casa. Así que grité mis gemidos, el gruñía en mi cuello.
-Gime mas, porfabor. —Me pidió y lo hice, me aferraba a su espalda bien torneada.
-¿Por qué no me buscaste antes? ¡Dios, más! —Grité con gemidos lo último ya que los movió mucho más. Él rió y lamió un poco mi cuello.
-Me gusta que te guste. —Dijo y sacó sus dedos, me tomó de los glúteos para entrar, me llenaba más y más de él, por lo tanto gemía más, él se movía tan bien, me cargó hasta el baño así, juntos y entramos a la regadera, abrió la llave y el agua caía sobre nosotros. En ese momento me besó, él jadeaba y yo gemía.
-¿Te gusta? —Me preguntó y lo besé salvajemente, si fuera por "Dios del sexo" Jos bajaría del segundo al tercer lugar, y Ángel del primero al segundo puesto. El primer lugar sin dudarlo se lo llevaría Xavier Serrano, descoronando a Ángel Camarena.
-Eres el mejor de todos. —Le dijé con la poca voz que salió, gemí, él también.
-¿Quieres más? —Me preguntó y fue más rápido, en ocasiones pude sentir sus testículos en mi entrada, y me gustaba, todo estaba dentro de mi.
-Oh, sin duda tomé una buena decisión. —Gemí y él me azotó un poco en la pared, sólo para entrar más y mejor, me gustó tanto. Fue más lento cuando ya veía el orgasmo llegar, después fue rápido y más rápido, me liberé con un gemido, él también lo hizo. Salió de mi después de que se calmara un poco. Besó mis labios profundamente y después me dió un beso corto.
-Estuviste mucho mejor de lo que pensé mi mexicana favorita.
-¿Y tu? En verdad, eres el mejor, y no lo digo por decirlo, lo digo en verdad.
-¿El mejor de cuantos?
-Contigo, 5.
-Wow, ¿quien era el número uno antes?
-Un idiota que conocí cuando estaba embarazada, creo que se obsesionó, nosotros sólo seríamos cama, nada de sentimientos, pero dijo que después de estar conmigo no le sirvió.
-¿Qué no le sirvió?
-El miembro.
-¿La polla? —Asentí.
-¿Quieres que hable con él?
-No, en tres meses no ah aparecido, espero que ya se haya ido y no me busque.
-¿Ido? ¿En donde lo conociste mexicana?
-En Mazatlán, es una playa del norte de México. La hermana de Alan se casó allá, Jos me compró la casa que era de Ángel, así se llama. Me enojé con Jos, herí a Ángel, lo curé en su casa y tuvimos sexo, no creí volver a verlo, pero por cosas del destino así fue.
-Estoy seguro que ese tío te siguió los pasos. —Estabamos en la tina, él estaba adelante de mi, yo tenía mis pechos en su espalda.
-¿Tu crees?
-Si, es imposible no querer seguir a una tía como tú. —Volteó la cabeza sonriente, le planté un beso en los labios.
-Fuiste el único que logró sacarme de la cabeza por unos momentos a José Miguel en la prepa. —Cambié el tema
-¿Por?
-Me gustabas, ¿no era obvio? Fuimos novios.
-En secreto.
-No quería que mi papá te hiciera todo un cuestionario sólo porque me invitaste a salir.
-A mi mamá le encantó la idea de que fueras su nuera. —Reí un poco, él también, volvió a voltear y volví a besarlo. Sus labios tenían algo que era adictivo.
-No le caía bien.
-Claro que si, siempre me decía, ¿cuando traes a _____ a la casa?. Ella me sugirió que te buscara.
-¿Entonces si no fuera por tu mamá no me hubieras buscado? —Elevó los hombros un poco.
-Creo que no, me resigne a perderte.
-¿Te llegó la invitación de la boda? Te la envié por correo electrónico.
-Si me llegó, pero no quise venir, no quería verte casandote.
-¿Por?
-Te amaba. —Me sorprendí, acarició mis piernas. -Te amaba sin las siliconas en tu cuerpo, con tu antigua nariz, con tu cabello oscuro, te amaba con tu risa de niña, te amaba tan pequeña e inofensiva.
-¿Por qué nunca lo dijiste?
-No sé, terminó la prepa y volviste a México, si llegaste a ir de nuevo a España, pero cuando nos vimos la última vez me dijiste que habías estado saliendo con alguien, y cuando me llegó la invitación de tu boda, me resigne a que te había perdido.
-¿Sigues enamorado de mi?
-¿Como no estar enamorado de ti? Mírate, eres hermosa. Esos tatuajes en ti me encantan, te hacen ver sexy, pasaste de ser una niña a ser una potra indomable. —Reí alto, ese término me gustaba.
-Me encantas Xavier. —Acaricié su pecho y su abdomen.
-No me digas eso que voy a querer hacerlo otra vez, y necesitamos ir bien descansados a grabar.
-Yo si puedo, ¿tu? —Le pregunté y mordí levemente su oreja. Salió de la tina y me tendió la mano para ayudarme a salir, lo hice y me cargó hasta la cama, me acostó ahí y estuvo sobre mi, me besó y metió sus dedos dentro de mi. Gemí entre nuestros labios, él me tomaba de la mejilla con la otra mano, y yo a él de ambas mejillas para que no se separara de mi.
-Te voy a hacer algo que te va a encantar. —Me dijo y dejó mi rostro, dobló mis rodillas y abrió mis piernas, bajó su cabeza y comenzó a examinar mi feminidad con su boca, tenía sus manos en mis piernas, me daba algunas nalgadas para encenderme más, y lo logró, succionaba y mordía levemente mi clitoris, gemí más ante eso, sentí como enseguida de que mi líquido saliera él lo succionó y se lo tragó. Subió a mi rostro y me besó, respiré cansada, intenté tranquilizarme, pero enseguida introdujo su miembro en mi, gemía, y él también, no sabía que necesitaba tanto tener sexo. Las 2:50 de la mañana y seguiamos, 3:40 y seguiamos en la piscina. 4:20 y lo hicimos en la sala de estar, 4:40 y le hice sexo oral en la cocina. 4:59 y estábamos en mi habitación de nuevo, pero ahora yo en otra posición.
-Eres insaciable. —Me dijo Xavier al oído mientras me quitaba la virginidad de la parte trasera. Grité adolorida, pero él lo sacó, creo que se puso más lubricante, volvió a meterlo, al sentirme llena de él… no sé cómo explicarlo, ví lucecitas por todos lados, lo metía y sacaba lentamente hasta que me acostumbré e incluso le pedí más.
-Más… más rápido. —Dije con la poca voz que me salió.
-No creí que se sentiría tan rico quitarte la virginidad del coño, ¡ah, Dios! —Gimió y yo hice lo mismo, se movía más rápido, lo disfruté como nada en la vida. 5:30 y estaba montada en él. 6:17 y ahora mi espalda daba a su pecho, podía escuchar como sus testículos golpeaban con mi trasero, él jugaba con mis pechos y yo hacía mi cabeza para atrás, al mismo tiempo besaba y succionaba mi cuello prendiendome más. Terminamos cuando le tocaba comer a la bebé...¡¡LES AMO CON TODO ESTO QUE LA GENTE LLAMA CORAZÓN!!
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Mi Canela |J.C|
FanfictionElla desde el jardín de niños estaba enamorado de él, pero él no de ella. Pero tuvieron su boda y su "final feliz". Ella nunca pudo decir que José Miguel era suyo, pero Canela si, su Canela; Mi Canela