XII

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Dos meses después…
-Ya se durmió, en cuanto la cambié estuvo más tranquila. —Le dije a Alan entrando a la sala, me senté a su lado, él me miró y suspiró. -¿Que pasa?
-¿Ya te dije que eres la mujer más hermosa sobre la faz de la tierra? —Reí avergonzada, aún no me acostumbraba a que él me dijera esas cosas, siempre nos habíamos tratado de "Bro" o "Sis" nada de esas cosas lindas, a excepción de cuando nos dijimos "amor" ya a los 20 años.
-Tu eres la persona más importante en mi vida, lo sabes.
-Me gusta que me lo digas.
-¿A si? ¿Cuanto? —Le pregunté y sonreí
-Mucho. —El igual sonrió, se acercó a mí para besarnos pero mi mamá gritó desde la cocina.
-¡Ya está la cena!
-Me la debes. —Dijo y ambos reímos, fuimos al comedor para cenar, estaban mis hermanos, sus parejas, mi mamá, Alan y yo. Lo que amaba de mi hija era que su siesta era de las 6:30 a las 8:10, se despertaba a comer y se volvía a dormir hasta las 6:40 de la mañana, ella era "mi despertador"
-José Miguel fue a la constructora, pero no me encontró, fue a la construcción. —Habló mi mamá, dejé de comer y le puse atención.
-¿Te dió el divorcio firmado?
-Me dijo que no te lo daría.
-¿Por qué?
-Porque te ama. —Reí y seguí comiendo, no podía creer que quería engañar a mi mamá diciendole que me ama. -¿Tu lo amas? —Me preguntó mi mamá y miré a Alan, él sólo veía su plato, era una situación incómoda.
-Mamá es una falta de respeto para Alan hablar de eso.
-Esa no es una respuesta.
-No mamá, no lo amo, no amo su alcoholismo, no amo sus groserías, no amo su impertinencia, no amo sus desplantes, no amo su manía de hacerme enojar, no lo amo. —Dije levantando un poco la voz y de la silla, dejé la servilleta sobre la mesa y salí de la casa, sin mi bolsa, sin dinero ni nada, quería estar libre de todo y de todos.
-¿_____? —Preguntó una voz que conocía perfectamente, era Ángel Camarena ¿que hacia aquí en la ciudad de México?
-Ángel, hola. —Lo saludé y le dí un beso en la mejilla.
-Hola, no pensé verte.
-Yo tampoco, ¿vives por aquí?
-Mi mejor amiga vive por este rumbo.
-Oh, tu mejor amiga como Alan mi mejor amigo. —Le dije y rió.
-Exacto, igualito. ¿Y tu mejor amigo José Miguel?
-Él y yo ya no somos amigos, nunca lo fuimos.
-Bueno, ¿entonces ya no son novios, o lo que sea que eran?
-No, ya no. ¿A que vienes a la Ciudad de México?
-Trabajo aquí, tengo un consultorio.
-¿Eres doctor? —Le pregunté mientras nos sentabamos en una banca del parque.
-Si, soy psicólogo, de hecho Jos es mi paciente.
-¿En verdad?
-Si, lleva casi cuatro meses en sesión.
-Talves luego pueda ir a una de tus terapias.
-Talves podríamos recordar lo de la noche que nos vimos. —Me dijo seductor.
-¿Quieres que te vuelva a golpear en la cabeza con un palo? —Le pregunté bromista, él rió y negó con la cabeza.
-Me refiero a lo otro… sabes a lo que me refiero.
-No puedo.
-¿Porqué?
-Estoy con Alan ahora, vamos a casarnos.
-Y tu hijo, ¿como está?
-Bien, nació hace justo dos meses, es el amor de mi vida.
-¿Que fue?
-Niña, una hermosa niña. Se llama María Violeta.
-¿Casarse? —Volvió al tema de Alan.
-Si, yo lo… yo lo amo —Reí un poco al decir lo último.
-¿A si? ¿Y lo amabas cuando lo hicimos?
-Lo hacia desde antes de conocerte.
-¿Y donde está él ahora?
-En casa de mi mamá, con mi familia.
-¿Quieres que te dé el teléfono de mi consultorio?
-Claro, llamaré para hacer una cita. —Me dió una pequeña tarjeta con su nombre, su teléfono y su correo electrónico. -Llamaré al consultorio del señor Ángel Camarena. —Sonreí. Se acercó a mí y besó mis labios ferozmente.
-No podemos. —Le dije y él rió.
-Claro que podemos.
-No, porfabor.
-Te necesito, no te eh sacado de mi mente, no eh tenido sexo desde que lo hice contigo. —Reí, y me separé de él. Recordé a Alan y a Jos, ¿porqué pienso en ese idiota?
-Alan no se lo merece y la verdad ya no puedo mentirle más, ni a él ni a mi misma. Y debo irme, mi hija seguro ya despertó para comer. —Me despedí y caminé alejandome de él. -Pero te llamaré para la consulta. —Grité sin voltear a verlo, caminé de vuelta a casa, abrí la primera puerta, caminé un poco más y abrí la segunda para entrar a la casa.
-Amor, ¿dónde estabas? —Me preguntó Alan, lo abracé, le había fallado… otra vez.
-Mi mamá está aferrada a que esté con José Miguel.
-¿Y quieres? —Me preguntó, me aferré más a él.
-No. Alan, en menos de un mes nos vamos de aquí, vamos a iniciar de nuevo en Oaxaca, vamos a manejar la constructora allá.
-Hablando de eso, la señora que nos va a rentar el departamento me preguntó que si solo seremos nosotros tres nos dará uno de los departamentos del primer piso.
-Está bien, solo que también quiero rentar el sótano, para todo lo que no va a caber en el departamento.
-¿Porqué no quieres dejarlo aquí? Podemos mandarlo a traer después, o venir por ellas.
-No quiero volver a esta ciudad, mi mamá y mis hermanos pueden visitarnos en Oaxaca, tus hermanos también.
-Mis abuelos no pueden viajar, lo sabes.
-No quiero regresar a este lugar, en verdad.
-Por dejar este lugar no vas a dejar el dolor que Jos te provocó, debes tomar una terapia.
-Buscaré un terapeuta, lo prometo. —Besé su mejilla, él sonrió sin mostrar los dientes.
-Te amo tanto, bonita. —Me dijo y peinó un poco mi cabello.
-Yo te amo a ti Alan. —Sonreí y volví a abrazarlo, ahora mi cabeza estaba en su pecho, escuchaba como su corazón latía. Nos quedamos así un buen rato hasta que Violeta lloró y fuí a darle de comer, le saqué los gases, la bañé, la vestí y quedó profundamente dormida. Era un hermoso ángel, la amaba más que a nadie.
-Te amo mi amor, eres mi familia, mi pedacito de mí. —Le dije y besé su mejilla. Me acosté en la cama y quité mis zapatos. Recordé a Jos, ¿que estaría haciendo? ¿Con quien estará? José Miguel Canela…Canela… Mi Canela.
José Miguel Canela…
-Hola tú. —Me saludó Alonso entrando a mi departamento, estaba hecho un asco, y yo también lo estaba. Cerré la puerta y fuí detrás de él.
-¿Que quieres?
-¿Hoy no tenías cita con mi primo? —Su primo era mi terapeuta, era un buen chavo. De hecho, él era el dueño de la casa a la que fuí con _____, en Mazatlán, Sinaloa, y digo "era" porque la compré para ella, estaba a su nombre, yo la compré con mi dinero, por el que trabajé por tanto tiempo.
-No, es mañana.
-¿Sales así? Estas sucio, y mira esa barba, tan descuidada.
-No salgo, el trabajo lo hago aquí, el super me lo traen a domicilio, nadie me visita, no me importaría si viviera una familia de ratas aquí conmigo, mínimo ahora tendría compañía aparte de este gato. —Señalé a mi mascota que dormía en el sofá.
-¿Y me explicas por qué estás solo?
-Porque soy una basura, no merezco que nadie me quiera, no merezco que alguien se preocupe por mi, y la verdad las malditas terapias de tu primo ya no me sirven para nada. ¿Sabes que era lo único que quería? Estar con ella, estar con su hija, ser una familia nueva, dejar todo el pasado, todo esto. Pero él está en mi lugar, es él quien en estos momentos seguramente le está haciendo el amor y yo no, es él quien la abraza en las noches, es él quien masajea sus hombros después de un día tan cansado entre la constructora y la bebé, es Alan Leyva Navarro quien disfruta del amor de mi vida. —Le dije ya con lágrimas en los ojos, las limpié enseguida. -Y ahora parece que me voy a enfermar porque tengo los ojos irritados. —Me excusé.
-Estas llorando, así se llama lo que estás haciendo, y está bien, es normal, igual que reír, o el dolor, no te reprimas. —Me dijo y lloré, demasiado, ya no podía aguantar, se acercó a mí y me abrazó, yo lo hice con él.
-No quiero lastimarla, no quiero que sufra más por mi.
-Ella se irá en unas semanas a otro lugar, dejará la ciudad. —Me separé de él.
-¿Como sabes eso? ¿Quien te lo dijo?
-Alguien.
-¿Quien?
-Un trabajador. Si la quieres debes decírselo.
-Tengo miedo, ella no va a aceptarme, no sé qué le haya dicho Alan de mí.
-Hay más probabilidad de que la niña sea tu hija, lo investigué, sus días fértiles, los tuyos, los de Alan. Pide la prueba de paternidad amigo, es tu derecho. —Me sugirió Alonso, tenía razón, era mi derecho, fui su pareja sexual en el tiempo que quedó embarazada, y si ella no sedía iba a tener que acudir a un juicio, sabía que hacer en estos casos, pero no quería humillar a ____ con algo así.
-¡Claro! Estuve con ella en ese tiempo.
-Ve y hazlo. Pero primero rasurate esta barba, báñate, cortate el pelo, limpia este lugar, vuelve a tu trabajo. Podemos iniciar el juicio para quitarle a la niña, sabes que tienes mi apoyo incondicional.
-Gracias Alon. —Palmé su espalda, él lo hizo conmigo.
-Hace tanto no tengo sexo con alguien que hasta guapo te estoy viendo wey. —Le dije y rió, yo también lo hice.
-Te voy a ayudar a limpiar este lugar.
-Puedo llamar a alguien para que lo haga.
-No, se siente mejor cuando lo haces tú, es cansado, pero te sientes bien cuando ves todo limpio y sabes que lo hiciste tú.
-Bueno, ¿con que iniciamos?
-Buscaré una bolsa grande para basura. —Dijo y fue a la cocina, o Alonso se estaba poniendo más guapo, o yo cada vez me estaba volviendo más "heteroflexible".
____ Robledo de Castro…

¿Ustedes que opinan? ¿Alonso se está poniendo más guapo, o Jos se está volviendo más heteroflexible?
¡¡VOTEN Y COMENTEN!!
¡LES AMO CON TODO ESTO QUE LA GENTE LLAMA CORAZÓN!

Mi Canela |J.C|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora