XXIV

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José Miguel Canela…
-Danna no me contesta. —Le dije a Alonso dejando el teléfono en la mesa.
-¿Ya llamaste a Jesús?
-Si, pero dijo que no había ido al estudio las últimas semanas.
-¿Desde cuando?
-La última vez que fue conmigo.
-¿Y si le pasó algo?
-No… ¿o si?
-¿Quien más conoces que está cerca de ella.
-Serrano.
-¿Quien?
-El español, amigo de _____.
-Llámalo, ¿o sabes dónde vive?
-No, pero puedo preguntarle a Jesús. —Tomé mi teléfono y lo llamaría, me detuve. -¿Sabes que? Mejor le voy a preguntar dónde vive Danna. —Seguí buscando el contacto. -Hola Jesu —Lo saludé cuando contestó.
-¿Que pasa Canela?
-Necesito ver a Danna, para entregarle unos discos, me dijo que la buscara en su casa, pero nunca me dijo donde vive.
-Ahorita te envío su dirección, tengo que colgar porque la verdad estoy muy ocupado. Ya ahorita te la envío, luego nos vemos. —Finalizó la llamada. Llegó un Whatsapp con la dirección de Danna.
-Ya la tengo, ¿me acompañas? —Le pregunté a Alonso después de levantarme del sofá.
-Te espero en el auto. —Fuimos a esa dirección, era una cerrada.
-Buenas tardes. —Nos saludó el hombre que seguro era el guardia.
-Hola, busco a la señorita Danna.
-¿Danna? —Preguntó y asentí. -La señorita ya no vive aquí, pero su acompañante si.
-Xavier.
-Si, ¿quiere que lo comunique?
-Wow, nuestro amigo está aquí, deberíamos darle una sorpresa. —Dijo Alonso, lo miré extrañado y él también me miró, me dijo "sígueme la corriente"
-¡Claro! Hace mucho no lo vemos, desde la prepa en España.
-La verdad es que ese tío es muy olvidadizo, seguramente ya ni nos recuerda. —Dijo Alonso y reímos.
-Pueden ir a su departamento si quieren.
-¿En verdad? Wow, eso sería genial. —Le dije feliz.
-Es el segundo edificio, el departamento 510, le sugiero que suban por el elevador.
-Gracias hombre, esto es por la molestia. —Saqué mi cartera y le dí unos billetes.
-No señor, lo hago por su amistad. —Ja, amistad, si quisiera matarlo con mis propias manos.
-En verdad, tómelo, por su amabilidad. —Le dije y el hombre tomó los billetes. -Gracias, señor…
-Francisco Rangel.
-Gracias. —Abrió la gran puerta dándonos acceso a la privada. Fuí al departamento 510 del edificio dos, toqué la puerta. Alonso se quedó abajo en el auto.
-¿Quien? —Preguntó una mujer desde adentro.
-Su pizza. —Dijé cambiando mi voz.
-Genial, moría de hambre. —Dijo la misma voz femenina, abrió la puerta. -Hola, ¿tu eres el pizzero? —Me preguntó seductora.
-¿Está Danna?
-Ah, esa. —Volteó los ojos. -Está en su habitación. —Me dejó pasar.
-¿Cual es? —Le pregunté, había tres, una negra, otra blanca y una café.
-La blanca. —Dijo y cerró la puerta, toqué pero nadie respondió así que entré, estaba cambiándose la ropa y bailaba, reí un poco. Le toqué el hombro, ella volteó asustada, se quitó un audífono inalámbrico.
-¿Por qué no tocas? —Me preguntó y reí un poco, estaba muy bien, tenía un buen cuerpo. -¡Deja de mirarme! —Me empujó para que saliera de la habitación, pero no lo logró.
-No, ¿por qué no me has llamado? —Le pregunté.
-No eh tenido tiempo. —Tomó su bata y se la puso.
-Tienes tiempo justo ahora, mi hija fue al hospital, y talves quería hablar conversar con alguien.
-Xavier me dijo que lo golpeaste, me encantan los hombres que pelean…
-Bueno, ¿que puedo decir?
-Pero por deporte como el box o las artes marciales, no las bestias salvajes que pelean porque "se tienen ganas"
-Ese idiota me provocó.
-¿En verdad? Es lo que todos dicen.
-Dijo que se podía coger a la mamá de mi hija y a ti sin problema, ¿su sabías que están en una relación? —Ella miró mi golpe, aún se veía a pesar que habían pasado días, el español tenía buena derecha.
-Mira como te dejó. —Tocó el golpe. -¿Ya no te duele?
-No, además, no fue tan fuerte.
-Ajá, a él ya se le quitó, y a ti no.
-Seguro se puso maquillaje. No me respondiste si sabías.
-Si, y tienen una relación abierta, no son novios, así que no me siento mal. —Se sentó en su cama.
_____ Robledo de Castro…
-Mira como te dejó. —Toqué su golpe. -¿Ya no te duele? —Miré sus labios, pero él ni siquiera lo notó.
-No, además, no fue tan fuerte.
-Ajá, a él ya se le quitó, y a ti no. —Me preocupé.
-Seguro se puso maquillaje. No me respondiste si sabías.
-Si, y tienen una relación abierta, no son novios, así que no me siento mal. —Me senté en la cama y crucé las piernas, Jos las miró.
-¿Te gusta lo que ves? —Levanté un poco la bata para que viera más.
-¿Asi lograste pasar las materias en la escuela? —Reí alto, él también lo hizo, pero bajo, cruzó sus brazos.
-Solo en la universidad. —Reí. Se veía muy guapo hoy. -¿Que te hiciste?
-Me bañé. —Bromeo y reí. -¿Que estabas escuchando? —Tomó un audífono inalámbrico y se lo puso, se sentó junto a mi.
-Wow… "Kings and Queens"  ¿te gusta mucho?
-Es mi canción favorita de esa banda. —Respondí, la canción terminó, ahora estaba una de Harry Styles, "Kiwiera de mis canciones favoritas de él. Jos oleo mi pelo y mi cuello, estaba poniéndome nerviosa.
-¿Hace cuanto no te tiras a una tía?
-No sé, dejé de contar desde hace tiempo.
-¿Cuanto?
-Un año. —Reí alto.
-¿Que? ¿No me crees? —Me preguntó, negué con la cabeza.
-¿Y tu chica de París?
-Creo que volví a ser vírgen. —Reí aún más.
-No te creo. —Se acercó a mí y volvió a olfatear mi cuello, ahora incluía besos húmedos. Me estaba poniendo nerviosa realmente. Acariciaba mi pierna haciéndo que me erizara.
-Jos, no. —Intenté frenarlo, pero no me levanté de la cama, en realidad no quería que se detuviera. Cada vez subía más su mano.
-Si hacemos esto no vamos a enamorarnos, ¿cierto? —Me preguntó mientras yo quitaba su chaqueta, él me aferró a su cuerpo.
-Ten por seguro que no. —"Ya no podría estar más enamorada de ti." Pensé.
Dejó mi cuello y besó mis labios salvajemente. Quité mi bata y nos separamos un poco para que él mismo quitara su playera por el cuello, se quitó los pantalones y el boxer como pudo, obvio también sus Vans negros y sus calcetines. Quitó mis bragas y quedamos acostados sobre la cama, yo sobre él. Lo metí en mi y gemí un poco, él jadeaba, subía y bajaba, al igual que movía mis caderas en círculos, él jadeó mas alto, cubrí su boca con mi mano, no quería que nos escuchara la chica de Xavier, y mucho menos él, aunque yo tuve que soportar su ruidero hasta que se me ocurrió ponerme mis audífonos y escuchar música. Quité mi mano y lo besé para callarlo.
-¡Ah… Dios, estas tan deliciosa! —Dijo con la poca voz que salió de él. Reí un poco y seguí besandolo mientras me movía aún más.
-¿Te está gustando? —Le pregunté.
-Mjm, estas tan preciosa. —Abrió los ojos y me miró a los ojos, ví esos ojos cuando hicimos el amor en la ducha, cuando le decía a "_____" que la amaba. Miraba esos ojos cuando hicimos el amor en la oficina. Comenzaba a enamorarse de Danna, mejor dicho, ya estaba enamorado de ella.
-Me gustas. —Dijo en nuestro beso, me tomaría de la cintura, pero yo lo tomé de las manos y las entrelacé, lo besé más salvaje. Tiempo después sentí como se corrió, yo no terminé, pero le hice creer que si.
-Fuiste… wow. —Me quité de sobre él, y me acosté, busqué mis bragas y me las puse, también la bata. No me pondría ninguna ropa porque estaba a punto de cambiarme para ser _____, el vestido de "Danna" estaba sucio de caramelo líquido y era lo único de ella que tenía.
-Tu no te quedas atrás Canela, tenías razón cuando dijiste eso de "Casi 20 centímetros", pero te tienes que ir.
-¿Como?
-Debo salir con Roberto.
-¿Quien?
-El presidente de una compañía disquera. —Busqué una de las prendas que quedaban en el armario, casi todo era  mío, no había nada de "Danna" aquí, sólo el vestido que me había quitado.
-Tomaré una ducha, te llamaré esta noche. —Me despedí de él. Salí de la habitación y fuí al baño. Escuché como cerró la puerta, y Xavier había dejado su puerta abierta, eso significaba que se había ido, y con él su compañera. Lloré, me sentí estupida por jugar esto, porque sabía que Jos comenzaba a caer en las redes de Danna y poco a poco dejaría de amarme para amarla a ella, a una mentira, y sé que cuando lo supiera me odiará, pero si no es así sé que no querrá hablar conmigo, o talves debería intentarlo. Hablaré con él ésta noche, después de cenar con Roberto y cambiar mi apariencia.
(…)
-¡Roberto! —Lo saludé feliz, el capitán me dejó con él en la mesa.
-Danna, ¿como estas?
-Bien —Lo saludé con dos besos en las mejillas. -Gracias por tu tiempo.
-Jesús me dijo que Danna Paola, la estrella principal de 'Cklass' y talento principal de 'Warner Music' quería verme.
-Me alegra que hayas aceptado mi invitación a cenar.
-Iba a mandar a Memo, pero… es algo que en realidad le importa a la compañía, así que decidí venir yo mismo.
-Sere muy directa, mi contrato con 'Warner Music' está por expirar y no me han comentado sobre la renovación de este, y la verdad no quiero quedarme ni un mes sin pisar un escenario.
-Te entiendo, y también entiendo que quieres que Sony sea tu compañía disquera.
-Si, ya dejé algunas canciones con 'Warner', pero tengo muchas más en mi carpeta de canciones.
-¿Podrías mandarme un demo? No dudo de tu capacidad vocal, sólo que los ejecutivos necesitan conocerte, conozco tu habilidad para el canto, y también para escribir canciones, hablaré bien de ti con los ejecutivos, y te aseguro que tendrás tu contrato listo para firmar con 'Sony Music' en cuanto llegue la fecha de vencimiento del que tienes con 'Warner Music'. —Aseguró y sonreí, cenamos y hablamos de cuánto iba a ser la paga, de cuánto tiempo sería el contrato, lo que tendría que hacer (gira, disco y convivencias)
-Esperaré tu demo a primera hora.
-Lo tendrás en tu correo electrónico hoy mismo. —Le dije amable.
-Hola. —Me saludó una joven de cómo 20 años.
-Hola.
-¿Nos… nos podemos tomar una selfie? —Me preguntó un poco nerviosa. Sonreí
-Claro guapa, dame el móvil, yo la tomo. —Le dije y lo hizo, tomé tres. -Wow, que bella ropita del teléfono. —Así le decía a las fundas de celular, y era bonita en verdad. Decía "Siempre la verdad, siempre de pie" y el fondo era como una galaxia.
-¿En verdad te gusta?
-Si, está súper way. —La quitó de su teléfono y me la tendió.
-Te la regalo.
-No, ¿como crees?
-Claro que si, eso hacemos los fans por sus ídolos.
-Bueno, sólo si me dejas regalarte… —Busqué en mi bolsa, tenía sólo maquillaje, y un labial nuevo que compré. -Esto. —Saqué también un plumón negro y firmé con un autógrafo el empaque del labial, tomé mi teléfono y nos tomamos otra foto.
-Gracias, lo conservaré. —Me dijo y se fue. Pagué la cena y regresé a casa (con mi mamá)
-¿Hola? —Pregunté, entraría a Jos, pero ahí estaba Jos, ¿que hacia aquí? Llamé a mi mamá, ella estaba con él.
-Hola hija.
-Debes distraer a Jos, me voy a cambiar para ser yo.
-¿Como? No entiendo.
-Has que vea el cuadro de flores para que pueda subir y cambiarme.
-Jos, ¿ves algo raro en ese cuadro? —Le preguntó y colgué, subí con cuidado las escaleras. Bye cortinas de pelo, adiós maquillaje, vestido de lentejuelas, zapatos y lentes, hola jeans, blusas y Vans rojos. Bajé por la ventana, estaba un poco alto, pero por suerte teníamos unas tipo escaleras. Volví a entrar a la casa, pero ahora como ______.

Mi Canela |J.C|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora