" MALA CHICA"

XXI

Entro rápidamente en la finca y subo hasta mi habitación. Cierro la puerta con seguro y saco mi ropa.

—Entiende que no puedes escapar de mi, Clarisse .- habla Brad

Me giro rápidamente para encontrarlo apoyado en el balcón totalmente relajado.

—Vete de aquí, que parte de no quiero verte no entendiste .- grito

Tomo las almohadas y se las lanzo. Imitó la acción con otras cosas hasta que me resigno.

—¿Terminaste? .- pregunta relajado

Se acerca hasta la cama y se sienta a mi lado. Toma mis manos y comienza a hablar.

—No pienses que te mentí, te lo iba a decir después de esa noche pero tu simplemente huiste. ¿Como querías que te lo dijera?

—Eso quiere decir que ¿tu no eres mi hermano biológico?

—No lo somos, encontré los papeles en el despacho de Steven hace un tiempo.

—Entonces, ¿Tu y yo? .- preguntó confundida

—Entonces tu y yo somos correspondidos. No somos hermanos de sangre, podemos estar juntos.

Me lanzo a sus brazos y rodeó su cuerpo fuertemente.

—Es tan horrible y hermoso a la vez.

—Por favor, ya no tenemos que ocultar.

Junta nuestros labios en un profundo beso y rápidamente me alejo un segundo.

—Espera, creo que aun no es tiempo de revelar nuestro cariño .- acaricia su mejilla

—Esta bien, pero no creo soportarlo.

Vuelve a juntar nuestros labios y me recuesta lentamente en la cama.
Sus besos comienzan a bajar por la tira de mi brasier. Juega con el hasta que por fin lo saca de mi cuerpo.

Me ruborizo al sentir sus ojos fijamente en mis pechos.

—No debes sentir vergüenza, eres la mujer más hermosa del mundo.

Sonrío ante su comentario y sigue con su camino de besos.
Su pantalon desaparece rápidamente de su cuerpo al igual que su bóxer.

Baja mis bragas y las tira por algún lugar de la habitación.

—Dime que no hiciste nada con esa malparida .- susurro entre besos

—Te lo juro por lo más sagrado que tengo, por ti .- acaricia mis pechos

Entra en mi zona v lentamente mientras besa mi cuello desesperadamente. Sus embestidas cada vez son más rápidas y placenteras.

Toma la sábana y nos cubre sin dejar de entrar y salir de mi feminidad.

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—¡¡Ma!! .- grita Martina

Escucho los gritos de mi hija por la finca y rápidamente me levanto de la cama. Observo a Brad pero está completamente dormido.

Tomo mi bata de seda y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y me encuentro con Martina.

—Ma, te estaba llamando a tu celular.

—Lo siento hija, no lo escuché.

—Ayer ni me avisaste que te venías.

—Lo siento, tuve unos problemas y un par de vueltas por hacer.

Un grito proveniente de la segunda plana nos hace mirar hacia la escalera.

—¡Clarisse, vuelve a la cama! .- grita Brad del segundo piso.