XXXIII

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Clarisse.

—¿Martina? ¿Estás dormida?

—¿Que hora es? Las siete de la mañana todavía es temprano.

—Pues por eso, ya es tiempo que te despiertes.

—Está bien. Mejor dime, ¿a qué hora llegas?

—Ya estoy aquí, estoy en el aeropuerto dejo a Jaren y nos encontramos.

—¿Jaren? ¿Quien es esa?

—Luego te explico, levántate pronto. ¿Hiciste lo que te pedí?

—Si señora, estuve hablando con Pierce para ir a ver unas fincas.

—Perfecto. No se te olvide Martina que Pierce no debe saber que estoy viva.

—Má, ya me lo haz dicho más de una vez ya lo se.

—Bueno, de ahora en adelante me llamo Madison. No se te vaya a olvidar .- acomodó mi peluca

—¿Madison? ¿Como tu prima?

—Si, como mi prima.

—Má, créeme que nunca se me va a olvidar.

—Ya te quiero ver, ya te quiero abrazar. Que desespero.

—Que rico má, yo también.

           Llamada finalizada.

El reencuentro con Martina fue de lo más hermoso. Extrañaba tanto esa preciosa cara, es como ver a un pequeño doble mío.

La imagen de Brad se me viene a la mente y me quedo incómodamente pensativa.

—¿Que te pasa má? .- pregunta Martina a mi lado

—Nada Martina, solo estoy pensando.

—¿Es por mi papá? ¿Cierto? .- pregunta insistente

—Si Martina, es por tu papá. Lo extraño tanto a la vez pero sin embargo todo está muy bien así. Ambos separados y cada uno por su cuenta.

—Má, ¿Tu de verdad crees que ese hijo es de mi pá? .- pregunta totalmente confundida

—Eso es lo que vamos averiguar .- hablo molesta

Llegamos hasta la nueva finca y veo a Pierce en la entrada. Gracias a dios por los vidrios polarizados, el no me pudo ver.

—Bueno má, ya vengo .- habla Martina bajando de la camioneta

—¿Ese es Pierce? .- preguntó confundida

—Si .- bufa

—Haz que se vaya de aquí, Martina.

Debo admitir que la presencia de Pierce en estos momentos no es muy grata. Por ahí me enteré de que me había estado jugando chueco en mi tiempo en la cárcel y eso se merece la muerte.

Pero simplemente me ha sido de bastante ayuda aun, le quedan un par de días de vida.

Martina.

Bajo de la camioneta y me encuentro con Pierce en su vehículo.

—¿Que tal, Pierce? .- preguntó amistosamente

—Señorita buenas tardes, ¿cómo está usted? .- pregunta amable

—Bien, ¿Qué pasó? .- preguntó al ver una carpeta en sus manos

—Mire ya quedó todo listo, aquí está el contrato .- me muestra un papel —El señor me dijo que mañana pasa para que le eche un vistazo a la finca y para entregarle el inventario.

" MALA CHICA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora