XXIV

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Caminamos hasta la camioneta estacionada.

—Espero esto no sea una trampa, Carolina .- hablo desconfiada

—No sea bobita, Martina. Que así cómo está vale menos que los tomates que acaba de comprar.

—Idiota .- murmuro al llegar

El Pizzi baja de la camioneta y se saca su chaqueta tirándola dentro de su vehículo.

—Martinita .- habla sonriente

—¿Que tal? .- hablo sería

Me mira de pies a cabeza y vuelve su mirada.

—¿Como me la tratan?

—Pues no como debería ser.

—Para eso estamos acá, para consentirla .- habla con su rostro neutro

Volteo a ver a Carolina que esta a mis espaldas y vuelvo a mirar a Pizzi.

—¿Que es lo que quieren?

Pizzi se arregla su camisa y comienza hablar.

—Regrese al negocio, ¿si sabia?. Estoy armando una nueva organización y vamos a mandar una mercancía para Mexico, Para Estados Unidos. Unos kilitos y tengo gente ahí que quiere comprar esa mercancía.

—Me imagino que eran los socios de mi mamá, ¿o qué? .- hablo burlesca

—Bingo. Exactamente .- me apunta con su dedo índice

—¿Que es lo que quiere?

—¿Que quiero? Las rutas que manejaba su mamá. Y que sea socia mía.

—Y yo, ¿por qué le voy a entregar las rutas de mi mamá a un enemigo de ella que hasta casi la mata? ¿No se acuerda?

—Era enemigo. Mire... ¿sabe cómo es este negocio? Un día somos amigos... Un día somos enemigos. Depende de la convivencia como todo en la vida, ¿Sabía?

Pienso por unos segundos y la verdad necesito el dinero. Aun no logro ubicar a Scott ni Anne ellos son los encargados de lo poco que le queda a mi mamá.

—¿Que es lo que tengo que hacer? .- finalizo

—Sencillo. Recordar las rutas, cómo mandaba su mamá la mercancía a Mexico.

—Pues la verdad, yo no estaba muy enterada de ese tema. Pero si tengo una información que les puede servir.

—Y para que recuerde, ¿como quiere el negocio?

—cincuenta y cincuenta .- me cruzo de brazos

Pizzi suelta una risa burlesca y vuelve a su posición.

—cincuenta ya lo tiene una gente y el otro cincuenta nos toca repartir entre varios. Estamos pensando mandar seiscientos kilos.

—¿y quien tiene el cincuenta?

—Jimmy .- Sonríe

Suelto una risa burlesca y vuelvo a mi postura.

—Jimmy es el enemigo número uno de mi mamá.

—Era, ahora es socio suyo. Y socio mío. Solo si quiere entrar.

En ese momento observo cómo se acerca nuevamente mi carro con esa idiota de Keyla como conductora.

Pasa por mi lado y los tres la quedamos mirando.

Pizzi me dedica una sonrisa y seguido de suben a la camioneta.

Me alejo de ellos y comienzo a susurrar.

—¡Pobre bastarda! Pero si de algo me va a servir esta alianza, es para acabarla.

" MALA CHICA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora