XIII

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Dieciséis años después.

Al pasar de todo este tiempo, mi vida dio un giro completamente. Tuve a mi hija Martina que tiene diecisiete años recién cumplidos. Jamás pensé que ser madre me tocaría, tampoco que me gustaría serlo.

Mi matrimonio con Wilson empeoró del todo. Todos los días eran peleas distintas y por decisión de ambos decidimos separarnos pero aun no legalmente, seguimos siendo matrimonio ante la ley.

Ma, iré a dar una vueltita corta, enseguida vuelvo.

—Ma, iré a dar una vueltita corta, enseguida vuelvo

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Ve, por favor cualquier cosa me avisas. Ve con tu escolta Martina.

—Si ma, ahora regresó .- besa mi mejilla seguido la de su padre

Dos golpes en la puerta me hace girar en esa dirección y veo a una de las nanas en la puerta.

—Señora, la cena está servida.

—Enseguida vamos .- comienzo a caminar escaleras abajo

Tomo asiento en un extremo de la mesa y Wilson al otro extremo. Si, así de mal está nuestra relación.

—Encontré una fotografía entre tus cosas, Clarisse.

Saca la fotografía donde salgo abrazada a mi hermano y mis ojos se abren de par en par.

—¿Se puede saber qué haces entre mis cosas? .- me levanto arrebatando la fotografía

—¿Quien es el? .- pregunta

—Es mi hermano.

—Me dijiste que no tenías familia.

—No dije eso, dije que era como que no la tenía. Acaso, ¿la ves aquí?

Ruedo mis ojos ante su silencio y sigo comiendo mi cena hasta que nuevamente comienza hablar.

—Yo no me he querido meter en la educación de tu hija .- toma su tenedor —pero si te quiero decir que me parece un perfecto desastre.

La ira comienza a salir por mis poros y respondo.

—Yo también te quiero decir dos cosas. Primero, no opinas ni te metes en la educación de mi hija — enumero con mis dedos — Y segundo, dijiste que ibas a poner retenes en todo el sector para ubicar el carro que estaba espiando la finca y no haz echo nada.

—Lo tengo todo arreglado y en cualquier momento algo pasará y te lo comunicaré.- bebe un sorbo de jugo — Y en cuanto a la educación de tu hija puedes hacer con ella lo que se te de la gana.

Dicho eso se levanta y camina hasta mi puesto.

—Mi amor, mi amor. Hoy estás tan encantadora como siempre.- deposita un beso en mis labios al cual no respondo.

Toma su maletín y sale del comedor dejándome sola. Suspiro un par de veces y vuelvo a pensar quien puede estar espiando mi finca si nadie sabe que todo este tiempo estuve viva y menos que estoy en Colombia.

" MALA CHICA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora