XXVIII

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Clarisse.

Un mes después.

Un nuevo día en la cárcel, observo bien mis fichas antes de lanzarlas. Nos reunimos en el patio a jugar una partida de domino con mis compañeras.

—Ahí está .- tiro la última ficha —¿Que van a decir? ¿Que suerte de principiante? ¡No ya no! .- exhalo el humo de mi cigarrillo —Pague a ver, o si no para que apuesta.

—Señora Clarisse Escutti .- habla la guardiana —La directora la necesita.

—¡Pague! .- sigo hablándole a Lis —¡Que obedientes! Compré dos pasajitos pero quizás me alcanza para tres .- Les guiño el ojo a mis compañeras

Me levanto y camino junto a las guardianas. Entro en la oficina de la directora y rápidamente me siento en la silla.

—¿Mi abogado? .- preguntó rápido

—Está por llegar, cuando llegue yo te mando a buscar.

—Necesito llamar a mi hija .- estiro mi mano

Me extiende el celular de malas ganas y comienzo a recordar alguno de los números que me pueden contactar con mi hija.
Durante este tiempo he tenido varios beneficios de parte de la directora. Me consiguieron el número para hablar con mi hija, puedo tener mis cigarrillos y he mejorado varías cosas de mi celda.
Tuve la brillante idea de grabar una de las tantas conversaciones con la querida directora, donde ella quería que yo matara a Maura gracias a los contactos de Fran conseguimos un móvil. Le envié esa grabación a mi hija como respaldo y todo va muy bien.

—Vamos a decirle que guarde muy bien esa grabación .- hablo burlesca

—¿Que grabación? .- pregunta exaltada

—¿Como que cuál grabación? Donde usted sale diciéndome que quiere que mate a Maura, esa grabación.

La cara de la directora es impresionante, sus nervios y miedo se huelen a distancia.

—¿Mamá?.- pregunta Martina

—Martina, mi amor soy yo. ¿Cómo estás?

¡Ay ma! ¡Estoy tan feliz!

—¿Que pasó?

—Pues, imagínate que fui a la finca y pude sacar todo el dinero de la caleta ¿puedes creerlo? Si, estoy aquí en la casa de Scott.

—¿Estas con ellos? .- preguntó asombrada

—Si má, pude encontrarlos. Estaba muy sola en casa de la tía.

—¿Casa de la tía? ¡Te dije Martina que no te quería ver ahí!

—Tranquila má, que la tía ni Verónica están aquí. Es más, Anne me dijo que nació el bebé.

Siento como mi pecho se comprime y mis lágrimas amenazan con salir.

—Me siento muy orgullosa de ti. No necesito saber nada de esta idiota. Lo primero que voy hacer al salir de aquí es ir y matarla.

—Tranquila má, que lo más importante es que toda la plata ya está acá en la casa.

—Tu no puedes tener ese dinero ahí, tienes que sacarlo como puedas.

—¿Como así? ¿Para donde lo llevó?

—Compra una casa en Colombia y entierra ese dinero. No le digas a nadie donde esta. Es la única manera de salvarlo.

—Listo má, está bien.

—¿Te acuerdas el que nos vendía finca raíz? ¿Sebastian?

" MALA CHICA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora