XXVI

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Clarisse.

¿Quien me garantiza que usted no me va a incriminar por la muerte de Maura?

—Tiene mi palabra .- vuelve a sentarse a su silla

—No creo en su palabra, ni en nadie que trabaje aquí para usted.

—Maura es la mafia y a la mafia tenemos que liquidarla.

—Entonces, ¿porque no la liquida usted? .- preguntó burlesca

—¿Así? ¿Como? Tengo a más de ocho mil personas atrás de mi.

—¿porque yo? .- preguntó con una sonrisa

—Porque nunca nadie antes la había enfrentado y mucho menos la han vencido.

—Comprendo .- sonrío triunfante

Pateó la silla frente a mi y me siento en su escritorio mientras saco un cigarro de su cigarrera.

Lo enciendo en su cara y exhalo el humo retenido.

—¡Aquí no se puede fumar! .- me arrebata el encendedor de mis manos

—Y tampoco se puede matar .- La miro desafiante

Observo el cigarrillo entre mis dedos y hablo al sentir el sabor amargo.

—De los baratos .- hablo burlesca —Le voy hacer una pregunta.

—Hazla .- habla a mi lado

—¿Que voy a ganar yo matando a la gorda esa?

—¿Que es lo que tu quieres, Colombiana? .- Cruza sus brazos

—Quiero un buen abogado, quiero un certificado de buena conducta.

—Está bien .- habla sonriente —No hay problema.

—¿Quieres algo más? .- pregunta acercándose mucho a mis labios

—Si, quiero una presa a testigo a mi favor.

—¿Una presa? ¿Para que? No entiendo.- pregunta confundida

—¿Cuantas Colombianas hay aquí? .- ignoró su pregunta

—Colombianas dieciocho.

—¿Cuantas por narcotráfico?

—Doce por narcotráfico.

—Quiero que me presente la mejor, la más poderosa de todas. Después de mi claro.

—Está bien, las voy a poner a las dos en la misma celda.

—¿Para cuando la muerte de Maura?

—Cuando usted la quiera .- exhalo el humo

—Mañana .- habla sería

—¿Donde va a estar? .- preguntó

—A esta hora en la enfermería, después la van a pasar para su celda y ahí tienes tu oportunidad.

—¿Sin cámaras?

—Sin cámaras .- me confirma

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Brad.
Otro día mas en esta maldita cárcel, no hay día que no deje de pensar en Clarisse. Yo se que ella es fuerte y no la debe estar pasando mal.

Jamás pensé que nos encarcelarían pero esta vida es así. No hay vida tranquila si eres narcotraficante, siempre hay que cambiar de todo e huir.

—¡Escutti! ¡A la reja! .- grita un guardia

Me levanto de la cama y camino con mis manos adelante. El guardia pone las esposas y me hace caminar.

" MALA CHICA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora