Los días siguientes pasaron muy lentamente. Las personas seguían hablando mal de mí en los pasillos, pero dejé de escuchar. Lo que pensarán otros de mí, no era mi problema.
—¿Tienes planes para hoy? —me preguntó Jordan, sacándome de mis pensamientos.
Jordan y yo nos dirigíamos a las puertas de salida, después de pasarnos toda la tarde del viernes en detención. Miré al frente y le sonreí a Jason, que se reunió con nosotros.
—No —admití.
—Genial. Jason y yo te conseguimos una cita.
—¿Una cita? —pregunté mientras miraba primero a Jordan y luego a Jason.
—A mí no me mires —se defendió Jason—. Fue idea de Jordan.
Me detuve delante de Jordan con los brazos cruzados. —¿Qué demonios Jordan?
—No te pongas así —dijo Jordan, pellizcándome la nariz—. Será divertido, lo prometo.
Sus palabras no me convencieron, no me parecía divertido salir con alguien que no conocía. Además, desde lo qué pasó con Mason, no me había dado la oportunidad de salir con alguien más y no iba a empezar a hacerlo ahora.
—Debiste preguntarme si quería hacerlo —lo reprendí—. Porque la respuesta es no, así que cancela la cita.
—Ya es muy tarde para eso, te está esperando en el estacionamiento.
Sacudí la cabeza. Me negaba a creer que tenía una cita. ¿Por qué me pasaba esto? ¿Qué tenía el mundo contra mí?
—¿Rubiecita? —me llamó Jordan y entonces lo entendí.
El mundo no tenía nada contra mí, Jordan era el responsable.
—Tú —lo señalé, poniendo un dedo en su pecho—. Es tu culpa.
Jordan simplemente sonrió y eso me enfureció más.
Jason me agarró por el hombro. —Si no quieres ir a la cita, tan solo le diremos que no y ya está —dijo con un tono suave.
—De acuerdo —acepté.
Jordan resopló con enojo. —Cambiarás de opinión cuando lo conozcas.
—No pasará —le aseguré.
Salimos al estacionamiento y nos dirigimos a la última fila, hacia un auto deportivo blanco con vidrios oscuros.
No quería estar presente cuando le dijeran al chico que no habría ninguna cita, pero era lo correcto. Alisé mi falda amarilla a cuadros, que había elegido esa mañana, y respiré hondo para calmar mi nerviosismo.
Jason tocó la ventanilla del copiloto y ésta se bajo un segundo después. Y allí estaba él, el chico de la cita. Era muy guapo, pero ni siquiera eso me hizo cambiar de opinión.
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Reparando Corazones Rotos
Teen FictionAlison Evans tiene el corazón roto después de que su ex novio la engañara. Ella se prometió a si misma que no se volvería a enamorar. Esa promesa se pondrá a prueba cuando haga una apuesta con el mejor jugador de fútbol de su nueva escuela. ¿Podrá...