Alison Evans tiene el corazón roto después de que su ex novio la engañara. Ella se prometió a si misma que no se volvería a enamorar. Esa promesa se pondrá a prueba cuando haga una apuesta con el mejor jugador de fútbol de su nueva escuela.
¿Podrá...
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Madison y yo estábamos haciendo una actividad en equipo en clase de español, cuando algo golpeó mi espalda. Me giré sobre mi asiento y en el fondo del salón vi a Justin, el chico que me molestó en los pasillos, sonriendo. Señaló una bola de papel en el piso. La recogí y la leí.
Decía: «Jordan y tu ¿eh? Ya entiendo, porque te defendió aquella vez».
No entendí a que se refería Justin con Jordan y yo, pero no le di muchas vueltas al asunto. No me interesaba lo que Justin tuviera que decir.
—¿Qué pasa? —me preguntó Madison.
—Nada es sólo Justin —le dije y le enseñé la nota.
Madison enarcó una ceja. —¿Qué significa?
—No lo sé —respondí, arrugando la nota—. Problema resulto.
No hablamos más del asunto hasta que vi nuevamente a Madison en la cafetería durante el almuerzo. Llegó a nuestra mesa con su bandeja de comida y una cara de preocupación.
—Estaba esperando en la fila para la comida, cuando escuché a unas chicas hablar detrás de mí —me contó, hablando demasiado rápido—. No fue intencional, pero cuando escuché tú nombre, no pude evitar prestar atención. Estaban diciendo que Jordan y tú salieron juntos, se fueron a casa y... —hizo una mueca— te puedes imaginar el resto.
Apreté los labios. Los rumores ya no eran solo sobre mí, también involucraban a Jordan, y aunque no sabía si él me consideraba su amiga, yo si lo hacía y no me gustaba cuando alguien se metía con mis amigos.
—Bethany llegó muy lejos esta vez —musité.
—¿Crees que fue Bethany? —Asentí—. Voy a intentar averiguar más sobre esto. Si descubro que fue Bethany la responsable, tendré que hablar con ella. Somos un equipo y no deberíamos atacarnos entre nosotras.
Tomó su bandeja y se marchó.
Pensé en mis opciones durante un momento mientras removía la comida. No había mucho que pudiera hacer más que ir y confrontar a Bethany, pero eso no me llevaría a nada. Por más que le he tratado de explicarle que entre Jason y yo no había nada, no me escucha.
Suspiré. No tenía la menor idea de qué hacer ahora.
En ese momento Jordan se acercó a la mesa y se sentó. Se inclinó hacia delante, con ambas manos sobre la mesa.
—¿Has visto a Jason? —me preguntó con una mirada seria.
—No —respondí—. ¿Por qué preguntas?
—Ha estado ignorando todos mis mensajes y llamadas todo el fin de semana. Se supone que me iba a recoger esta mañana. Lo esperé, pero nunca apareció.
—¿Crees que está enfadado porque arruinamos su cita?
Jordan negó con la cabeza. —No lo creo, pero no lo sabré hasta que lo encuentre —Se sumió en sus pensamientos hasta que recordó algo. Se inclinó más cerca y me miró fijamente mientras decía: —Supongo que ya escuchaste los rumores. Si alguien te molesta, dímelo.
