dieciocho: el baile

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El baile de invierno cada vez estaba más cerca y con él, el final de la apuesta entre Jordan y yo y con cada día que pasaba me sentía menos segura de que ganaría

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El baile de invierno cada vez estaba más cerca y con él, el final de la apuesta entre Jordan y yo y con cada día que pasaba me sentía menos segura de que ganaría.

—No entiendo porque estas preocupada —me dijo Madison cuando le conté como me sentía—. La apuesta era no enamorarse y lo has hecho de maravilla. Tú vas a ganar.

Sacudí la cabeza. —No quiero admitirlo, pero no estoy segura de no estar enamorada.

—¿Tienes sentimientos por alguien? —preguntó Madison con los ojos como platos—. Por favor, dime que no es Jordan.

—Es Jordan.

—¡Al! —chilló Madison—. Podrías haber elegido a cualquier chico menos problemático, pero te enamoraste de él, ¿por qué?

—No sé cómo pasó. Solo sé que he estado enamorada antes, pero esta vez es diferente. No estoy segura de mis sentimientos.

—Tal vez se deba a que no te dejas sentir. Si hiciste esa apuesta, fue porque te sentías segura de que no te enamorarías, lo que significa que todo este tiempo te has cerrado a esa posibilidad. ¿Por qué no intentas abrir tu corazón? Puede que así encuentres la respuesta que estás buscando.

—Pero tengo miedo. ¿Y si realmente estoy enamorada y me rompen el corazón otra vez? —Sacudí la cabeza—. Lentamente me he recuperado de la última vez y no quiero pasar por lo mismo.

—Es un riesgo que debes tomar, pero vale la pena ¿o es que ya no recuerdas la felicidad de tener a alguien a tu lado? —La recordaba muy bien, era el sentimiento que siempre tenía cuando estaba con Jordan—. Sólo escucha tu corazón y déjate llevar por lo que sientes.

Las palabras de Madison pasaron por mi mente durante un tiempo y cada vez tuvieron más sentido.

Era claro que sentía algo por Jordan, pero si quería averiguar que era exactamente, tenía que olvidarme de la apuesta, de mi promesa y dejar fluir mis emociones, sin importar cuáles sean.

Sin embargo, Jordan no hizo que fuera sencillo. De un día para otro comenzó a alejarse. Era como si de repente ya no tuviera tiempo para mí. Siempre estaba ocupado con alguien más y el poco tiempo que pasábamos juntos, ni siquiera me miraba a los ojos.

—¿Estamos bien? —le pregunté un día, que me encontré con él en los pasillos.

—Lo estamos —me aseguró.

No le creí. Por más que quisiera hacerlo, no era verdad. Las cosas habían cambiado y no sabía por qué.

⚽️

—¿Con quién irás al baile? —me preguntó Jason en clase de historia, después de que el señor Mitchell saliera del salón.

—No lo sé. Madison irá con Andrew y me dijo que fuera con ellos, pero no quiero arruinarles la noche —le expliqué—. Además, no estoy segura de querer ir al baile.

Reparando Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora