veinte: la despedida

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Segunda parte: Después

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Segunda parte: Después

Pasé los siguientes días resguardada en mi habitación. Aún tenía una semana de clases antes de las vacaciones de invierno, pero no me importó. No me sentía lista para volver. Más bien, no me sentía lista para volver a ver a Jordan.

De vez en cuando papá tocaba la puerta y me preguntaba: —¿Estás bien?

Y cada vez respondía que lo estaba, pero no era verdad. Pensar que todo lo que viví con Jordan era mentira, me estaba matando. Todo se sintió tan real, que me negaba profundamente a aceptar que no lo fue.

Muchas veces me pregunté si Jordan pensaba en mí tanto como yo lo hacía, pero sabía la respuesta. Probablemente él estaba con otra chica y lo último que pensaba era en mí. Sentía rabia cuando pensaba en eso. Quería ser yo la que estuviera con él, fingir que no pasó nada y que todo volviera a ser como antes.

Pero las cosas no eran tan fáciles como eso.

⚽️

Un día salí de mi habitación en busca de comida. Me llevé una desagradable sorpresa cuando vi una cadena en el refrigerador. Había una nota que decía: «Es hora de que salgas de casa».

—Bien jugado, papá —dije, rompiendo la nota.

Pensé en salir con mi camisa desgastada y mis pantalones que se me caían, pero no lo hice. No quería que la gente viera cómo me sentía. Así que me cambié la ropa por un vestido color amarillo de tirantes y recogí mi cabello en una coleta alta. Me veía radiante, casi como si no hubiera estado llorado en los últimos días.

En Bayview había una sola tienda de comestibles, junto a la carretera. No estaba lejos de mi casa, así que llegué enseguida. Me dirigí inmediatamente a los refrigeradores. No podía decidir si comprar helado de vainilla con chispas de chocolate o de menta con chispas de chocolate. Decidí llevarme los dos.

Caminé a la caja y esperé pacientemente en la fila. Cuando llegó mi turno, puse mis cosas sobre el mostrador. 

—Mira quién está aquí —dijo una voz con desdén—. La princesa.

Levanté la mirada y me encontré con Justin. No esperaba encontrármelo. Si hubiera sabido que trabajaba en esta tienda, nunca hubiera puesto un pie en el lugar.

—Diría que es un gusto verte, pero no lo es —admití.

No me había olvidado todo lo que me había hecho. Ser el cómplice de Bethany, la vez que me llamó zorra y haber lastimado a Jason.

Justin hizo una mueca. Saqué mi tarjeta de crédito para pagar y terminar con esto de una vez por todas. No tenía ganas de confrontaciones y solo quería volver a casa.

—Solo aceptamos efectivo —dijo Justin.

Me quedé en blanco. Esto nunca me había pasado antes y por eso, no traía efectivo.  

Reparando Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora