Capítulo XII

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Suga estrelló su puño contra un costado de un edificio, luego el otro y luego el otro y así repetidamente. Sus nudillos sangraban, el color de su sangre era un rojo oscuro intenso que se deslizaba por su mano hasta caer al suelo y desaparecer.

Sus manos podían sangrar todo lo que quisiera, después de todo si la herida no era infligida por otro demonio u Ángel esta cerraría después de unos minutos, como si nunca hubiera estado.

Cuando destruyó completamente un pilar del edificio abandonado fue que su furia se aplacó lo suficiente como para volver a pensar fríamente, o por lo menos, a ver sin el odio cegándolo.

Su interior ardía en rabia con solo volver a pensar en las palabras de Jimin. Nadie podía tocar su cuerpo, aquel cuerpo solo le pertenecía a él, a nadie más que a él.

Las palabras del padrastro de Jimin volvieron a su mente. ¿En verdad se habrá acostado con su abuelo?

No, aquello era estúpido y no tenía sentido pero... No.

Tal vez debió de sacarle toda la información antes de dejar que Taehyung y Namjoon lo mataran desmembrando todo su cuerpo, al menos fue un show que le entretuvo, disfruto hasta que le hastío aquellos gritos de agonía y arrepentimiento.

Enojado, desplegó sus grandes alas con furia dentro del edificio y comenzó a volar destrozando las plantas hasta llegar al cielo.

Esto no se quedaría así. Ese Omega le pertenecía en cuerpo y alma, y como tal, lo castigaría de una manera diferente y personalmente.

Aquella reacción fue real al igual que aquellas expresiones y sensaciones. En eso no había duda, si Jimin pensaba que con eso lo alejaría estaba muy equivocado, eso solo aumentaba más el deseo que estaba sintiendo por él, un deseo casi obsesivo.

Sonrió malvado, sus ojos volvieron a su inicial celeste hielo. Lo que era seguro de ahora en adelante, era que Park Jimin caería a sus pies.

—Te haré entender que me perteneces, Jimin —susurro con una sonrisa malvada.

A lo lejos, un hombre observó cuidadoso todo el movimiento que hizo el demonio hasta que se fue.

Esto ya comenzó... —susurro preocupado, desapareciendo.

Observó sobre su hombro disimuladamente y luego se acercó a su hermano

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Observó sobre su hombro disimuladamente y luego se acercó a su hermano.

—Nos ha estado siguiendo —le susurro al castaño claro.

Jungkook suspiro cansado, sabía a lo que su hermano se refería.

—Lo sé Jin, hace días que me ha estado siguiendo y provocando estragos —respondió con un susurro acomplejado.

Al ver la expresión preocupada y llena de culpa del castaño claro, decidió cambiar de tema.

—Y con respecto a Minnie... —dijo ya en un tono normal y deprimido.

El Omega del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora