Capítulo XXXII

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—¿Por qué?

—Por qué, qué —respondió Namjoon.

—Porque no me dejaste llevarme a mi conejito —gruñe—. Y por si fuera poco, además, me golpeaste.

—Admite que te merecías el golpe —camino hasta su cama y se volvió a recostar—. Te gustaría que yo fuera a tu habitación y entrara así nada más, azotando la puerta y entrando como se fuera la mía propia —el demonio contrario se quedó callado.

—No, no me gustaría —finalmente dijo sentándose en uno de los sofás individuales que le daba una perfecta vista a Namjoon.

—Ahí tienes.

Taehyung suspiro y paso sus manos por su cabello, desordenándolo a la vez que trataba de poner en orden sus pensamientos.

—La cagaste en grande con ese Ángel —comentó Namjoon casualmente.

Taehyung mordió su labio inferior, confundido, alzó su cabeza y observó al demonio contrario.

—No sé de qué hablas.

—Sabes de qué hablo, pero no lo entiendes.

Taehyung bufó y recargo su espalda en el sofá, cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Claro, ¿y tú qué? ¿Qué tienes con ese rubio? —Namjoon alzó una ceja.

—¿Jin? Es sexy, inocente pero salvaje, un guerrero. Me gusta —declaró sin problema.

—¿Cómo te puede gustar? Es un Ángel —le recordó frunciendo sus cejas.

—Sé que es un Ángel, pero tú sabes tan bien como yo que ellos son diferentes. Si no, por qué estás tan desesperado por tenerlo a tu lado.

—Yo no estoy desesperado por estar a su lado —su voz irritada.

—Ya... Entonces, respóndeme esto. ¿Por que aún no lo follas?

—No sé de qué me hablas —respondió entre dientes.

—Claro que sabes —sonríe—. Nunca te ha importado nada ni nadie, toma lo que quieres y luego lo botas. Sé que has estado jugando con ese Ángel y me sorprende que aún no lo hayas tomado para desecharlo.

Y con eso, Taehyung reventó.

—¡NO LO SÉ, BIEN! ¡NO LO SÉ! —grito parándose y comenzando a caminar por toda la habitación.

Los ojos de Namjoon lo seguían tranquilamente.

—Desde que lo conozco que ha sido diferente, todo respecto a él, es diferente y eso...

—Te gusta.

—Maldición... Si, me gusta —resopla—. Pero es raro, nunca me he sentido así. Tengo unas ganas de tomarlo y enterrarme en él, pero ridículamente espero a que él me lo diga. Lo he empujado, lo admito, pero porque sé que le gusta y el no me detiene, pero no puedo ir más lejos si el no me da el permiso —expreso finalmente, asombrado con lo que dijo.

Namjoon silbo por lo bajo, y pensar que él sentía exactamente lo mismo por el fiero rubio.

Realmente estaban mal. Y rio por la ironía del asunto, dos demonios a los pies de dos ángeles y estos no tenían ni idea de esto.

—¿Crees que es gracioso? —pregunto Taehyung enojado.

—No me rio por lo que me contaste, sino porque me siento exactamente igual con Jin —respondió encogiéndose de hombros.

—Con el otro Ángel —le observó sorprendido.

—Sí, pero la diferencia es que yo no la he cagado todavía con él —señalo con burla.

El Omega del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora