El Omega del Diablo

Capítulo XXXIII

Jimin gimió y lentamente abrió sus ojos, se extraño cuando no vio al demonio en la habitación.

Por lo general, cada vez que despertaba él estaba a su lado o en algún lugar de la habitación.

Soltó un bostezo y se sentó en la cama, haciendo una mueca ante el ligero dolor en su parte baja pero muy satisfecho al saber la razón del dolor.

Los recuerdos de Suga tomándolo llegaron a su mente, haciéndolo sonreír bobamente.

Le había gustado los dos lados que conoció del demonio, desde el lado rudo y fuerte, hasta el lento y apasionado.

Observó la herida en su muslo, la cual, ya estaba completamente sanada.

Se tomó una rápida ducha, dispuesto a buscar a Suga... Yoongi, y si no lo encontraba, por lo menos jugar con Cerberus, le encantaba ese perro.

Salió vestido con unos pantalones de cuero y una camisa blanca, no encontró sus zapatillas así que no le preocupo ir descalzo.

Mientras bajaba por unas escaleras, un grito llegó hasta sus oídos, provocando que hiciera una mueca y cerrara un ojo.

—Suga está enojado —módulo acelerando sus pasos.

Sonriendo burlón a los demonios que le miraban entre odio y algunos con deseo, ninguno le podía tocar y lo sabía. Entró a una habitación donde casi todos estaban presentes.

—¿Hicieron una reunión y no me llamaron? —su tono sarcástico mientras terminaba de entrar, todos estaban en un silencio mortal—. ¿Qué? ¿No me hablan?

—Jimin... ¿Por qué estás aquí? —el pelirrojo sabía que Suga no estaba enojado, tanto por el tono que empleó como porque le esperaba con los brazos abiertos.

Ni lo pensó, en segundos ya estaba entre sus brazos.

—No te encontré en la habitación y pensé en buscarte o jugar con Cerberus —explicó ladeando su cabeza, apoyando su mejilla en su pecho para observar a los contrarios.

Se extrañó de no ver a Jungkook en la habitación, luego juntó sus cejas cuando Jin esquivo su mirada y abrazaba a Namjoon.

—Qué es lo que no me están contando —exigió saber alejándose.

—Yo te diré. Por tu maldita culpa, se llevaron a Jungkook. —gruño una voz a su espalda.

Se dio media vuelta para chocar con una mirada llena de odio contra su persona.

—De qué mierda estas hablando, Taehyung —pregunto juntando sus cejas.

—¡Taehyung! —grito Yoongi en advertencia.

—No es culpa de Minnie, nosotros aceptamos —defendió Jin.

Jimin observó a todos sin entender, ya comenzando a preocuparse de no ver a Jungkook.

—Quién me va a explicar esto.

—Por tus malditos recuerdos perdí a Jungkook —vociferó Taehyung tomándolo con fuerza de los hombros.

Ese agarre no duró mucho, pronto Taehyung fue alejado y su cuerpo fue rodeado por unos cálidos y protectores brazos.

Algo le estaban ocultando.

Enojado se volvió a apartar y se alejó de todos.

—Quiero que alguien me explique toda esta mierda, ahora —ordenó cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Yo puedo hacerlo —dijo una voz bastante conocida, apareciendo desde la sombra.

—¿Papá? —pregunto sorprendido y luego observó a Yoongi.