Capítulo VIII

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¿Por qué?

No importaba que mierda hiciera, la sensación de aquellos pronunciados belfos sobre los suyos no se borraba, ni tampoco su dulce sabor. Sin importar cuanto tiempo pasara ni a cuantos y cuantas había besado y algo más, no se iba.

—Suga... —observó sobre su hombro, Namjoon se mantenía a una cierta distancia, inteligente de su parte.

Nadie podía acercarse a él cuando estaba cerca de Cerbero, el perro de tres cabezas no dejaba que nadie se le acercara, mucho menos cuando él estaba cerca.

—Qué —su tono no dejaba de ser frío por más distraído que podría estar mientras acariciaba una de las tres cabezas.

—Arriba ya han pasado tres días —informó.

El pelinegro dejó su mano quieta sobre la cabeza, provocando que el animal le gruñera a Namjoon por provocar tal reacción en su amo.

—Bien... ¿Qué ha pasado hasta ahora?

—Taehyung dijo que nada interesante, ha estado causando un pequeño caos aquí y allá pero nada importante.

—Hablo de mi juguete —dijo volteando a verlo.

Si, el de pelo grisáceo sabía que se refería a ese Omega, simplemente no había querido decir nada a propósito. No le gustaba lo que estaba pasando a su alrededor ahora por culpa de ese humano, lo encontraba interesante, sí, pero...

—Ya pregunté. —Nam suspiro saliendo de su ensoñación.

—Las pocas veces que lo ha visto, Tae dijo que se ve bien —omitió la parte en la que era debido a otras personas y que ahora le trataban como un asesino luego de que se enteraran de que el pelirrojo estuvo en la masacre del bar.

Namjoon observó a su señor, sabía que estaba confundido, incluso él lo estaba con aquello que pasó aquel día. Ningún humano puede tocar a su señor, y su señor no puede tocar a ningún humano. Una parte dentro de él, le susurraba que tal vez Jimin era una amenaza, pero ¿Qué clase de amenaza podría ser un insignificante humano contra un demonio, es más, contra el diablo?

Exacto, ninguna.

—¿Vas a dejar que el contrato se anule?

—No. —bramó sin siquiera pensarlo, su tono incluso alteró al animal de tres cabezas—. Nos vamos ahora, que Taehyung tenga todo listo para cuando suba —ordenó.

—Vamos a comprar, ¿quieres algo Minnie? —pregunto el castaño claro, regalándole una dulce sonrisa a la cual el omega pelirrojo ya se había acostumbrado

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—Vamos a comprar, ¿quieres algo Minnie? —pregunto el castaño claro, regalándole una dulce sonrisa a la cual el omega pelirrojo ya se había acostumbrado.

—... Una manzana —Jin alzó una ceja y se levantó del verde césped a la par que su hermano.

—Uuuy, Minnie quiere hacer algunas travesuras —se burló el rubio, logrando que su hermano riera y que Jimin blanqueara sus ojos.

El Omega del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora