Capítulo XXXV

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Recomendación personal, escuchen lie y stigma a lo largo del cap

Un majestuoso desfile era lo que los presentes Ángeles observaban sorprendidos y aterrados a aquellos seres oscuros e impuros pero con cierta aura de poder que volaban entre ellos, manteniendo una distancia considerable contra los desconocidos.

Eso era para los más jóvenes, porque los más viejos fueron capaces de reconocer a aquellos dos hermosos seres de grandes alas negras con destellos azules que lideraban aquel desfile que anunciaba guerra, aquellas alas sinónimo del pecado.

Había llegado el momento, y ellos lo sabían.

La guerra estaba cerca.

—Todo sigue igual por aquí... —murmura Jimin observando a su alrededor.

Verdes prados con casas hogareñas, gente con ropa de tonos claros volando por los alrededores, siguiendo con sus quehaceres. Pero todo se había detenido en cuanto les vieron.

—Hum... ¿Es normal que algunos Ángeles estén escapando y otros se estén sumando a nosotros? —pregunto Jin volando al lado de Namjoon.

—Los que nos siguen seguramente a de ser quienes nos reconocen —anuncio sin importancia Yoongi, sus ojos solo buscaban a una persona.

—Por qué no está Jungkook. —pregunto Taehyung duro, ese lado juguetón que siempre salía a flote la mayoría de las veces cuando le prometían sangre y pelea no estaba presente hoy.

No había estado presente desde que su Ángel fue arrebatado de sus propios brazos.

—En la corte con las tres sabias, ese es el proceso a seguir cuando uno comete un pecado —respondió Jin. Taehyung lo observó feo—. ¿Qué? Ante los ojos de los demás está mal y ese es el proceso a seguir, no estoy diciendo que ellos estén bien al hacer esto —se defendió algo irritado, ahora menos que nunca estaba de acuerdo con ello.

Tanto Jimin como Yoongi hicieron una mueca al escuchar nombrar a las tres sabias, aquellas hermosas mujeres frías que habían dictado su sentencia sin piedad alguna.

—Si le han hecho algo a Kookie, no me importaría matarlas —Jimin dijo seguro, recordando su tormento.

—Y a mi ayudarte —aseguró el demonio a su lado, afirmando con fuerza su espada mientras descendían del cielo.

Un escenario que no esperaban estaba frente a sus ojos, dos de las tres diosas se desangraban en el suelo.

Con sospecha y duda, Yoongi y Jimin se acercaron a los cuerpos femeninos, comprobando el pulso.

—Muerta —murmuro el pelirrojo frunciendo el ceño.

—Aquí igual —el demonio tocó con sus dedos la sangre—. Esto fue reciente.

—¡Mataron a las sabias!

Ambos se levantaron con lentitud, observando como la defensa principal, compuesta por diez Arcángeles, descendían siendo liderados por Jinki.

Los demonios y Ángeles que los seguían, se colocaron a espaldas de Jimin y Yoongi.

—¿Qué significa esto? ¡No sólo vienen a matar a las sabias, si no que también traen el mal consigo y lo esparcen entre nosotros! —gritó con indignación.

—Si sabes lo estúpido que te escuchaste ¿Cierto? —cuestionó Jimin alzando una ceja.

Una esquina de los labios de Yoongi se alzó en una ladina sonrisa burlona e irónica.

—No sé qué planeabas preparando este escenario, tampoco me importa —sus ojos se vuelven fríos—. Yo solo vine por una cosa, tú y tu inevitable muerte por mis propias manos.

El Omega del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora