Capítulo XXXIV

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—¿Qué haces aquí arriba?

—Disfruto la tranquilidad antes de la tormenta.

—Si sabes que Yoongi te está buscando, ¿cierto?

Jimin blanqueó sus ojos y bufó.

—Está exagerando, ahora que ambos recuperamos nuestros recuerdos no quiere alejarse de mí ni por un segundo, tampoco quiere que yo me aleje de él —expresó algo frustrado.

Aunque entendía el por qué, era algo agotador e irritante.

Hoseok sonrió y observó el anaranjado cielo.

—Entiéndelo, te alejaron cuando estaban juntos, en solo un minuto de distracción. Presenció en primera persona tu sufrimiento y no pudo hacer nada por ti.

—Ya hablé con él, ya le dije que no fue su culpa, no fue culpa de nadie —suspira—, pero sigue igual de terco que antes —sonríe—. Mejor explícame cómo es eso de que eres mi padre adoptivo.

—No hay mucho que explicar —se levanta extendiendo sus alas blancas—. Cuando descubrí que habías renacido y lo que tenían planeado para ti, ataque el auto y te lleve conmigo. Nos mantuve ocultos hasta que te encontraste con Yoongi, entonces tuve que comenzar a moverme para distraer a Dios con mi presencia y ustedes pudieran juntarse nuevamente.

—Entonces, ¿Nunca estuviste borracho o drogado? —pregunto arqueando una ceja.

El contrario rió y negó con su cabeza.

—Ciertamente no, esa era la forma de mantenerme oculto —hace una mueca—. Me disculpo por el alfa que traje a vivir con nosotros en ese momento.

—No importa, gracias por hacer todo esto por nosotros.

—Somos amigos —y él realmente no quería volver a sentirse como aquella vez, cuando llegó y ya todo había acabado, perdiendo a dos de sus mejores amigos.

Los ojos de Jimin siguieron los elegantes movimientos de Hoseok mientras este se alejaba volando.

—Aquí estabas.

—¿Acaso hoy es el día de hablar con Jimin y yo no me he enterado? —pregunto observando a Jin acercarse.

—Es bueno que aún después de recuperar tus recuerdos mantengas tu carácter —dijo rodando sus ojos, una sonrisa surcando en su rostro.

—Este soy yo, —se encoge de hombros— en el cielo no era muy diferente tampoco.

O al menos en lo terco y obstinado.

—Me hubiera gustado haberte conocido en ese tiempo.

—No creo que haya mucha diferencia del ahora.

—Kookie se enamoró del estúpido de Taehyung.

—¿Y me cuentas esto por...? —cuestiona alzando ambas cejas a la espera.

Jin se encogió de hombros y comenzó a jugar con sus manos.

—¿Somos amigos?

—Me estas preguntando o afirmando

—Ya, deja de burlarte de mí —se quejó el rubio, ambos rieron.

—Me imaginaba que algo pasaba entre esos dos, solo había que ver como Taehyung lo miraba y como actuaba Jungkook —respondió finalmente.

—Pero no me gusta —se quejó el contrario.

—¿No te gusta porque es un demonio o por...?

—Su actitud hacia kookie, a veces puede ser muy tierno y a veces un tirano. Él juega con Jungkook sin importarle sus sentimientos.

El Omega del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora