Ahí (2)

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Woozi observó largamente el tablero, confiado por la luz que lograba entrar por la ventana de la sala y por el hecho de que todos estuvieran en clase o trabajando. Él pudo tener un día libre de clases, ni siquiera tuvo que quejarse de un malestar o poner una excusa, simplemente se quedó en cama, junto con Hoshi hasta que todos se fueran. Aunque Minghao seguía rondando por ahí.

Observó sus manos recordando lo temblorosas que estuvieron cuando corría por las escaleras. Cerró los ojos intentando apartar el mal recuerdo y para cuando los abrió Hoshi estaba ahí, sonriéndole y dejando el vaso de vidrio que usarían como oráculo. Quizás tuvo suerte de que su pareja aceptara hacer algo como eso, o tal vez su suerte fue pésima y le trajo un novio igual de idiota que él.

Si Jeonghan seguía en la casa lo quería presente, si Jeonghan seguía en algún lado lo quería ahí mismo. Pero ¿Por qué traerlo precisamente a él? Creer en las palabras del fantasma era lo último que le quedaba, su última salida al montón de malos sucesos. Creer en que Jeonghan era un verdadero ángel encendía una pequeña luz de esperanza. Y aunque fuera mentira era lo único que le quedaba por intentar.

—¿estás seguro?— Preguntó Hoshi despues de un largo rato en silencio. Jihoon asintió. —Nunca hemos hecho esto antes.

—¿tienes una mejor idea? ¿acaso tienes el número telefónico de Jeonghan?

Hoshi no respondió, solo se puso de pie y se deshizo de todo sonido alrededor. Apagó la televisión y evitó que cualquier llave siguiera goteando. Incluso atrapó a la nueva inquilina y la encerró en una jaula improvisada para que no fuera una distracción. Cerró las cortinas dejando solo poca luz alrededor y por precaución atravesó una silla contra la puerta del sótano. Por suerte Dino no estaba en casa, Dk lo había llevado con él a petición de Wonwoo, para que el bebé pudiera tomar aire, asi que los únicos en el hogar eran Woozi, Minghao y Hoshi.

Despues de desconcertar aparatos electrónicos (porque él no quería un maldito susto de la nada) buscó a Minghao, encontrándolo leyendo en tranquilidad recostado en la cama de Jun. Le murmuró unas cuantas palabras y el chico comprendió de inmediato, siguiendo a Hoshi escaleras abajo hasta llegar a la sala de estar, donde Woozi esperaba.

—¿Qué tontería están haciendo ahora?— Preguntó Minghao, sentándose justo a un lado de Woozi. —¿es en serio?

—Oh, olvidaba que eras la mascota de Wonwoo— Suspiró Jihoon. —Si no quieres hacerlo será mejor que te quedes callado.

—No, yo quiero intentar— Se apresuró a decir Minghao. —Parece entretenido.

—¿no deberíamos intentarlo en la habitación de Jeonghan si queremos hablar con él?

Woozi se quedó en silencio. Claro que deberían, pero no había valor suficiente en dos de ellos como para bajar aquellas escaleras y encerrarse en el sótano, ni siendo de día o noche, esa idea estaba descartada. Como no hubo respuesta Hoshi tomó su lugar, los tres alrededor del tablero y el vaso de vidrio, observándolo como si este se fuera a mover solo. El primero en suspirar fue Jihoon, quien se animó a moverse primero y colocar su mano sobre el vidrio, quedándose quieto al tacto.

Hoshi intentó brindar un pequeño apoyo, haciendo lo mismo y mirando de reojo a Minghao, invitándolo. Otro pequeño suspiro, ahora con los tres tocando el oráculo improvisado. Hubo silencio.

—¿y ahora que?— Pregunta Minghao con naturalidad.

—Creo que debemos comenzar a moverlo.— Respondió Hoshi. —Para calentarlo.

Minghao casi se ríe de aquella respuesta, pero fue callado por la misma seriedad de Woozi quien no dudó en hacerlo, moviendo con suavidad alrededor. Los labios de los tres parecían estar sellados, el único sonido provenía del vidrio contra la madera al frotarse. Pasaron unos cuantos segundos asi, hasta que se volvieron minutos e incluso pares de ellos, logrando hacer sudar a Hoshi.

Ellos [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora