Espectador

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Para el pequeño niño tener miedo era perder movilidad por su cuenta, incapaz de pensar con claridad mientras que el temblor recorrió su cuerpo. Justo lo que estaba pasando en ese momento. Sus ojo castaños bien abiertos con las pupilas tiritando, su boca seca era olvidada gracias a que apretaba sus dientes hasta el puto del cansancio y el dolor, cuando la presión en su mandíbula era casi peligrosa. Sus piernas débiles, sintiendo que si en cualquier momento decidía correr fracasaría y dría de inmediato contra el suelo.

Cerró los ojos con fuerza cubriendo su rostro intentando no ver nada más, inundándose de un extraño rojo que se expandió hasta volverse negro y despues renacer en extrañas manchas. Estuvo a punto de abrirlos hasta que recordó la razón por la que los había cerrado y de nuevo el terror invadió en él.

Escuchó los pasos contra la madera, las risas acercándose y el rechinar de la puerta entreabierta, de nuevo su cuerpo tembló en silencio y se concentró en no respirar muy fuerte, hasta que llegó a ese punto en el que prefirió no hacerlo. Estaba Oscuro, aun si abría los ojos y descubría su cara solo había luz suficiente para enmarcar aquello que lo estaba atemorizando. Contó los segundos en silencio, convenciéndose de que al octavo saldría corriendo lejos de ese lugar, sin importarle que estuviera ahí o si la puerta estuviera cerrada, él la tiraría abajo con tal de escapar.

Para cuando se dio cuenta ya iba en el cuarto segundo. El quinto llegó casi sin avisar.

—Seis...— Murmuró en voz baja. —Siete... O...

—¿Estás jugando a las escondidas?

Él gritó, intentando huir de inmediato pero siendo intercedido por el dueño de aquella voz infantil, chocando y cayendo en el proceso, con el único logro de haber hecho lo mismo con la otra persona.

—¡Wonwoo!— Le gritaron y las luces fueron encendidas. —¡Tu padre dijo que no podíamos jugar aquí!

El pequeño niño de diez años por fin abrió los ojos.

&

—Los fantasmas no existen— Dijo Minghao con molestia, con sus rasgados ojos retirando la sabana que de algún modo se transparentaba y que dejaba ver al horrendo cuadro que había debajo. —¿Lo ves? No es nada.

Wonwoo observó por largos segundos, sorbiendo por la nariz mientras tomaba entre sus manos la manta transparente. Minghao suspiró torciendo los labios, colocando sus manos a los costados y esperando a que el mayor respondiera cualquier cosa. Y aunque ambos sabían que uno de ellos habia estado llorando ninguno dijo nada al respecto por el momento.

—Parecía un fantasma— Fue lo que respondió Wonwoo restregando su mano contra sus ojos. —O algo muy feo.

—Eres un tonto, un tonto llorón— Se burló Minghao, tomando la mano del mayor y llevándolo fuera del pequeño cuarto donde el padre de Wonwoo guardaba antigüedades variopintas. —Tu padre te sobreprotege demasiado y por eso eres muy miedoso.

—¿de donde escuchaste eso?— Preguntó Wonwoo caminando un poco más rápido para alcanzar al menor, aun sin soltar su mano. Sin darse cuenta chocó contra la puerta, dando un pequeño brinco a lo que Minghao respondió apartando la madera y empujando a Wonwoo para que caminara frente a él.

—Lo escuché de las vecinas. También hablaron de que mi mamá no quiere quedarse conmigo porque ella quiere salir.— Minghao exhaló una pequeña risa. —Como si yo la fuera a encerrar en su habitación.

—Tu mamá no quiere quedarse contigo porque le rompiste un diente a tu primo.

—Papá siempre me dice que te defienda de todos. Mis primos no están fuera de todos.

Wonwoo sonrió un poquito, sintiéndose orgulloso de ser aquel privilegiado que era protegido por el niño a quienes todos le temían. Era algo asi como ser amigo del monstruo. Solo que Minghao era cualquier cosa menos eso. Minghao no era un amigo, era un poco más que eso, era aquel que estuvo en todos sus cumpleaños y quien destrozaba su habitación de vez en cuando, el que comia en su casa incluso cuando él estaba fuera.

Minghao era aquella persona que, en vacaciones, se quedó en la casa de Wonwoo... Mientras que Wonwoo estaba de campamento.

—Algún día yo seré quien se defienda por si solo— Dijo Wonwoo completamente convencido de ello.

Minghao casi suelta una carcajada, dejando de empujar a Wonwoo y encarándolo, frente a frente casi retándose entre ellos. Quizás hablaron con la mirada o por telepatía, porque ninguna palabra resonó en el lugar, ni siquiera u quejido o las respiraciones de ambos. Pasaron unos segundos hasta que el menor ensanchó su sonrisa.

—Cuando llegue ese día tú tendrás que regresarme el favor y cuidar de mí si es que algún día yo no puedo hacerlo ¿trato?

Wonwoo por fin sonrió por completo asintiendo un par de veces mientras tomaba la mano de Minghao en señal del acuerdo.

—Trato.

Las manos de Wonwoo temblaban, aun sosteniendo con fuerza a Minghao, intentando ser cuidadoso con todas las heridas sobre su cuerpo. Dios, incluso la esclerótica* estaba completamente roja, su mente en esos momentos parecía colapsar, escuchando el montón de preguntas provenientes de Hoshi hacia Jihoon.

Las marcas moradas y rojizas a través del delgado cuerpo de Minghao eran aterradoras, casi pareciendo que la sangre se desbordaba dentro de él, asomándose simplemente a la superficie. La piel abultada y su labio roto no hacían más que causarle un malestar en el estómago a Wonwoo. Cerró los ojos por un largo segundo, intentando contar hasta ocho, para despues solo salir huyendo.

—Necesitamos llamar a una ambulancia.— Escuchó de Soonyoung.

—Wonwoo...— La voz de Jihoon lo llamó. —Wonwoo— Pero él lo ignoró.

"Hey, no culpes a nadie más, él ya estuvo así antes"

Giró, intentando encontrar a la persona que había dicho aquello, importándole poco que no conociera la voz o que en la casa solo estuvieran Soonyoung y Jihoon.

"¿Qué más necesitan para irse?"

Giró al lado contrario, molestándose al encontrar solo un sitio vacío. Si lo jodidos fantasmas querían sacarlo de quicio lo estaban logrando. Lo único que deseaba era que revivieran para regresarlos al maldito infierno de donde provenían.

—Hey— Habló Minghao, haciendo consiente a Wonwoo de que el menor en realidad ni siquiera se desmayó antes. —Al parecer si existen los fantasmas.

—¿hablas en serio?— Respondió Wonwoo, con media sonrisa. —Quede como un idiota negándolos todo este tiempo. ¿Cómo les diré a todos que si existen?

—Creo que ya se dieron cuenta.

Ambos rieron, sin entender bien la razón.

—Eres un idiota. Un idiota llorón.

—Tengo una razón para llorar; yo soy quien está lleno de golpes. Pero tú estás llorando por nada.— Minghao mostró la lengua, riéndose al instante al reconocer el gesto infantil.

Wonwoo sonrió un poco.

Y Woozi, siendo espectador solo decidió irse de ahí. 


...

Woozi me gusta mucho en la historia en realidad, a pesar de que tiene un mal carácter y es un irresponsable tambien tiene su corazoncito </3 Él tambien es un bebé como Kwannie y Dino. Solo que es un bebé gruñón

Creo que este es uno de los únicos capítulos donde tiropor la ventana a los fantasmas un rato y me concentro en los chicos, queria que la relación de Wonwoo y Minghao quedara muy clara (relación fraternal) 


...Yo no entiendo porque siguen aqui si casi no hay romance x'D ya, prometo esforzarme para ponerlo de ahora en adelante. 

Ellos [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora