#OO3.

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El pecho de JiMin subía y bajaba, sus piernas estaban enredadas en la sábana de la cama y de espaldas a su acompañante, las curvas de su cuerpo se veían a la perfección por la posición en la que se encontraba. De sus gruesos y dulces labios se escapaban leves gemidos de un tono tan dulce y sensual por el cansancio que le provocaba haber estado horas bajo las sábanas con su acompañante.

—Como siempre, delicioso, JiMin— sus fuertes brazos musculados rodearon la cintura del más bajo, atrayéndolo a él y dejando suaves y húmedos besos sobre su cuello completo, mientras hacía círculos sobre sus caderas con sus dedos.

—Mmnh, ¿esperabas menos de mi acaso?— murmura con coquetería, relamiendo sus labios y formando una sonrisa con estos, girando su cabeza para mirarle de reojo.

—Sabes que me calientas más que nadie...— acaricia sus muslos, dejando lamidas en aquella zona que anteriormente besaba, que estaba llena de marcas rojizas nuevas, hechas por él mismo mientras se estaban revolcando en esa cama, que era testigo de todas las cosas que podía provocar JiMin, con solo unas cuantas palabras.

—Uhm...— jadea, sintiendo aquellas manos conocidas recorrerle nuevamente sin pudor alguno, desde su cintura hasta sus glúteos, apretándolos con deseo. —Tranquilízate, cariño, no hay tiempo para otra ronda. Pronto llegará tu novia.

Chanyeol gruñó.

—Ella no importa, joder. Te deseo tanto ahora...— musita repasando su cuerpo con sus manos fuertes y deseosas.

—Pero a mi sí, ya sabes, bebé. No quiero meterme en más dramas de parejitas— Con la delicadeza que solo podrían tener aquellas finas y pequeñas manos, alejó las más grandes y posesivas del contrario de su cuerpo, para levantarse y empezar a vestirse, bajo la atenta mirada de éste quien veía la luz de la luna cayendo sobre el cuerpo ajeno.

—Te gusta mucho jugar conmigo... ¿no es así?— pasó su brazo bajo su cabeza, observándole detenidamente. —Me calientas, me das el mejor sexo de mi vida entera y luego te vas como si nada.

Mientras tanto, JiMin se había acercado a la billetera de éste, que se encontraba encima de la mesita de noche, sacando unos cuantos billetes de su interior y guardándolos dentro de su pantalón de manera descarada y hasta despreocupada frente a los ojos del pelinegro. "Es un maniático del dinero" pensó Yeol.

—Uhm... lo dices como si yo fuera un cualquiera— sonríe cínico —. ¿Es mi culpa que me tengas ganas aún teniendo novia?

—Ella no me puede provocar lo que tú, joder...— gruñe, viendo como JiMin se acercaba hacia él, pasando una pierna por sobre la cama que estaba hecha un desastre.

—Pobre ChanYeolie...— dice con fingida tristeza, para tomar del mentón al menor y darle un beso sobre los labios, que fue de inmediato seguido por el contrario.

Al alejarse, relamió sus labios. —Nos vemos pronto, papi.— guiña el ojo con aquél honorífico que hizo temblar al más alto, antes de salir de la habitación y finalmente salir de esa casa con todas sus cosas en mano.

Camina hasta su casa que solo se encuentra a pocas cuadras de allí, contando los billetes que había quitado al menor, 100 dólares en total. La noche estaba especialmente oscura alumbrada por unos pocos focos, mantenía su vista seria y fija en el camino.

Desde hace tiempo que había empezado a acostarse con chicos que tenían pareja, con la excusa de estos de decir que sus "parejas no los satisfacían como él lo podía hacer" o debido a los problemas de ciertas personas con sus novias. Sabía que estaba mal, que no debía aceptar aquellas proposiciones tentadoras, pero llegó un punto en que le dio completamente igual, especialmente después de que, por un arrebato de curiosidad, acabó montando a un caliente hombre casado quien le ofrecía todo lo posible para tenerle en su cama, ya sea un auto, un departamento, cosas de lujo, en general.

DDD | YM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora