#O14.

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-Ven acá, JiMin- habló YoonGi, entre risas.

-Tómame, gatito- tomó entre sus manos el abrigo del pelinegro, atrayéndolo a su cuerpo mientras éste lo llevaba a pasos cortos hacia la pista, juguetón.

Habían tomado más de lo usual, y lo que anteriormente parecía un gato rabioso y frustrado queriendo huir de todo ese lugar, se convirtió en un ebrio y lleno de ansias de diversión YoonGi, quien se dejó llevar sin problemas por el rubio hacia la mitad de todo aquella disco.

Inclusive HoSeok se había sorprendido de la actitud de YoonGi sobre la pista, pero solo con ver a JiMin a su lado notó la razón por la cual, sin dudar, YoonGi volvía a sonreír de manera genuina desde que eran jóvenes. Como cuando no estaba preocupado por forzar cosas que deberían ser normales en su vida.

Pero aquello le preocupaba tanto como le hacía feliz.

Pues aunque sabía que YoonGi la estaba pasando bien junto a JiMin, aunque estaba contento con su felicidad, sabía que le sería difícil conllevarla.

Pues el mayor podía ser muy centrado, pero desde siempre, los sube y bajas que eran sus emociones posiblemente le harían soltar sus sentimientos bruscamente.

Cuando YoonGi despertó, sus ojos pesaban tanto que ni siquiera los podía abrir de manera correcta. Se apoyó de sus codos, y sobó sus párpados... Demonios, había bebido mucho más de lo habitual y le estaba causando estragos.

Miró a sus lados y de inmediato lo notó. No estaba en su casa, era la de TaeHyung y JiMin. Sin embargo, ninguno de los dos estaba ahí en ese momento.

—Vaya, hasta que te despiertas— HoSeok abrió la puerta de la habitación, con una sonrisa burlona en su boca. YoonGi parpadeó con constancia intentando aclarar su visión.

—¿Qué... hora es?— intentó levantarse, pero el dolor en su cabeza fue más fuerte, lo que provocó que se volviera a recostar. —Joder...

—Bebiste más de la cuenta anoche, y respondiendo tu pregunta, es la 1 de la tarde— Sus ojos se abrieron con sorpresa, y levantándose a pesar del dolor en su cabeza, causando un fuerte punzor que le hizo sostener su cabeza en sus manos.

—¿Esta es la habitación de JiMin?— preguntó atareado, viendo a su al rededor el pequeño y minimalista cuarto. HoSeok asintió.

"Dormiste a su lado, estuviste gruñendo para que no te alejaran de él, baboso" el relato fue avergonzante, incluso sabiendo que solo era porque estaba borracho. Ya era la segunda vez que dormía junto a JiMin, y le impresionaba la confianza que habían logrado tener en todo ese tiempo.

—¿Y... JiMin?— preguntó YoonGi.

—Fue a comprar comida, y algo para la resaca que posiblemente tendrías— rió. —Esta fue tu noche, ¿acaso recuerdas cuando llegaste a casa?

Después de casi 2 horas, los chicos volvieron al auto. TaeHyung tomaba el volante, siendo el conductor designado —y porque los demás estaban en notorio estado de ebriedad—. YoonGi estaba en la parte trasera con JiMin, y colocaba su cabeza en los muslos de éste, recostado.

—Tomaste mucho, mucho, gatito— acarició su rostro, con un puchero. Sin dudas el más agotado en ese momento era el pelinegro, con su cabello desordenado, sus ojos cansados y la ropa desaliñada. Aún así, viéndose tan atractivo como solo él podía verse.

No respondió, solo tomó entre sus dedos el puchero del más bajo, acariciando su labio.

—No... te preocupes, me divertí como nunca, lindura— habló sin más, y JiMin rió juguetón. Apenas unos minutos después, éste se quedó dormido, mientras el rubio acariciaba sus cabellos con dulzura.

DDD | YM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora