#O21.

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Sus ojos se abrieron de forma gradual

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Sus ojos se abrieron de forma gradual. Su cuerpo, cansado pero de alguna forma menos pesado de lo usual. Se sentía cómodo en esa mañana de... ¿sábado?

Iba a acomodarse, pero el brazo que le sostenía de la cintura le imposibilitó la movilidad. Giró su cabeza, viendo a su espalda al hombre con el que estuvo esa noche.

Min YoonGi.

Su boca se secó, sus pieles estaban unidas, el tacto caliente junto a la forma protectora con la que lo atraía nuevamente se sentía irreal, tanto que no sentía ganas de moverse. Se giró, con ninguna intención de despertarle. Su ceño parecía fruncido, pero entre su sueño se veía en paz, mucha paz. Le hacía feliz verle así, pues éste siempre parecía estar pensando en una y otra cosa que lo traía confundido, o distraído.

Lo oyó ronronear entre su sueño, moviéndose y atrayéndolo aún más desde su cintura, poniendo su cabeza en su cuello. Rió por lo bajo, pasando su muslo por entre sus piernas, entrelazándolas y abrazándole nuevamente.

—Yah...— lo oyó murmurar, acarició sus pómulos sin entender qué estaba parloteando entre sueños. —JiMin...

Sus dedos se cirnieron aún más en su piel, por su espalda baja. Apretó suavemente sus hombros. Le molestaba lo caliente que había sido anoche, pero lo tierno que se veía ahora.

Y era normal.

YoonGi tenía dos caras. Igual que él.

Lo vio como se alejó suavemente, para ponerse boca arriba, con la manta solo cubriendo hasta su abdomen bajo.

JiMin gruñó ante el repentino movimiento y la calidez perdiéndose.

—YoonGi— murmuró, tocando sus hombros. Con la nariz fruncida e insatisfecho, se armó de valor, y se subió sobre su regazo. Acomodó su cabello, poniéndose a horcajadas del cuerpo de su pelinegro y con sus manos en su pecho. —Tienes que despertar, gatito...

Acarició su pecho de arriba a abajo con sus dedos, viendo como el pelinegro abría sus ojos lentamente ante su toque. Sus ojos gatunos se unieron a los suyos.

Cuando YoonGi recuperó la consciencia, y vio entre sus sueños al rubio y a... no, no era necesario nombrarla. Apenas vio a su pequeño con los ojos apuntando a los suyos, nuevamente volvió a adentrarse a su mundo perfecto.

La posición y su estado actual solo lo hicieron recordar todo aquello que había ocurrido anoche... y cómo se había descontrolado cuando JiMin le cedió el permiso para desnudarle. Su mente reproducía cada imagen de las pieles rozándose una con la otra...

Mierda... el solo recordarle hacía que su piel se erizara. Sus labios hinchados de todas las veces que lo había mordido y besado, su boca abierta, soltando los más tentadores y dulces gemidos cada vez que se empujaba en su interior con fuerza, como intentaba sostenerse de sus hombros fallidamente.

DDD | YM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora